H & O.

Capítulo 3.

Capítulo 3.

☁️

Los rayos solares entran por un espacio de la cortina que no habíamos cubierto bien la noche anterior. Ahora nos encontramos envueltos en sábanas abrazados el uno del otro, ella encima de mí con su cabeza recostada en mi pecho adormilada. Yo me encontraba acariciando en círculos su espalda, pensando en los años que tuvieron que pasar para que ella ahora se encuentre en mis brazos siendo enteramente mía.

Hoy regresamos a nuestras casas y no puedo creer que todo lo bonito deba acabarse, incluido nuestros momentos juntos. Hice de mi fuerza para dejarla dormir por más tiempo, yo debía levantarme para comenzar a prepararme. En esta oportunidad tomaremos el jet de la familia de Hernán ya que mis padres nos quitaron el helicóptero.

Ya me había bañado y cambiado de ropa cuando abandono el baño y la encuentro a ella aún adormilada sobre la cama, con una sábana cubriendo su cuerpo buscándome.

—Buen día, Davies.

Le pasé por un lado para guardar en mi pequeño equipaje lo que había traído. A mis espaldas escuché como ella entraba al baño, seguramente a bañarse. Yo tomé la oportunidad para salir al balcón del hotel, cerré a mi espalda la puerta corrediza y de mi chaqueta saqué una cajetilla de cigarrillos junto con su encendedor. Enciendo uno y me permito embriagarme por la nicotina.

Hace más de medio año que comencé a fumar pero no lo hacía tan seguido e igual no le quita lo dañino para la salud, únicamente tomaba un cigarrillo cuando me encontraba en la cima del éxtasis y gracias a mi noche con Olivia, no se me ha podido bajar la emoción.

Evan es consciente de mi ‘vicio’ y no me juzga, es quien me los compra cuando yo no puedo, mientras que yo le cubro su relación secreta con Joyce Wilde. Casi nadie de nuestro círculo lo sospecha y nuestros padres menos, de hecho ella nos acompañará a Laponia en unos meses.

La escuché venir y antes de que me encuentre con el cigarrillo lo apagó con mi pie y dejó caer la cotilla. ¿Está mal? Claro que sí, puede caerle a alguien sobre la cabeza pero no puedo permitir que me vea.

—¿Qué hacías? —. Me pregunta justo cuando me estaba comiendo una menta.

—Esperar que estés lista. Debemos irnos.

Le vuelvo a pasar por un lado huyendo de ella para tomar mi equipaje y el de ella y salir de la habitación y aunque Olivia se encuentre confundida justo ahora no puedo darle una respuesta coherente sobre mi comportamiento. Ella entra junto conmigo al elevador y en menos de unos minutos llegamos al lobby donde ya se encuentran todos.

—Tarde.

Evan es quien sale primero y Olivia va junto con Samantha mientras que yo me voy con mis amigos.

—¿Luna de miel?

—Es malo el chisme. —. Él advierto a Hernán.

—Es lo suyo. —. Inquiere Nick, siguiéndome.

Yo acompaño a mi hermano en los asientos de adelante mientras que Hernán, Samantha y Olivia van en los traseros muy entretenidos escuchando música o con sus teléfonos.

—¿Fumaste?

Lo malo de que él me los compre es que cuenta uno a uno para saber cuando lo he hecho o no.

—Es privado.

—No cuando soy tu proveedor.

Bufé evidentemente en contra de lo que él dice.

—Mis padres nos esperan y no están nada contentos. Papá ha tomado sus muletas y nos espera.

Pocas veces los hacemos molestar, la mayoría del tiempo nos dejan hacer nuestra voluntad.

El vuelo fue rápido y sin mucha turbulencia. Olivia estaba abrazada a mi mientras que el resto con su pareja o solos, en caso de Evan y Nick. Aterrizamos en Malibú para buscar nuestros autos y fue amable Nick en llevar a los chicos a sus casas ya que a Evan y a mi nos esperan.

—Te espero en la fiesta de esta noche, Davies.

La abracé y di un último beso antes de cerrar su puerta e irme de nuevo a mi auto donde Evan impacientemente me espera.

Romántico.

—Ustedes me querían con ella, no quiero quejas.

Enciendo mi auto y nos vamos antes de que revienten el teléfono de Evan de tantas llamadas que a cada instante hacen. Unos minutos más tarde ya me encontraba entrando a nuestra residencia, y en especial a nuestra cochera. El mayordomo nos ayuda bajando nuestro equipaje mientras que nos dirigimos al salón principal, dónde al primero que vemos es a nuestro padre con cara de pocos amigos y mi madre detrás de él igual de enojada.

—Entiendo que sean adultos pero no quita que un mensaje al menos manden, y más para avisar que se llevarían el helicóptero tan lejos y haciendo tantas paradas innecesarias. —. Lo último había sido para Evan.— Ya no son unos niños pequeños, ya tienen una edad donde deben ser más maduros y tomar decisiones maduras y de adultos pensantes. Harry, me decepciona este comportamiento no sueles ser así… De Evan puedo esperarlo, menos de ti. —. Él toma su entrecejo con su mano a la vez que bota aire enfadado.— Vayan de inmediato a sus habitaciones y los quiero ver puntuales en el jardín a las cinco, porque aparte de que se van sin despedirse o avisar hacen su propia celebración sin avisarnos.

Evan y yo tenemos mucho respeto por nuestro padre y madre y cuando nos regañan por haber hecho algo malo terminamos asumiendo las cosas y no nos quejamos. En silencio cada uno subió a su habitación, Evan es el único miembro de la familia que su habitación se encuentra en el piso más abandonado de la casa, mientras que mi habitación está junto a la de Kim.

Y es la misma quien entra a mi habitación cinco minutos después.

—Tomaré en cuenta ponerle pestillo a la puerta.

Estaba algo cansado por el viaje y ella solo quiere venir a reclamarme por haber estado con Olivia estos dos días.

—¿Estás saliendo con ella? —. La rubia es impaciente y me ve arrugando su entrecejo, lo que me deja en claro que no está contenta.

—Solo quiero divertirme un rato con la chica que me gusta, ¿Ahora me quieres prohibir eso?

Mi madre y mi padre me prohíben algunas cosas cuando son exageradas y a ellos los comprendo, pero que ahora venga Kim con ínfulas de querer prohibirme algo si que no lo puedo permitir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.