Capítulo 1.
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Ella se había robado mi corazón desde la primaria y había sido casi un milagro que hayamos coincidido en la misma universidad, aún me parecía una locura. Ella estaba al lado de aquella chica que era prácticamente mi mejor amiga desde la infancia. La castaña de enigmáticos ojos azulados se llama Samantha Wilson y es hija del Senador Wilson, mientras que mi enamorada se llama Olivia Davies.
De ella siempre me ha encantado su color trigueña de piel y sus brillantes ojos verdes, era una fascinación observarle y pasarle por un lado. En todos estos años yo no había encontrado la valentía suficiente para acercarme a ella y hablarle y menos he usado de la influencia de Samantha para siquiera gustarle a Olivia.
Nos hemos mantenido como desconocidos.
La mano de Hernán me pasa por el frente haciendo que deje de verla a ella para observarle a él, con mi ceño arrugado.
—¿Qué? —. Sabe cuánto odio que haga eso.
—Ya deja de verla así y mejor háblale.
Lo veo fácil y si puede que también lo sea, pero me causa ansiedad el hecho de que yo no le interese y se arruine su amistad con Samantha por culpa mía.
—Estamos mejor así.
Hernán bufa y rueda sus ojos, claramente no está de acuerdo con mi decisión.
—El día que te animes a hablarle ya ella estará con otro y tú perderás tu oportunidad.
—Quizás y es lo mejor, Olivia merece a alguien mejor y no a…—. Fui interrumpido por él.
—Lo dices y jura a Dios que yo iré y te la traeré a la fuerza.
Decidí que lo mejor sería callarme y por la paz entre los dos dejar morir la conversación, Hernán igual estuvo de acuerdo.
Ahora nos vamos de la cafetería de la universidad a otro punto donde nos está esperando mi hermano mayor y nuestro amigo Nicholas. El pelinegro y el rubio hablaban sobre una chica pelinegra que estaba apartada de ellos pero que yo reconocí en absoluto, va a mi misma clase.
—Ven a Joyce. —. Les recriminé al llegar junto a ellos.
—A Evan le gusta la francesita. —. Se mofa Nicholas ganándose un zape por parte de mi hermano.
—¿Desde cuándo despreciar a alguien es gustar? —. Evan de malas ganas toma sus cosas y las sube al asiento trasero de su coche.
—Desde que pasas un día entero hablando de ella y de lo lindos que son sus ojos. —. Nicholas delata a mi hermano y, bueno, mi hermano entorna sus ojos negando abiertamente su gusto hacia aquella chica.
—Vete a la mierda, Nicholas. —. Luego me ve a mi— ¿Te vas conmigo o te irás en tu auto?
Teníamos un partido de videojuegos pendiente en casa de Hernán y por nada del mundo podemos posponerlo.
—Me iré con Hernán y Nick a su casa, llegó en la noche. —. Él asiente y me informa que le avisará a mis padres para que no se preocupen.
Tengo 23 años y parece que ellos aún no lo entienden o aceptan, me siguen tratando como a un niño pequeño que necesita la supervisión de un adulto las veinticuatro horas del día. Y lo aprecio, no muchos pueden gozar del regalo que es tener a dos padres amorosos y dedicados a tu protección. Sin embargo en ocasiones se vuelve asfixiante y agotador. Teniendo en cuenta que me han dejado escoger está universidad y es porque mi hermano así se gradúe debe venir constantemente lo que les da la seguridad de que él me sigue cuidando.
¿Qué harán el día que finalmente me enamore y me case para luego irme de la casa? Estoy seguro que tanto mi madre como mi padre no conciliarán el sueño en ningún momento, o por lo menos hasta que me vean volver sano.
Junto con Hernán y Nick nos fuimos a casa del canadiense donde estaríamos prácticamente todo un día pegados a la pantalla, disfrutando de nuestras buenas notas y de que en pocas semanas estaremos de vacaciones de verano. Los padres de Hernán nos originarios de Canadá y son dueños de una cadena hotelera muy reconocida y elegante, Hernán es hijo único y heredero universal de ‘Hotel Carson Empire’ mientras que Nick es hijo de un actor de cine y de una escritora reconocida y ellos son dos hermanos: Kevin quien siguió los pasos de su padre en la actuación y Nick, que prefiere dedicarse en negocios internacionales por petición de su abuelo.
—¿Y como está tu madre, Harry? Taylor, ahora no quiere salir desde que Peter se fracturó.
Mi padre hace un mes exactamente mientras estaba en el club campestre de unos de sus socios tuvo un pequeño accidente que le costó una pierna fracturada y bueno, mi madre desde entonces se ha dedicado juiciosamente a él mientras sigue en recuperación. Lo que limita a mi mamá de salir con sus amistades, como la madre de Hernán, y de socializar o ir a cenas dónde los invitan.
—Ella lo cuida, es su compañero de vida. Yo, supongo, después de su recuperación saldrá más seguido.
Ella no insiste en el tema y yo ya me sentía agobiado por lo que me fui a la habitación de Hernán en compañía de Nick.
—Hey personas muy metiche.
La madre de Hernán es genial y agradable pero me parece malo que priorice una salida de amigas antes que la salud del esposo de una de ellas. No es asunto de mi madre que a ellas les vaya mal con sus esposos pero que no intenten arruinar el matrimonio de mis padres.
Hernán sube unos minutos más tarde con botanas y unas cuantas gaseosas e iniciamos nuestra tarde divertida de videojuegos y hablando de varias irregularidades en la universidad y de unos cuantos compañeros. Nick no paraba de hablar de lo egocéntrico que se ha vuelto Kevin desde que inicio su carrera actoral y de lo denigrante que es con él por elegir ser empresario. Hernán parecía relajado y es que son los beneficios de ser hijo único. Yo por el contrario no tengo un solo problema con Evan, aparte se que el mayor es él y por lo tanto heredará el puesto de presidente en nuestra empresa mientras que yo tendré el de vicepresidente.
Y aunque nadie lo crea para mí es genial, prefiero ese puesto antes que estar enojado con mi único hermano de sangre.
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Editado: 29.08.2025