Hacia el Horizonte

Un espectador con suerte…

Un espectador con suerte…

Hay personas que estamos destinadas a amar de lejos, a soñar despiertas y a vivir con la esperanza de algún día ser vistas. Personas destinadas a observar de lejos, a apretar el corazón con besos no correspondidos y a estrujar cada sentimiento mientras observan el amor, sin ser participe realmente. Solo allí, observando, siguiendo los patrones, la espontaneidad y la belleza del amor. Convenciéndose una y otra vez de ser realmente solo un espectador con suerte. Un suertudo por poder disfrutar del amor ajeno incluso cuando no le pertenece.

¿Pero acaso el amor deja espacio a pertenecer a alguien? ¿No es ese un acto de pertenecía que no nos corresponde a pesar de ser capaces de amar?




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