¿Amar?
Toda la vida soñé desde las sombras encontrar el amor, era tan importante y tan presente que las expectativas podían cambiar con el paso de los años, pero nunca las ganas de tener una historia de amor.
Una llena de aventuras, una llena de sueños, una llena de fantásticas historias románticas e intensas. Una que me enseñará, que me hiciera sentir viva, que me hiciera más fuerte y valiente. Pero nunca me di cuenta que eso solo estaba en mí. Que la ilusión del cuento se acaba a la media noche y que nunca encontraría lo que estaba buscando fuera de mí.
Deseaba con todas mis fuerzas que alguien llegará a cambiar mi vida, a volverla diferente más divertida y entretenida. Alguien que cada día me despertará y me dijera con una gran sonrisa
"¿Por qué lucharás hoy, preciosa?".
Alguien que cada vez que me vea bajar la mirada toqué mi mentón y lo levante diciendo:
"¿Por qué le escondes tus bellos ojos al mundo, hermosa?"
Alguien que cada vez que me vea llorar, me abracé con fuerza o sostenga mi mano como si fuese lo más preciado diciendo:
"Estoy aquí para que puedas llorar, gritar y desahogarte preciosa, nunca dudes de eso".
Alguien quién nunca se aburra de mis historias, que las guarde en su memoria con paciencia y sin querer perderse una sola.
Alguien quién me abrace cuando no me sienta bien, que sostenga mi mano cuando estoy nerviosa y besé mis labios cuando las dudas carcoman mi mente, haciéndome olvidar de todo.
Alguien que me sacará de mi zona de confort, que me mostrará el mundo diciendo:
“Aquí esta hermosa, vívelo, disfrútalo o escóndete y ódialo. No importa cual camino tomes, estaré aquí para acompañarte".
Alguien que saque lo mejor y lo peor de mí, conociendo mi verdadero ser y amándolo. Si prejuicios, sin miramientos, sin peros o sin intentar cambiarme.
Pero entonces comprendí que nadie vendría a susurrarme esas palabras, ni mucho menos a hacer algo que no les correspondía.
Porque entonces comprendí que yo era la única capaz de cambiar mi historia, de hacerla divertida y entretenida.
De darme ánimos cuando lo necesitaba, de sostener mi mano cuando estaba a punto de caer y de volverme fuerte y valiente por mi propia cuenta.
Porque era yo la única que debía aceptarme cuando amaba el mundo y era yo la que debía sostenerme cuando lo detestaba.
Porque ese alguien que siempre debió descubrirme, tentarme al máximo y amarme era y siempre será solo yo misma. Nadie más, porque ni los príncipes, ni los villanos de los que tanto leo vendrán a salvarme cuando no tenga razón para vivir.
“La niña lo ha entendido, pero sigue desconectada de si misma y el mar se encargará de hacérselo saber” Verona