-A mí no me haces pendejo, dame el celular que te acabas de guardar, el reloj, la cartera, ¡todo, cabrón!- Exclamó el asaltante.
-Te lo juro que es todo.- Dijo aquel hombre mientras lloraba.
-Soy una pinche lacra, ya lo se, pero así como soy de pinche maldito, soy de palabra.- Dijo el asaltante.
El asaltante le dio 2 disparon en la cabeza a aquel hombre, y le recordó su promesa: “aquí te van a encontrar muerto.”
Aquella mujer vio a ese hombre que recién moría. No era una forma muy grata de llegar al destino.
-Soy lo inevitable. Sé bienvenido a tu Limbo mientras se decide tu verdadero destino.- Dijo aquella mujer.
¿Por qué no dejaste que me despidiera de ella?- Preguntaba aquel hombre triste.
-Te dí la oportunidad. No la tomaste.- Dijo aquella mujer.
-¡Dijiste que estaba a tiempo!- Gritó el hombre.
-¡Y te dije que tu destino dependía de esa decisión!- Gritó aquella mujer.
-¡Jamás me dijiste la puta decisión!- Gritó el hombre.
-Te la dije claramente. Y no la entendiste.- Dijo aquella mujer.
-No sabía que hacer.- Dijo el hombre.
-¡Por favor! Actuaste como un cobarde toda tu vida, ¡Y ni muerto te haces responsable de tus pésimas decisiones!- Gritó la mujer.
-Yo me voy.- Dijo aquella mujer.
-¿Qué? ¿Adónde vas?- Dijo aquel hombre.
-Te traeré compañía, por si te aburres con éstos.- Dijo la mujer desapareciendo
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Editado: 28.09.2020