- ¿Quién te ha dicho eso?
- Eso no importa. Jolie….- Esta vez habló con un tono un poco más suave.- Quiero que seas sincera conmigo. ¿Quién es el padre en verdad?
- Pues tú. ¿Decides creerle a aquellas crueles personas? ¿Recuerdas cuando se decían que no era realmente de familia noble y que en verdad era una criada?
- Sí, pero yo sabía que eso no era verdad, no solo crecimos prácticamente juntos, tú también eres simplemente idéntica tu madre.
- ¿Y ahora qué hay que no puedes confiar en tu mujer, tu amiga, tu compañera de toda la vida? Tú mismo lo dijiste, crecimos juntos.
- Fue Bonnet quien me contó. Sabes bien que, después de ti, él es mi más leal compañero.
- Claro que lo sé, han sido amigos toda su vida, pero sé también que nunca le he agradado.
- ¿Insinúas que me mintió? No es algo que haya inventado, Jolie, Fue el niño, Dean, quién le informó. Tú siempre dices que los niños no mienten.
- Cariño, eso es completamente mentira. Yo no sería capaz de engañarte así.
Se produjo un largo e incómodo silencio. Al parecer Chevelier estaba considerando la situación. Sin más que hablar, Jolie se fue del lugar con la excusa de que Noir ya habría terminado su clase de pintura con la institutriz; dejando al rey solo con sus pensamientos.
Durante el resto del día no volvieron a verse sino hasta la hora de la merienda cuando todo estaba como si nada. Noir le hacía muecas a su padre desde el sofá mientras él no la veía, cuando volteaba se hacía la dormida. Jolie observaba disfrutando del momento, por alguna razón, ella temía que no le quedaran muchos más.
Luego de la merienda, ella no se cruzó al rey ni en la cena.
- ¿Y Noir?- Preguntó mientras tomaba asiento en su lugar.
- Comió hace unos minutos junto con su majestad.- Le respondió Céline, una mucama con la tez más blanca jamás vista, los ojos más cristalinos que un mar de agua pura y el cabello como la nieve a la luz del sol, con la que tenía mucha confianza.
- Ah….
- Aparentemente la pequeña ya tiene sus preferencias.
- Lo siento Céline, no estoy muy animada para hablar del tema.
- No se preocupe su alteza. Buen provecho.
- Espere. Am…. ¿Le molestaría cenar conmigo? No quisiera estar sola.
- Querida, sería un honor, pero no quisiera que su majestad se enoje más con usted.
- ¿Entonces ya lo sabía? ¿Por qué no me dijo nada?
- Supuse que el rey la citaría a hablar del tema, pero tardó más de lo que creí en enterarse. Lo lamento.
- …. No se preocupe…. -Miro su plato por un largo rato mientras la mucama seguía allí parada. -Buen provecho para usted y el personal.
- Muchas gracias, su alteza. Llámenos si necesita algo.
Céline se retiró y Jolie quedo totalmente sola en la extensa mesa del comedor real. Comió en silencio, y aunque normalmente se quedaba a ayudar a los sirvientes, pero ese día en particular solamente deseaba ir a dormir.
Su esposo no confiaba en ella.
Su antiguo mejor amigo la detesta.
Su hija no la tiene como su primera opción.
Dudaba de la fidelidad y lealtad de Céline.
- Espero que tú nunca me dejes, y que siempre podamos confiar el uno en el otro.- Susurró a su vientre.- Espero que seas alguien noble de corazón, laborioso y animado, que disfrutes la vida por mas mísera que ésta sea….