- ¡Hola, casero! ¿Estamos en plenas fiestas, que hasta alquilamos el ático?
Uno de los fantasmas invadió mi sueño y trató de despertarme sin miramientos. En la realidad, lo habría conseguido, pero en los sueños, por desgracia, resultó que las sustancias corpóreas tienen muchos más derechos y oportunidades.
- Bueno, ¿qué más quieres? - refunfuñé, manteniendo los ojos abiertos e intentando no despertarme. - Creía que estábamos de acuerdo en todo.
- Estaban de acuerdo... ¡¿Pediste mi opinión antes de mudar a los nuevos inquilinos?!
- Vaya, de hecho... -No creo que vaya a dormir esta noche. - ¿Quién demonios eres tú?
- ¿Te has mirado al espejo últimamente? - el fantasma se me acercó, podría decirse, nariz con nariz. - ¿Reconoces la cara?
Bien podría haber estado mirando una nube o una nube de humo. Pero yo ya estaba pensando.
- A...
- No... Somos la respuesta correcta -el fantasma seguía refunfuñando, pero más por forma que por necesidad-. - ¿Dónde has encontrado a estos espíritus desacostumbrados? Y de todos modos, ¿qué necesitamos? Vivimos en paz los dos. En pleno entendimiento, eso sí. ¿Cuándo fue la última vez que te eché la bronca por tu conciencia? ¿Lo recuerdas? No. Y te advertí sobre ese tramo que pasaste por alto. Excediendo mi autoridad, por cierto. Bueno, eso fue sin testigos, así que por qué no ayudarte un poco. Ahora, Vlad, lo siento. Bajo la supervisión de un par de esos testigos, tendrás que trabajar y vivir según la Carta. Yo personalmente no necesito ningún problema conmigo mismo después del final de mi mandato. No voy a pasar un siglo más en el Purgatorio. Así que prepárate, querida... Tu vida será una frambuesa. No comas demasiado.
- Por qué hierves, tan... -intenté calmar a mi segundo "yo". La situación era de lo más estúpida, era como la llegada de una ardilla, pero después del diálogo con Emmanuel y el difunto Tverdilych, yo ya estaba de alguna manera involucrado. - Parecen ser espíritus decentes...
- Olvidé que un 'espíritu' bueno es un 'espíritu' muerto", replicó automáticamente mi subconsciente. - Vlad, Vlad, ni siquiera sabes a quién has acogido. Es... -mi Yo se atragantó, murmuró algo así como: "...culpa mía, tu ...stvo... no volverá a ocurrir" y desapareció. Dejándome en la confusión y el desconcierto más absoluto.
Pero a medida que el sueño continuaba, las sorpresas no terminaban ahí, por supuesto.
Me sentí a mí mismo tomando rápidamente off.....
Sólo un momento, y pude sentir el inexpresable, densamente mezclado con temblores y retortijones de estómago, deleite de los astronautas que habían conseguido ver la Tierra. Por así decirlo, a tamaño natural, pero en su totalidad. En forma de globo terráqueo. Pero no una maqueta, sino en la realidad.
No se puede expresar con palabras. Y no vale la pena intentarlo.
Por desgracia, los que lo vieron -Dios no permitió poseer una sílaba, y los maestros de la pluma y el tintero- no pueden describir lo que no se puede imaginar. Es una lástima. Si la humanidad tuviera esa oportunidad, nuestra historia sería muy diferente. Porque hasta el último cínico, al entrar en el templo, se quita el sombrero y recuerda algo elevado y espiritual....
Entonces el planeta, que por cierto no se parecía ni remotamente en color al globo terráqueo habitual, saltó hacia mí. Vi los océanos y los continentes. Montones de azules de todas las tonalidades y un aplique de tierra multicolor.
El caleidoscopio era demasiado brillante, yo estaba cayendo, obviamente superando la aceleración gravitatoria y sin paracaídas, y la constatación de este hecho es desagradable incluso en un sueño, por lo que las líneas costeras de alguna manera no estaban fijas en mi conciencia. Y un momento después me cerní a una altura suficiente para poder ver más o menos claramente un trozo de Terra Incognita, de unos quinientos kilómetros de diámetro. Desde las asociaciones, sobre todo, se parece a una India mucho más gorda. O el extremo sur de África, cortado en el décimo paralelo.
"Vuela, vuela un pétalo a través del oeste hacia el este..."
Dejaremos de lado el norte por ahora, pero el sur está bien. Alrededor de la tierra, casi al borde de la percepción, pero aún sin fundirse en uno con el cielo, chapoteaba el mar-océano. Las tierras occidentales y suroccidentales se acercaban al agua, junto con dos deltas de grandes ríos y una docena de arterias azules más estrechas.
El extremo sur de la península estaba generosamente coloreado con el amarillo resbaladizo del desierto. Y al sureste y a lo largo de toda la costa oriental, una amplia franja de acantilados con mandíbulas de tiburón se alzaba en una línea dentada. Y cuanto más al norte, más altos, más severos, más blancos... Chocando, como la cola de una cobra en la capucha - con la fumarola de dos jorobas del volcán... Aparentemente extinguido... Pero, inquietante por la mera visión.
En cualquier caso, si me encontrara cerca de sus laderas, no me quedaría allí más de un par de días. En general, el volcán es sospechoso..... Más al norte había colinas bajas y alegres de color amarillo y esmeralda. Con una clara victoria del verde al desplazarse hacia el este. Y este "verde" se hacía más espeso y oscuro, inundando toda la parte norte de la tierra accesible a mi vista.
La parte interior del continente estaba ocupada por una llanura accidentada, en parte por la propia naturaleza, en parte por el esfuerzo de la mente y la diligencia humanas, adaptada a la economía nacional. En consecuencia, y la habitación. Cerca de una docena y media de asentamientos mayores que CCP, con torreones y murallas, diseminados a lo largo de grandes ríos, lo atestiguaban claramente.