H & O.

Capitulo 22.

Capítulo 22.

Tenerla frente a mi luego de un par de días era extraño.

—¿Sabes que no hay necesidad de vernos ahora que no somos esposos?

Ella relame sus labios y mira a todos lados asegurándose de que no haya venido con más nadie.

Parece nerviosa, muy nerviosa, sin embargo lo que fuera a decir no me importa.

—No quiero verte más nunca.

Estaba por dar el primer paso pero ella me detiene al hablar.

—Debes saber toda la verdad. —. Al decirlo me pide que me siente con ella a la orilla del lago. Extrañado acepto.— Todo fue un plan ideado por ella para hacer que la busques.

¿Ella? ¿De quién habla?

—¿Ella quien es?

Olivia inhala y dice:

—Antes, me gustaría contarte la historia de quién soy.

¿Vale la pena querer saber eso ahora luego de lo que me hizo pasar?

—Crecí en Texas en una familia promedio y vine a estudiar para acá por petición de mis padres, afortunadamente un tío me recibió e inscribió en el colegio donde me viste por primera vez. Mi nombre real es Elena Elizabeth Mathers y nací un cinco de enero del 89, fui la segunda de dos hermanos. Mi hermano se mudó a Nueva Jersey y más nunca lo volví a ver. Conocí a Amalia en mi trabajo nocturno de camarera me dijo que tenía un trabajo perfecto para mí y con el que ganaría mucho dinero. Ese trabajo eras tú. —. Elena me miró y por primera vez puedo ver en sus ojos que dice la verdad.— Tendría que enamorar al amigo de su primo, casarme con él y luego destruirlo. Tener hijos no era parte del plan pero sucedieron.

El horror que sentía por la loca cabeza de Amalia me sube a la cabeza brutalmente, de lo que fue capaz de hacer con él único propósito de estar conmigo.

—Me embaracé de Blake al saber que tus planes no eran casarte, sabía ella que usando un embarazo tus padres te obligarían a cumplir como hombre y darme un anillo. Luego vinieron los gemelos. Y fue ahí donde iniciamos el plan principal: destruirte y hacerte sentir como un paranoico, volverte loco por medio de mis adivinanzas, de mis andanzas, llamadas y mensajes. Esas pruebas eran puestas a propósito para que las vieras, las llamadas eran a propósito. Todo lo fue. —. La había superado pero no puedo creer que nada fue real al lado de ella.— Mis hijos biológicamente si son tuyos, siempre lo fueron pero Amalia creyó que sería gracioso verte retorcerte de dolor al saber que te engañé y que los niños a los que amaste con toda tu vida no eran tuyos.

Las palabras habían desaparecido, solo quedaba mi mente hecha un caos, asimilando una nueva información.

Veía a Elena y todo era una mierda, una maldita pesadilla de la que quería despertar.

—La tarde que te internaron, aquellos golpes que supuestamente me los habías dado tu en realidad fue Nick e Iván Hall quien me los dieron. Todos mis golpes fueron por Nick. Él más que nadie te quería ver destruido, te odia y te tiene envidia. —. Ella lleva su mano a mi rostro.— Eres tan guapo que siente envidia de ti, envidia de lo mucho que todos te aman, de tener los hijos perfectos. —. Ella sorbe su nariz y vuelve al tema:— Está el esposo de Amalia quien te desprecia por hacer que ella quisiera quedarse aquí y no volver a Londres. Debes tener cuidado con él, está muy informado sobre ti y en cualquier momento podría atacar.

—¿Elena, por qué esperas hasta el final para decirme esto?

Ella se elevó de hombros.

—Me amenazaron luego de haber tenido a mis niños, me vivían diciendo que matarían a mis hijos si te decía la verdad. Y puede que ahora que haya dicho la verdad algo malo me ocurra no me importa, solo quería cambiar ese concepto que tienes de mi.

—Me hiciste daño y eso no puedo perdonar.

La quiero perdonar y hacer que nada pasó pero no estaría bien, el daño que me causó a mi y a mi familia no lo quita ni con decir la verdad. Solo hace que se hunda más.

—Entiendo.

Ella se aleja de mi un poco y gira a otro lado.

—Cuida de los niños, ahora tienes a Benjamín sobre ti al acecho.

Negué, no puedo lidiar con esta injusticia y uso de poder.

—¿Ellos golpearon a Hernán?

Elena asiente.

—Debemos denunciar esto, Elena, no podemos dejar que sea impune.

—Harry, van a matar a los niños si hablo…

Su cara de preocupación es genuina, ella al igual que yo siente miedo por lo que les pueda pasar a mis hijos.

—Ellos están a salvo en mi casa, nada malo va a sucederles.

Ella me ve y toma de las manos.

Traía sus ojos verdes ahogados en lágrimas.

—¿Me prometes que si denuncio a mis hijos no les va a pasar a nada?

—Lo prometo.

🔸 🔸 🔸

Elena.

Tras efectuar la denuncia y mostrar las evidencias que traía encima él se despide de mi yendo de vuelta a su casa.

Yo me aparté unas cuantas calles encontrando a mi acompañante, Iván me espera emocionado en el interior del auto.

—¿Cayó en la trampa?

Con un pañuelo limpié las gotas que me había echado y le devolví la enorme sonrisa que él me daba.

—Es tan ingenuo.

Iván ríe y pone el auto en marcha.

—Amalia tenía razón, es fácil de convencerlo.

Iríamos a dónde normalmente nos reunimos con los del resto del grupo.

Nick fue quien nos abrió y preguntó:

—¿Ya denunció?

Yo asiento y él satisfecho me abraza fuerte.

—Estoy orgulloso de ti, preciosa.

Besa mis labios y tomándome del brazo me lleva a dónde se encuentra Amalia junto a su esposo.

—Gran trabajo, Elena.

Yo sonreí apenada.

La de la idea fue ella y Nick, fueron quienes lo idearon todo, yo solo actué.

—Amar a Collins debió ser la cosa más aburrida. —. Benjamín era un hombre guapo pero déspota y amargado.

La verdad Collins había sido un buen amante durante estos años, era fenomenal tenerlo a mi merced en lo que el sexo me refiero. Era agradecida por haberle dado tres hijos guapos, era afortunada solo por el hecho de haberlo tenido muchas veces sobre mi, dentro de mi.




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