Guía Básica de Zaja

Caítulo 2

Living la dolce vita
 


Zaja.

―Que tenga un lindo día, gracias por comprar en Jugosos ―le digo al señor con traje frente al mostrador, forzando una sonrisa mientras le entrego su jugo de zanahoria.

Recargo el codo en el mostrador a la vez que me sostengo la cara con la palma de la mano. Tan solo con pensar pasar mi noche con la mamá de Alex mi cabeza palpita.

Desde la primera vez que nos vimos la señora hizo notar su descontento con mi cabello rubio y mis ojos azules, era una de esas ancianas prejuiciosas que pensaban que por el hecho de tener cabello rubio no razono, sin darse cuenta que su marido tiene el mismo color.

Intente ser gentil y llevarnos bien, no quiso y me trato como si fuese la peor desgracia que le paso a su familia.

Imaginarme sentada teniendo que soportar su arrugada y gruñona presencia en una mesa donde no puedo subir los codos me pone de malas. Me las había ingeniado inventando dolores inexistentes para que Alex fuera a verla la menor cantidad de veces posible, pero este día no tenía ninguna excusa para zafarme, Alex me había avisado justo hoy y por mensaje.

Eran pasadas la una de la tarde y no había tenido oportunidad de ver al cumpleañero, ya que se levanto antes para entregar tareas pendientes.

Le hice una seña a mi compañera para que me cubriera en lo que iba al baño. Me encierro en el pequeño año unisex para empleados.

Saco mi teléfono escondido en mis botas cafés hasta media rodilla que traigo puestas, lo enciendo y le marco a Alex, el cual me contesta al instante―: ¿Qué pasa, calabaza?

No puedo evitar sonreír, no sé si es por al fin escuchar su voz o si es porque, aunque me ha contestado siempre así cuando le llamo, me sigue gustando su broma inicial.

<<No dejes que su dulce y sexy voz te aturda, Zaja>>

―Volví a romper el mostrador, hare medio turno sin paga a diario hasta que lo reponga.

―No es cierto ―maldición. Odio no saber mentir bien―. Si me dices la verdadera razón de porque no quieres ir y me convences no vamos, ¿te parece?

―Tu madre me odia.

―Dije la verdad

Defecto de Alex #1: el amor por su madre le ciega el odio que su madre me tiene.

―Yo odio a tu madre

―La verdad, Zaja

Defecto de Alex #2: su amor por mi lo ciega del odio que le tengo a su madre.

―Escucha, si no quieres a una cena aburrida con mis padres no vamos, y ya.

―Vaya no creí que cederías tan fáci...

―Iremosaunafiestaaburridacontodamifamiliateamonoteenojesteveodespués.

Cierro los ojos y aprieto el celular, imaginando que es el bello cuello de Alex. Maldición. Lo quiero matar. LO VOY A MATAR.

Intento contenerme, pero no puedo, comienzo a gritar como si me estuvieran apuñalando.

<<¡Te están apuñalado con el cuchillo de la traición!>>

Comienzo a quedarme sin aliento cuando soy interrumpida por alguien tocando la puerta. Me callo.

―¡Ey! ¡Conoces las reglas: no te tardas más de un minuto y medio y nada de gritos! ―la voz de Max, el chico de la botarga, me llega desde afuera, y lo único que quiero hacer es gritar más fuerte.

Salgo del baño con una sonrisa fingida, cuando paso por su lado le empujo su delgado hombro, haciendo que se tambaleé un poco. Alcanzo a ver su cara enojada pero la paso por alto.

―¿Todo bien? No te ves muy contenta ―Nora me mira con sus enormes ojos cafés. Me limito a hacerle un gesto que exprese "Te cuento después, cuando haya sobrevivido al infierno que me espera" y sigo atendiendo a las personas que llegan con una sonrisa falsa a la vez que intento pensar en un plan para zafarme del martirio que me espera.

📖📖📖

Me comienzo a quitar el mandil y la gorra verde para guardarlos es el locker asignado, ya me resigné a ir a la estúpida fiesta, no solo por el hecho de no encontrar una excusa creíble, sino porque esto es importante para Alex. Quiero golpear mi cabeza contra el locker rojo frente a mí, preguntándome como pude ser tan egoísta con Alex.

Por suerte para mi demacrada conciencia Jen aparece en mi campo visual, intentando ponerse el mandil y la gorra con movimientos torpes y apresurados, como siempre.

―¡Jen!, ¿lo terminaste? ―se sobresalta al escuchar mi grito ya que, como siempre, está distraída en su mundo.

Me muestra sus dientes chuecos en una sonrisa enorme―: ¡Sí! Le di unos toques finales anoche, ¡está listo! Mi roomie sabe que iras hoy, él te lo dará.

Le sonrió de regreso y tomo el papel de mi locker con la dirección que me dio días atrás. Tomo el primer taxi que veo y le paso el papel con la dirección al chofer. No puedo evitar sonreír, desde pequeña me emocionaban los regalos de cumpleaños, no los típicos regalos como osos de peluche o chocolates, algo que la persona de verdad apreciara, algo que cuando lo vean se acuerden de ti, algo especial. Y dado el hecho que a Alex le encantaban los regalos nos complementábamos mutuamente.

📖📖📖

Entro a cuestas a nuestro apartamento, no estoy segura de cómo, pero logro hacer que el lienzo de 2×2 entre rozando el marco de la puerta.

Los ladridos alegres de Hunnybee, nuestro pastor alemán, hacen eco en todo el edificio. Recargo el lienzo en la pared mas cercana y lo observo.

No solo estoy segura que Alex lo amará, también estoy segura que quedará perfecto con la decoración de todo el apartamento.

Hunnybee comienza a mover la cola y caminar alrededor de ese objeto extraño 5 o 6 veces; termina por sentarse frente al lienzo y ladear la cabeza, examinando.

Rascó su cabeza―: ¿Tu qué opinas, Bee?

Hunnybee ladra en dirección al lienzo y mueve la cola con aprobación. Le sonrió recordando cuando la adoptamos hace 3 años. Apenas era una pequeña cachorra, en ese entonces la cicatriz que le cruza el ojo era reciente. La encargada del centro de adopción dijo que la habían encontrado en un basurero con la herida sangrando, ella sospechaba que la habían abandonado por ser hembra y por la herida. Alexander y yo llevábamos menos de un año viviendo juntos, queríamos avanzar y demostrar que nuestra relación iba en serio, así que tomamos una de las decisiones más apresuradas de nuestras vidas: ser responsables de otro ser vivo. Hunnybee era perfecta para eso. Al inicio fue difícil para los tres, pero con el tiempo nos acostumbramos a ella y ella a nosotros.



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En el texto hay: hermanos, romance, amor

Editado: 22.05.2019

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