El inicio
Siendo hija única la soledad fue la primera que conocí
al principio le huí,
pero cuando dejé de hacerlo y a su lado cómoda me sentí
lloré y reí
y hasta ahora ella sigue aquí
se ausenta y se aleja, fui yo la que siempre a ella volví
porque sin ella no sé qué sería de mi...
Tenía menos de ocho años cuando para conocerla elegante me vestí
-Ella es la muerte y a todos nos toca- fue la presentación que oí
un ataúd, un cuerpo flores y rostros de llanto fue lo que vi
-Se ve tranquilo el difunto, no ha de ser tan grave- dijo mi voz interna y yo le creí.
-Nadie vuelve y nadie se salva cuando la muerte se enamora de ti-
agregó alguien y al miedo detrás de mí sentí,
ese día al miedo también conocí
pasó el tiempo volando y yo crecí
-Me enamoré de él, déjalo ir- pidió la muerte y aunque también lo amaba yo accedí;
(sí, acepté, dos veces ese error cometí)
la primera vez dolió mucho, pero sobreviví
la segunda vez si me hundí
se puede decir que hasta hubo mi muerte porque ya no soy lo fui
y hasta enterrada viva resulté porque por muchos días la claridad yo no vi
muchas madrugadas como alma en pena, sola sufrí
y de dolor me encogí
siendo pequeña como ratón mi habitación fría recorrí
por la falta de luz en el lugar, me perdí
debajo de la cama me metí
y ahí los vi
5 seres que en un principio no sabían quiénes eran y me confundí,
eran: Miedo, muerte, soledad, tiempo y otro que no reconocí,
entonces pregunté : - ¿Ustedes qué hacen aquí?-
y todos a coro respondieron -Vivo aquí desde que te conocí-
-Anda, siéntate y hablemos- ofreció la soledad y yo sonreí
para hablar con ellos después regresé, volví
y entonces entendí
que ellos nunca se alejaron de mí
que siempre estuvieron ahí
que con ellos debajo de la cama crecí
y eran "los monstruos debajo de la cama "sobre los que más de una vez oí,
pero no eran aterradores como creí
eran mis amigos y de eso me convencí.