Capítulo 12.
Hace algún tiempo atrás.
Ellos habían desistido a la idea de conseguirme una novia para casarme con ella antes de mis veinte años.
Lo cual agradecía, así como ellos se habían resignado a su búsqueda yo me había resignado a qué volvería a ver a aquella chica que en mi niñez me cautivó. Luego de unos grados más tarde ella se iría de la escuela sin dar explicaciones y sin saber siquiera su nombre. Fue raro pasar de grado y no encontrarla en el jardín rodeada de chicos tratando de ganarse su tiempo.
—Te dije que si no hacías algo lo ibas a perder.
Es Hernán quien arduamente se encarga de reprochar mi falta de valentía.
—Harry es tímido, Hernán. —. Interviene en mi rescate, Samantha.
Ganándose una mirada llena de burla por parte del canadiense.
—Sam, nena, hizo que Amalia Castellanos se fijará en él con solo una salida. Y trae a una gran parte de la escuela detrás de él. De verdad que no lo comprendo.
—Él quería a la morena, Hernán.
Nick aparece como un ángel de la guarda a mi rescate.
—Pues le buscamos a otra. Ya sabemos que le atraen las chicas de piel trigueña y cabello castaño.
Es mi mejor amigo y lo quiero pero esos comentarios en ocasiones hace que lo odie.
—Mejor no. —. Hablo, llamando la atención de los tres.
—Harry, príncipe sabes que…—
—Ya dijo no deja de insistir. —. Le riñe Nick.
Había librado con mis padres al darse por vencidos en su búsqueda para nada exitosa y esperaba que Hernán por su parte se canse de querer dárselas de celestino.
—¿Y Amalia, Nick? —. Le pregunta con interés al rubio.
—En Harvard.
Eso me sorprendió, quizás creí que lo decía en juego por querer molestar al tal Benjamín.
—Espera a qué Harry madure. —. Farfulla con aires de burla Hernán.
Nick frunce su nariz ante el comentario de nuestro canadiense amigo.
—Ella sale con Benjamín, solo que no es para nada una relación oficial.
¿Y por qué a mí me coqueteó esa tarde?
De pronto comprendí el malestar del chico al saber que ella quería quedarse acá en Estados Unidos y no volver con él.
Él quería oficializar estando solos en Inglaterra y ella ante su decisión apresurada lo arruinó.
—No sabía. —. Susurré, ganándome una mirada ladina por parte de Hernán.
—¿Ya ves que le quitaste sus esperanzas? —. Le dice a la vez que codea al rubio.
—Harry…—. Inicia hablando el rubio optando una pose bastante seria y que sería característica de él.— Como tu mejor amigo te recomiendo no interesarte y mucho menos necesitar de mi prima.
Lo veía aún más confundido, no soy tonto y se de que índole fue su invitación, o… insinuación.
Pero ya a qué Nick advierta me da una mala espina el haberla conocido.
—¿Y por qué? ¿Qué puede tener de malo una rubia? —. Le pregunta Hernán, viéndose confundido y a la vez divertido.
Nick aparta la mirada de mi para fulminar a nuestro escandaloso amigo canadiense.
—Amalia es una mujer de alto voltaje y muy premeditada. Ella dónde pone el ojo ahí tiene que ser, o por las buenas o por las malas pero ahí tiene que ser. —. Tras aclararse la garganta, cambia aquella pose fúnebre por una más relajada y me pregunta— ¿Te ofreció una ayuda que debes pagar al ser adulto?
«Tu crece pero cuando me llames para pedirme ayuda te la voy a cobrar. Esperemos que para cuando eso suceda seas un adulto y te encuentres en una situación difícil.»
Claramente no le diría que su prima se me insinuó en plena salida del club,
Sería darle cotilla a Hernán y dar un mortifico innecesario a Nicholas.
—Eh, no.
Él pareció no creerme pero no insistió.
—Vale, mientras eso no ocurra estás a salvo.
—Ay, Nicky, exageras. —. Le dice un Hernán aburrido, tomando con aburrimiento de su gaseosa.
Nick entornó sus ojos y volvió a ver al canadiense.
—Metete entonces con ella pero no te quejes cuando haga de tu vida un infierno.
Un infierno.
Si había notado que en aquella mirada azulada había algo más mortal que un arma,
Había un mujer inteligente y que sabe utilizar su belleza a su favor.
Pero era mala, lo noté desde la primera impresión.
—Si es Amalia entonces con gusto. —. Inquiere como todo un fanfarrón.
—Idiota. —. Farfulla una malhumorada de Samantha.
Ella nos deja y se va estando completamente enojada con el patán de Hernán.
Golpeé el brazo de Hernán viéndole mal.
—No seas tan cruel estando ella.
Hernán chifla revolviendo su ondulada castaña.
—Ella es una sensible.
—Le gustas idiota.
Nick frunce su nariz antes de tomar su maletín e ir a dónde de seguro se encuentra Sam llorando.
Habíamos quedado nosotros dos solos en silencio, él viendo de seguro esperando que pueda regañarle y yo a la expectativa de que recapacite y le pida perdón.
—Las chicas son complicadas.
—Tu las haces ver complicadas.
Él me ve fijamente, quemando de mala manera con aquel par de verdes.
—Harry…
—¿Sabes quién la invitó para el festival de cine en el club? —. Hernán niega ajeno a la situación.— Christian Monroe.
Él hace parte del equipo de fútbol del club campestre y ha estado interesado en Sam desde que la conoció en sus prácticas de tenis profesional.
Y lo ha rechazado por querer estar con Hernán.
—Coge consejo, Hernán. —. Le dije a la vez que me paraba para ir con los demás.— O aprendes a quererla, o déjala ir.
—Sam, prometo golpearlo pero antes tienes que salir y dar señales de vida.
Tanto Nick como yo nos encontramos preocupados por ella y en el estado en que salió luego de escuchar al imbécil de Hernán hablar coquetamente de la prima de Nicholas.
Esperaba fielmente que Hernán coja consejo y aprenda a querer a Samantha ya que ella si está ilusionada con él y con la idea de estar juntos siempre. Sin embargo, se conoce que Hernán es un jugador y es uno de los mejores.
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Editado: 26.09.2025