Habitantes de las sombras

capitulo 18: Solo yo

Seguian en el mundo de Deimos,un mundo desabrido y antipatico era el hogar de la persona frente a el. No podia pensar en nada mas que no fuera en su supuesto hermano.

¿Quien soy realmente?

su identidad parecia ser una hoja borrosa en la que manchas y tachones era lo unico que se podia ver. Su nombre parecia ser lo mas lejano a su yo. ¿A quien debia rogar para pedirle respuestas?

- Vamonos- la mano de Deimos se cerro alrededor de su muñeca jalandolo hacia un lugar mas alejado

Atlas se dejo llevar, su mente estaba en otro plano, se encontraba ido.

- Ya se en donde buscar

- ¿buscar que?

Los ojos de Deimos adquirieron un brillo inusual.

- A tu hermano

Atlas no respondio, la sensacion de incomodidad que le producia aquella persona que no recordaba y practicamente no conocia era indsicriptible, tambien estaba aquel pensamiento que se habia instalado en su mente como un parasito, aquella vocecita le decia:

"No lo busques, tu eres lo unico que necesitan los demas, no él"

- Atlas- lo llamo Deimos sacandolo de sus pensamientos- ¿nos vamos ya?

El pelirrojo asintio dejandose llevar por el peliblanco, no podia procesar aun lo que estaba pasando. Si su hermano estaba vivo entonces... ¿Que haria?

Cuando Deimos los transporto hasta su casa se sorprendio al ver lo que pasaba, esta se estaba quemando, y fue inevitable para su mente no traer de regreso los recuerdos del accidente.

- Athan- la voz de Leo se escucho lejana y amortiguada por el sonido de la madera al ser quemada

de pronto unas manos agarraron sus hombros con impaciencia, era Leo, su rostro tenia una expresion de preocupacion.

- Pense que seguias en la casa- mascullo aliviado

Atlas no supo que decir, no sabia lo que estaba pasando.

- ¿como...?- balbuceo

- Al parecer hubo una fuga de gas- respondio Leo

Atlas volvio a mirar su casa, consumiendose por las llamas por segunda vez.

- ¿como lograste salir?- pregunto Leo

Atlas volvio a la realidad y busco al peliblanco con la mirada pero no lo encontro, ¿en donde se habia metido?

- Yo... no me encontraba en la casa

Leo adopto una mirada extraña, pero no pudo decir mas pues algo insolito comenzo a ocurrir. El fuego comenzo a extinguirse, como si nunca hubiera estado ahi.

- ¿que mierda?- murmuro Leo- debo decirselo a mi abuelo

Todo esto es muy... raro

su mente se encontraba ida y sus sentidos adormecidos, ya no lograba distinguir lo que era real y lo que no.

- Atlas

alguien lo llamo, pero el ya no podia reconocer su entorno, solo fue cuando se desplomo en el suelo que penso que tal vez su final estaria cerca.

.

.

.

unos murmurllos lo despertaron, una luz blanca brillante fue lo primero que captaron sus ojos, los cerro fuertemente y parpadeo para acostumbrarse. ¿En donde estaba?

- que bien, ya despertaste- una voz lo hizo mirar hacia la puerta y al mismo tiempo analizar su entorno

se encontraba en una cama acostado, una pequeña habitacion sin ventanas con un bombillo deslumbrante. No reconocia al anciano frente a el.

- ¿quien es?- su garganta estaba seca por lo que su voz salio rasposa

- Soy el dueño del taller- dijo tranquilamente mientras servia un vaso de agua y se lo ofrecia

- ¿taller?

- si, aqui compraste el crucifijo de madera

Atlas finalmente recordo, aquel crucifijo que aun colgaba sobre la cabecera de su cama que no servia para nada.

- ¿como llegue aqui?

El anciano guardo silencio, solo se limitaba a observar al pelirrojo sin decir ni una palabra.

- Tienes una gran responsabilidad en tus hombros- su vista bajo hacia el suelo- no nos decepciones

Atlas no pregunto nada mas, no porque no tuviera preguntas respecto a lo que dijo, si no que sentia que no debia preguntar nada mas. Salio de la cama tratando de no caerse debido a los mareos que sentia, era como si una bola de malas emcoiones creciera cada vez mas y mas en su interior.

De nuevo Deimos no estaba por ningun lado. Cuando salio de la casa del anciano el sol ya se encontraba en su punto mas alto, en su camino hasta su casa se dio cuenta de la rara actitud que tenian los habitantes con el, no lo saludaban y pasaban a su lado como si no existiera. Al pasar por la plaza pudo ver como una gran pancarta se podia apreciar con el nuemero siete en rojo. ¿que significaba?, al parecer todos se estaban alistando para un festival, lo cual lo extraño demasiado, pues no era comun que se celebran estas cosas. Pero no iba a preguntar, solo queria saber lo que habia pasado la noche anterior.

Su casa ya se podia vislumbrar a lo lejos, pero lo que mas lo extraño no fue que esta estuviera en perfectas condiciones como si el fuego no hubiera existido, si no que lo mas extraño fue el horrible olor nauseabundo que desprendia el lugar. Entro con su antebrazo cubriendo su nariz y boca.

- ¿Deimos?

No obtuvo respuesta. Un extraño ruido proveniente de la sala lo alerto, se escuchaba como si alguien estuviera chirrriando los dientes con fuerza, cuando entro a la habitacion se sorprendio por lo que vio, la pared de su casa estaba destruida, se podia ver el interior de la estructura, Deimos junto a Lenox y Max se encontraban al lado de una persona arrodillada.

- Athan- murmuro sorprendido

Era como verse en el espejo, pero al mismo tiempo la diferencia era enorme, el rostro de su gemelo estaba cadaverico, una quemadura se encontraba en toda la parte izquierda de su cara y sus ojos no tenian vida, como los de un pez, apenas y habia cabello en su cabeza, como si se lo hubiera arrancado.

- Esos vejestorios tenian razon- hablo Deimos esbozando una maquiavelica sonrisa- tu hermano siempre estuvo contigo

Una señal de su cabeza fue suficiente para que Atlas atara cabos, Athan siempre estuvo viviendo con el, escondido en las paredes de su casa.

- Mi lindo hermanito- su voz rasposa carecia de emociones- ¿te gustó tanto vivir siendo yo?




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