"Todo lo que se hace por amor, se hace mas alla del bien y el mal" (Friedrich Wilhelm Nietzsche)
I
Santuario de la dios Athena,
Templo de Géminis.
La diosa de la guerra Valen se estaba preparando para rescatar a su hermana de las manos del dios del sueño. Aun seguía resentida y molesta con Ares por lo que le hizo a su hermana, que siempre lo quiso e hizo de todo para que su padre la acepte. Sabia lo que Kath había sufrido a causa del desprecio de Ares porque se enamoro de un humano. En esos momento Valen le dio la razón a su padre, pues ella también creía que el amor en los dioses estaba mal. Pero ahora al ver en carne propia lo que sentía su hermana por Kanon se dio cuenta que todo lo que pensaba sobre el amor y los humanos estaba mal. Ellos le habían demostrado que valían mucho mas que los dioses, aun siendo inferiores eran capaces de sacrificar su vida por aquellos que realmente amaban. Y ahora Valen se encargaría de rescatar a su hermana y dejarla en manos de la única persona capaz de hacerla feliz, Kanon de Géminis.
—Valen sobrina bienvenida a mi santuario
La diosa Athena llega junto a Seiya de Pegasos que ya se encontraba recuperado y con muchas ganas de ayudar a la diosa Valen a rescatar a su hermana. Valen no sabia que le pasaba, pero cada vez que veía a los ojos al caballero sentía un calor dentro de su estomago ¿acaso eso era "amor"?. De tan solo pensar en esa oportunidad, la rubia se sonrojara logrando que su tía se riera de ella al notar que Seiya también estaba en la misma situación. Sabia que había hecho lo correcto al mandar a Seiya con Valen, el la protegería muy bien—Seiya ya se ha enfrentado a Hypnos antes, su experiencia te será de mucha ayuda
—Bien pero será difícil caballero— Seiya le sonrió confiado. Ella apenas si logro hacer una mueca, no sabia como actuar ante eso nunca había demostrado ser feliz o agradecida abiertamente con nadie mas aparte de sus hermanas.
—Diosa Valen estoy listo, Athena yo....— Kanon llega y se arrodilla ante su diosa pidiendo permiso para ir al rescate de la pelirroja. Athena enseguida le dio la autorización de ir, podía sentir el gran amor que su caballero sentía por su sobrina y sabia que su amor era mas que correspondido. Kanon ya había sufrido mucho era momento de que el fuera feliz.
—Ve Kanon, recupérala no la dejes ir de nuevo, pero no te puedo dejar ir desprotegido— saco su báculo, este comenzó a brillar junto con el cuerpo de Kanon. El brillo era tan fuerte que obligo a todos a cerrar los ojos y cuando los volvieron a abrir pudieron notar que el cuerpo de Kanon era cubierto por una armadura dorada idéntica a la armadura dorada de Géminis— es una copia, no es tan poderosa como la armadura de géminis pero te protegerá
—Gracias diosa Athena— hizo una pequeña reverencia al igual que Seiya. Valen abrió el portal que los conducirían al mundo de los sueños y los tres ingresaron a el, dispuestos a todo por salvar a la diosa Kath. A cada uno de sus caballeros le presto parte de su cosmos divino para cruzar el umbral.
—Todo saldrá bien— Seiya de pagasos le sonrió, la chica desvío la mirada sonrojada tratando de alejarse lo mas que podía del caballero, sentía que se ahogaba en su presencia. Le transmitía una paz que le abrumaba. Kanon se dio cuenta de esto y soltó un pequeña risa, aunque disimulada para no poner mas incomoda a la joven.
—Si yo... también lo creo joven Seiya
—Creo que será mejor separarnos, Seiya deberías ir con la diosa— soltó Kanon tomando por sorpresa a Valen quien miro mal al caballero de Géminis, ya que se dio cuenta de las dobles intenciones del tipo. Estaba nerviosa de tener que estar cerca del caballero de bronce y su cuñado prácticamente planeaba dejarla a solas con el. Seiya vio que la chica no estaba muy de acuerdo y creyó que no le caía bien por lo que opto que seria lo mejor que ella se valla con Kanon.
—Creo que Valen estará mas protegida contigo siendo un caballero dorado
—¡Claro que no!— grito ella de repente. Seiya la miro confundido mientras que Kanon le sonreía con un toque de picardía aquellas palabras habían salido de su boca sin siquiera planear decirlas. Estaba avergonzada pero ya no podía remediarlo, lo había dicho y no quedaba otra opción mas que aceptar que en el fondo no quería estar al lado de nadie que no fuera Seiya— digo que... Tu ya me has protegido antes... Creo que a tu lado estaré bien
—¿Esta segura?— se lleno de valor y asintió, ¿de que le serbia al fin y al cabo negarlo?. Solo se mostraría como una cobarde ante los ojos del gemelo menor y ella nunca se mostraría así ante nadie.
—Muy segura... Seiya
(...)
Mundo de los sueños,
Castillo del dios Hypnos.
Como una esclava así se sentía en esos momentos la diosa Kath, encadenada como si fuese un animal, tratada como un objeto que usas y desechas cuando se te de la gana. Ella había peleado en miles de batallas, había sufrido infinidad de heridas, pero nada se compara con la herida que siente ahora. Han dañado su dignidad, y de la peor manera posible.
—¡Levántate zorra!, ¿¡dime ahora quien fue!?— miro con fastidio y odio a Hypnos, cuando murió y llego ahí el la recibió con halagos y la trato como si fuese una reina pero eso solo duro unos pocos minutos hasta que descubrió que algo estaba mal ella. Ya no era virgen y eso lo molesto de tal manera que la empezó a tratar como una puta.
—Tu puto hermano fue—otra bofetada mas, ya se estaba acostumbrando a los maltratos. Cada vez la golpeaba y la torturaban mas. Lo hacia solo para que ella le dijera quien fue aquel hombre que se atrevió a quitarle la virginidad. Pero ella se resistía a hablar, aunque pase toda la eternidad siendo torturada no se lo diría .
Editado: 23.05.2024