Habitantes de las sombras

capitulo 4: Deimos

 

Necesitaba desesperadamente que alguien lo sacudiera, o que aquel hombre estuviera mal de la cabeza y solo fuera una confusión, y es que debía de ser eso ¿no?

Yo no soy un asesino. Yo no mate a mis padres.

- Sé que en esa cabecita de humano que tienes debes de estar pensando en muchas cosas innecesarias- su voz disipo la neblina en que se encontraba la mente de Athan- pero si te soy sincero no me gustan los callejones llenos de moho, así que mejor vamos a tu casa

Tomo la muñeca del pelirrojo y tiro de ella en dirección a la salida, Athan salió de su ensimismamiento y se zafo del agarre del tipo.

- ¿Qué te hace pensar que dejare que un tipo que aparece de la nada y me acusa de asesino entre a mi casa? - su voz se mostró firme y su rostro impasible, pero por dentro estaba temblando como una hoja.

El hombre lo miro a los ojos sin expresión alguna, para después reírse con mucha fuerza.

- ¿Cómo te puedes mostrar tan desafiante cuando por dentro pareces un ratón asustado? - su sonrisa era sádica- vamos, ¿o acaso no quieres saber porque te llamo asesino o como hago para aparecer en tus sueños?

Dio media vuelta saliendo del callejón, dejando a un Athan aturdido por la situación. Apretó sus manos en puños por la impotencia que sentía, quería partirle la cara a ese tipo, pero sería demasiado peligroso. Agarro su celular, lo mejor sería que llamara a la policía. En la pantalla de inicio se mostró un mensaje.

Leo: por favor llámame, hablemos.

Vio la pantalla de su celular unos segundos y lo apago, como sea debía de saber que mierda era lo que estaba pasando con sus pesadillas y quien era ese tipo. Solo esperaba que el hombre no fuera un psicópata y lo matara en su propia casa. Cuando alzo su mirada vio que el peliblanco estaba ya en la salida mirándolo con expresión divertida, Athan camino irritado hasta llegar a su lado.

- ¿alguna vez te han dicho que tus expresiones faciales son fascinantes?

 

- Cállate

Ambos caminaron en silencio, las calles estaban desiertas lo cual el pelirrojo agradecía, la gente del pueblo era extremadamente sensible a los visitantes de afuera y no quería que le preguntaran quien era el hombre a su lado cuando ni el mismo lo sabía. Pudo divisar la puerta de su casa a unos metros y casi instintivamente se puso a rezar en su mente de que no le pasara nada malo por su decisión tan estúpida.

- Él no te escuchara, no eres uno de sus creyentes

- ¿de que estas hablando…?

- De nada, entremos rápido, no me gusta el sol

En su cabeza varias alarmas se encendieron, ese hombre no es normal. Abrió lentamente la puerta, como mentalizándose de lo que estaría por pasar.

- ¿acaso hay alguien escondido en tu casa o qué? - su mano empujo la puerta abriéndola de golpe- los humanos son muy lentos- bufo y entro a la casa.

Athan abrió su boca indignado mas no fue capaz de pronunciar palabra.

Le falta un tornillo en la cabeza.

Cerro la puerta tras suyo viendo como su invitado se acostaba relajadamente en el sofá. El pelirrojo se cruzó de brazos y puso una expresión seria, no se podía mostrar cómo alguien fácil de molestar.

- Rápido, cuéntame de que trata todo esto- pregunto feroz sin apartarse de la puerta

El hombre acostado en el sillón lo miro con expresión divertida.

- ¿No se supone que primero atiendas a tus invitados con un café?

- Tú no eres mi invitado, habla o te echare a la calle

Su expresión paso de ser divertida a irritada en solo un segundo, como si la personalidad graciosa y relajada fuera solo una fachada.

- Ten cuidado en cómo me hablas humano- hablo en tono bajo, su voz sonó tan escalofriante que Athan sintió que su sangre se congelaba- en mi reino no serias capaz ni de respirar en mi presencia.

¿Qué si estaba aterrado? Mierda, se estaba muriendo del puto miedo al ver la expresión de loco del peliblanco, pero no podía perder su compostura o sino las cosas se complicarían para él. Trago saliva nervioso y apretó aún más sus manos en su cintura.

- Pero ahora no estamos en tu reino, ¿o sí? - respondió desafiante

Ni siquiera sé de qué jodido reino me habla, pero lo mejor será seguirle la corriente

El hombre lo miro sin decir una sola palabra, para después reír levemente y relajarse en el sofá.

- Sí que eres toda una sorpresa

Hubo un momento de silencio en donde ambos se miraban fijamente, como depredador y presa.

- Contestare todas tus preguntas, pero a cambio tienes que hacer algo por mí.

- ¿Qué? - respondió incrédulo- nunca dijiste eso antes

- Bueno, cambio de opinión muy rápido

Dudo unos segundos ante acceder a su petición, era un desconocido y no sabía que cosas le podía pedir, pero la curiosidad de saber las respuestas a todas sus dudas era más grande.

- Está bien, pero tu petición no puede ser nada extremo

- Te aseguro que no será nada complicado- se estiro con pereza y señalo el asiento frente a el- siéntate y pregunta lo que quieras.

Dudoso se acercó a la silla y se sentó quedando cara a cara con el sujeto.

- ¿Qué eres? - pregunto directo

- No responderé preguntas sobre mí, pero lo que si te puedo decir es que soy superior en todos los aspectos a tu especie

¿mi especie? ¿entonces no es humano?

- ¿Por qué aseguras que yo mate a mis padres? - pregunto con voz temblorosa, no sabía porque, pero cada que aquel hombre mencionaba la muerte de sus padres la ansiedad y el nerviosismo lo invadían.

- Eso fue lo que la corte dijo- respondió con rostro serio

- ¿la corte?

- Son los seres que guardan registros de las situaciones de ciertos humanos que tienen que ser juzgadas

- Pero yo no…

Su mano se alzó frenando las palabras de Athan.

- No me importa escuchar tu lloriqueo de que eres inocente, eso es lo que dice la corte y ellos no se equivocan

De pronto sintió que su garganta y ojos ardían, no sabía que estaba pasando con esta situación tan rara.




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