Guía Práctica para Convertirse en Cazadora

4. No ignores lo que pasa en las sombras

Mientras tanto, en casa de Luca, al caer la noche se celebraba la cena, y era un momento ritualístico en el que todos los habitantes debían asistir: Santiago, Dante, Tobías y Niza. Vivían al sur de la ciudad de Mar del Plata, más allá del paraje Chapadmalal. Y en este lugar y contexto tuvo lugar la siguiente situación:

Niza acudió al llamado de la cena muy enfadada.

—¿Me querés explicar porque no me defendiste hoy? —preguntó dirigiéndose a Luca, quien estaba bromeando con los demás, y todos agitaban grandes copas con alguna bebida de color rojo. Tal vez se tratase de licor de guindas, ya que Luca se había fanatizado por aquella bebida cuando se mudó a Argentina, y se puso muy contento cuando se enteró que volvían a producirlo hace algunos años.

—No lo necesitabas, te defendieron los profes, ¿o no? —respondió Luca despreocupado.

—Pero yo quería que mi novio hiciera algo más. Agh, qué ganas de hincarle el diente a esa tal Darla.

—¡No, eso no! Te lo prohíbo. No podemos levantar sospechas después de todo lo que avanzamos.

—¿Avanzar en qué? —preguntó Tobías— Hace meses que jugamos con nuestra comida y aun no probamos bocado.

Todos se empezaron a agitar y a discutir entre sí.

—¡Basta! Ya saben que cuando mi padre está durmiendo, yo estoy a cargo. Todos estuvimos de acuerdo en hacer esto. Y no es verdad que no nos alimentamos, solo que no podemos alimentarnos de quienes nos rodean día a día, porque vamos a atraer la atención de quienes no queremos.

Los chicos se calmaron, pero Niza seguía rumiando.

—Ya no puedo aguantar ni un día más entre adolescentes. ¡No sabés el enorme esfuerzo que hice hoy para contenerme al percibir que una de ellas estaba menstruando! —agregó Niza.

—Tiene razón, no podremos reprimir nuestros instintos por mucho tiempo —exclamó Santiago.

Luca trató de tranquilizar los ánimos para no poner en riesgo su liderazgo.

—Durante el fin de semana tendremos un fiesta, y en las próximas semanas podrán alimentarse de quien quieran, o convertir a quien sea, solo les pido paciencia. Ya estamos muy cerca. —Levantó su copa para hacer un brindis.—. Valoremos lo que tenemos hoy, y mañana tendremos mucho más. Con el tiempo, lograremos lo que ninguno de nuestros antepasados pudo, y conquistaremos reinos.

Todos levantaron sus copas convencidos por la labia de su líder. Niza fingió obediencia a las órdenes de callar y esperar, pero en su mente ya estaba maquinando un plan para tomar el asunto en sus manos; no le importaba cuánto tiempo le tomase, la atención de Luca sería para ella solamente.




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