"Algunas derrotas tienen mas dignidad que una victoria" (Jorge Luis Borges)
I
Santuario de la diosa Athena,
Templo de Aries.
La batalla de la diosa de guerra Alicor y el caballero dorado Mu de Aries había dado inicio. Ambos se miraban fija y atentamente esperando que su contrincante diera el primer paso y atacara al otro, pero ninguno de los dos se había movido siquiera un poco. La diosa decidió darle cabida al caballero para que el comenzara primero la batalla, quería medir el poder que este tenia.
—Adelante te daré permiso de atacar primero Aries— el caballero dorado volvió a negar antes las palabras de la diosa, no porque le tuviera miedo si no por que su moral estaba primero ante todo pues aunque era una diosa se trataba de una mujer. Al ver que no tenia pensado moverse, Alicor no tuvo mas opción que atacarlo y demostrarle quien era mas fuerte en ese lugar. Lo atacó, pero el se defendió rápidamente.
—¡Muro de Cristal!
Utilizó su técnica defensiva para repeler el ataque de la diosa que solo se limitaba atacarlo con su espada sin hacer uso de su cosmos ni de ninguna otra técnica. No creía que lo necesitara, era mas fuerte que el caballero pero no era tan lista como lo era Mu, aunque eso se debía a que esta era oficialmente la primera guerra en la que la la diosa Alicor participaba. Aun siendo así se tenia mucha fe, sabia que podía vencer al caballero de aries sin mucho esfuerzo. Quería demostrarse a si misma y a los demás, que era tan fuerte como cualquier otros dios.
—Ese muro no te protegerá por siempre caballero
La diosa ya estaba perdiendo la paciencia. El caballero de Aries solo se quedaba de brazos cruzados mirándola seriamente, el poco tiempo que llevaban combatiendo solo se limito a defenderse. Ella atacaba con sin fin de estocadas con su majestuosa espada pero nada, el muro no se había agrietado ni siquiera un poco parecía que era indestructible. Su espada no era su única arma, era tiempo de emplear sus técnicas secretas para acabar con la defensa del caballero, solo así el comenzaría a pelear de verdad.
—¿Ya decidió rendirse Diosa Alicor?
Aquellas palabras la enfurecieron, odiaba que la subestimaran. Jamás se rendiría ante nadie y menos frente a un mortal. Le había dado la oportunidad de atacarla, hora era su turno. Acabaria de una vez por todas con Aries, aunque eso no le agradaba mucho. Mu estaba dispuesto a darlo todo por su diosa, el luchaba para proteger a alguien mas importante que si mismo, mientras que Alicor solo lo hacia por simple logro personal, eso no era algo muy justo.
—Ya me harte de esperar que me ataques ahora recibe el poder de la diosa de la guerra pacifica Alicor... ¡Explosión infernal!
Una poderosa bola de fuego se formo entre las palmas de sus manos y las direcciono hacia el muro de cristal. Concentro solo una pequeña parte de su cosmos en ese ataque con tal precisión que choco con fuerza en el centro del muro, logrando que este se desintegrara en el acto. Por suerte el caballero de aries se pudo teletransportar a tiempo, recibiendo solo algunos leves rasguños.
—Los detendré aunque muera en el intento ¡los llevare conmigo!
—¿Enserio crees que puedes vencer a un dios?, ahora tu defensa ya no te servirá caballero no tienes otra opción mas que dejarnos pasar, si valoras tu vida— contesto Fobos con altanería. Mu solo sonrió de lado dejando desconcertados a los dioses. ¿Por qué sonreía si sabia que iba a morir?. Ellos le estaban dando una oportunidad de salvar su vida pero a Aries no le importaba, mas bien parecía disfrutarlo como si todo se tratara de un simple juego.
—¿Qué es tan gracioso estúpido mortal?
Pregunta algo irritado Deimos tratando de entender las actitudes del caballero. Para el y su hermano los humanos eran seres extraños e inútiles. Alicor en cambio los veía como seres únicos, los admiraba mucho. Había pasado una temporada con Athena para disgusto de su padre, ella fue quien le enseño todo acerca de los humanos y fue así como comenzó a encariñarse con ellos. Nunca entendió muy bien el amor humano, el arriesgarlo todo por otra persona sin tener la certeza de que te corresponda de la misma forma. Para Alicor aquello era una tontería tal vez porque los dioses jamás se atreverían a hacer algo así por otros o porque todavía no tenia a dicha de poder experimentar ese sentimiento del que tanto le hablaba su tía Athena. Aquel capaz de superar hasta la misma muerte y realizar numerosos milagros.
Ahora le entraba la duda ¿Eros y Anteros sabían lo que era el amor?, ¿era eso lo que sentían por su hermana o solo era una mera ilusión ocasionada por su constante rivalidad? Eran preguntas bastantes complejas, eran considerados los dioses del amor pero en estos momentos sus acciones demostraban otra cosa muy diferentes, pues solo estaban pensando en si mismos, en sus propios intereses y no en los de Ainhoa. Y si ella al final no quería volver a estar con ninguno de los dos ¿Qué pasaría con el supuesto amor que ellos decían tener por su hermana?
—Creo que no les quedo claro cuando dije que no los dejare pasar sin pelear, con orgullo moriré sabiendo que hice todo lo posible por salvar a mi diosa y a mi alumna
—¿Qué? ¿cómo?— Alicor volvió a concentrase en la batalla, por un momento se perdió en sus pensamientos pero nadie lo noto pues sus hermanos y Mu estaban muy concentrados en su platica.
—Tus palabras no sirven de nada Aries, el amor por tu diosa es ridículo
—¡Ya les voy a mostrar que tan ridículo es!— Mu se posiciono para atacarlos. Alicor sonrió con satisfacción al ver que por fin iba a pelear como era debido, pero en vez de eso solo se limitaba a esquivar los ataques de los dioses usando su teletransportación. Esto llamo la atención de la diosa ¿Qué era lo que pretendía realmente el caballero dorado?— No me rendiré hasta vencerlos, pues no lucho solo
Editado: 23.05.2024