Titych llegó temprano. Se sentó hoscamente a la mesa, sacó habitualmente su pipa, pero no empezó a llenarla, sólo la hizo girar entre sus manos. Me recordaba a una parodia de un personaje histórico, familiar para mí de las películas de guerra soviéticas, por supuesto. Sólo le faltaba la túnica.
- Estoy de acuerdo, Vladislav Tverdilych -dije en voz baja, pero bastante clara-. - Toma el mando sobre Vyselki. No puede haber dos muertes, sino una... Somos seres humanos, o ganado sin palabras.
- Que así sea, tío Yaropolk -me senté enfrente-. - ¿Por qué pareces un nuevo recluta? No hay necesidad de agitarte ni a ti ni a mí, y no hay nadie más en la casa. Hablemos de negocios.
- Y, en efecto -dijo el hombre, echando un vistazo a la pipa vacía, pensando y deslizándola detrás de su cinturón-. - Me estoy haciendo viejo.
- Te harás viejo antes de que te des cuenta -dije-. - Intentemos vivir, primero.
Yaropolk, al oír la impaciencia en mi tono, guardó silencio y sólo puso cara de atención.
- Ahora sobre el mando. Lo siento, Jaropolk Titych, pero tendrás que dirigir personalmente la resistencia vyselok. Ya que yo sólo soy un mercenario, y tú eres el jefe de la aldea, que pertenece a un troll llamado Amo. Recuérdalo tan firmemente que no puedas negarlo en el potro de tortura. Y métetelo en la cabeza de todos. Para que no haya dudas. Especialmente a los vecinos y duendes. Porque en esto... -levanté el dedo que señalaba y le di al jefe la oportunidad de admirarlo un rato- está el éxito de todo el asunto de nuestra causa. Y lo más importante, el perdón y la aprobación del Emperador.
- Eso lo he aprendido -asintió el jefe-. - De lo contrario, no se hablaría de ningún acuerdo. Pero, ¿qué hacer?
- Bueno, tú preguntaste. Como un niño pequeño. ¡Despierta, Titych! ¿Has olvidado tu servicio? ¿Qué órdenes adicionales necesitas? ¿Reunir a la milicia? ¿Mirar las municiones? ¿Esconder las mercancías? Trasladar el ganado a un pasto lejano. Visitar a nuestros vecinos... ¿Quizá quieran seguir nuestro ejemplo y someterse al gobierno de los trolls? ¿Qué te parece?
Titych no tuvo tiempo de responder. Se oyeron pasos apresurados desde la calle y, unos segundos después, Listitsa entró volando en la casa. Estaba sonrojada y despeinada. En una palabra: una ilustración viviente del sketch "¡Fuego!".
- ¿Qué pasa?
- Los goblins atacarán Vyselki en un día, por la mañana.
¿Ah, sí? ¿Los campesinos tienen un "tainus agentus" en su clan? No parece que funcione así. Es una combinación demasiado complicada.
- ¿Estáis seguros?
El jefe y yo hicimos la pregunta casi al mismo tiempo. Ajá, así que la noticia fue una completa sorpresa para él.
- La hija de Zasekin avisó a su madre.
Eso explica muchas cosas. Mi suposición no está muy equivocada. Sólo tuve que recordar la historia de Listica sobre las mujeres que sufren de soledad y a veces se van a vivir con no humanos. Y no a todas se les atrofian los sentimientos de hija con el cambio de residencia.
- ¿Y qué querían tanto? - Titych continuó su interrogatorio.
- Tesha me ha dicho que mañana vendrán guerreros del clan Orejas.
- De eso se trata -asintió el jefe y me explicó-. - Los jefes han decidido vengar a su guerrero de nosotros.
Tiene sentido. Los trasgos se han hecho a la idea de que les pueden clavar sus garras verdes. Hay dos pequeñas pero importantes cuestiones que aclarar.
- ¿Y cómo lo sabe? ¿Se lo dijo una mujer?
- Tesha es la tercera esposa del chamán de la tribu.
Aún más interesante.
- ¿Y confías en ella?
- Tesha no se fue por su cuenta, - y aunque le pregunté al jefe, Listitsa todavía respondió. Y Titych permaneció hoscamente callado. - Ese año hubo mala cosecha...
Ya veo. Siento haber preguntado. Si no hay dinero ni comida para pagar la deuda, ¿por qué no pagar al enemigo con una chica de más? No importa. Lo achacaremos a los rigores de la vida aquí. La respuesta se considerará exhaustiva, aunque no me arriesgaría a creer las palabras de la chica, que fue entregada como esclava por ti. Pero no puedes ir a un monasterio ajeno con tus propias reglas, así que volvamos al tema anterior.
- Pero ella no se opuso... -continuó Listica, como si me hubiera leído el pensamiento-. - Tesha nació fea...
Es difícil entender los caprichos de estas mujeres. "Ama, no ama, escupe - besa..."
- Es malo, Vlad ... - es Titych.
- ¿Cómo dice? - Me tocó poner cara de sorpresa. - Es una noticia desagradable, estoy de acuerdo. Pero, ¿qué ha cambiado? Sí, no esperábamos que se unieran a las filas del enemigo tan rápidamente, pero sabíamos que la lucha no podía evitarse. Así que no veo razón para el pánico. Sólo tendremos que movernos un poco más rápido.
- ¿Hacer en un día lo que habíamos planeado para quince días? - El jefe negó con la cabeza.
- Nada, Titych -sonreí, tratando de mostrar mi confianza-. - Los ojos se asustan, pero las manos hacen el trabajo. Ya lo verás, todo saldrá bien. Y el hecho de que todo sea inesperado, tiene su lado positivo. Las dudas no nos abrumarán. La gente no se asustará con el tiempo... Sabes que no hay nada peor que esperar a que empiece una batalla. Es un sudor esperar a que empiece.