Capítulo 4

El lugar sigue lleno de sangre a sí que como puedo y el dolor en la parte de mi cuerpo que está cortado, me lo permite, salgo del closet para poder buscar algo con que limpiar el desastre que hice en la habitación por estar buscando lo que no se me había perdido

—eso me pasa por chismosa, nadie me mando a buscar en el pasado de ese idiota—ahora mismo parezco una loca por esta hablando sola —Como un cero a la izquierda, así es como me trata ese idiota, pudo matarme con ese empujón que me dio y ahora yo parezco una lunática salida del manicomio hablando yo sola.

Nunca más volvería a buscar lo que no se me había pedido, por más dudas que tuviera sobre ese hombre me la guardaría y no buscaría nunca más entre sus cosas, si había sido capaz de dejarme tirada en medio de vidrios, era capaz de cualquier cosa de eso no me cabía la menor duda.

Cuando termine de arreglar todo el desastre que había en el cuarto del closet, me senté en la cama porque tenía un fuerte dolor en la planta del pie y en la parte inferior de la pierna.

Me corté horrible cuando el idiota del hombre que se llama mi marido me empujo sin medir su fuerza, la sangre no dejaba de salir y tuve que vendarme con una toalla para detener el sangrado porque estaba empezando a asustarme.

Intente llamar a Raymond para que por alguna cosa del destino me ayudara porque el dolor era fuerte, pero recordé que no tenía ni su número ni tampoco tenía que perder mi tiempo sabiendo que le daría igual lo que pasara conmigo.

Suspirando, tome el móvil y marque el único número que sabía podría ayudarme. Al final de tres tonos escucho la voz de mi querido primo Louis

—Pensé que ya no iba a saber más de ti, estaba empezando a extrañarte—sonrío porque él es la única persona con la que puedo contar ahora mismo

—Lo siento, he tenido muchas cosas en la cabeza, pero necesito ahora mismo que me ayudes—no escucho nada del otro lado hasta luego de unos segundos

—¿Estás bien?—suspiro porque en realidad no lo estoy, me duele terrible la pierna

—Tuve un accidente y necesito que me ayudes—se queda en silencio y temo que no quiera ayudarme o que mi abuelo se lo hubiera impedido

—¿Estás segura de que fue eso?—no puedo decirle que él tuvo que ver, sabía que se enojaría mucho

—Si Louis, fue solo un accidente, no te preocupes por nada de eso—suspira y sé que no me está creyendo nada de lo que le digo, la verdad espero que no me haga preguntas por qué no sabría como verlo a la cara y mentirle

—Estoy allá en un momento—le agradezco y cuelgo la llamada.

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No sé cuanto tiempo paso entre la llamada que tuve con él y ahora que respondí el mensaje diciéndole que ya podía entrar, definitivamente ser la esposa de ese hombre en esta casa no tiene ningún valor, no puedo creer que ni siquiera a mi propia familia pueda traer, eso es una ridiculez.

Escucho el sonido de la puerta y le digo a mi primo que entre, cuando veo su rostro sus ojos me observan y cuando ven mi herida niega suspirando.

—No puedo creer que eso sea un accidente, eso no está nada bien Val—suspiro porque sé que es verdad, como pude me observe mejor la herida y sí que estaba fea, había caído en todos los vidrios y el corte era profundo, así que el dolor era aún peor

—En serio que si lo fue, se me cayó algo en el closet y sin darme cuenta tropecé cayendo sobre ellos—me observa analizándome un momento y luego solo asiente para sacar del bolso que traía unas vendas y demás cosas.

Siento como su mirada me dice que no cree nada de lo que le digo y espero que no empiece a preguntarme nada más por qué no sabría que decirle, soy muy mala para mentir, él siempre me descubría cuando quería esconderle algo.

—Debiste de ir a una clínica nena, necesitas saturación y yo no creo poder hacerlo aquí—niego porque si voy, harán lo que él no, y no quiero mentir más.

—No quiero problemas Louis, sabes que la prensa estaría ventilando cosas que no son y eso es lo que menos quiero ahora mismo, así que por favor ayúdame, con una venda será suficiente—niega en desacuerdo conmigo, pero no dice nada más.

El tiempo pasó y después de que me ayudo con mi pie y me dio unas pastillas para el dolor, al final pude dar un suspiro de alivio porque el dolor se había ido, ahora solo sentía una molestia en mi pie y planta, no sabía como iba a poder caminar con ese pie de esa manera.

—No puedes cubrir un maltrato Val, por más esposo que sea tuyo, no puedes permitir que esto pase, pudo ser más grave, hasta matarte—niego porque él en realidad está exagerando, sé que no debió empujarme de esa manera, pero tampoco llegaría al extremo de matarme, no lo creo así

—No digas eso, ya te dije que fue un accidente, en serio que solo me caí, él no tiene nada que ver en esto

—¿Y entonces donde está?, porque llevo más de una hora aquí y no lo he visto por ningún lado—creo que ya estoy acostumbrada que todos siempre me pregunten por él y yo tenga que decir alguna mentira porque no sé donde rayos se mete ese hombre

—Tuvo que salir a la empresa, pero en nada regresara, en serio que estoy bien, no tienes que preocuparte

—No puedes solo pedirme eso, no puedo hacerlo ahora que te veo así, no vas a poder caminar por lo menos por una semana, eso es algo grave—rayos, lo único que me faltaba, que tuviera que estar cojiando por toda la casa

—Te prometo que si algo no va bien, vas a hacer el primero que va a saberlo, pero ahora todo está bien, te lo prometo—asiente sonriéndome, pero puedo ver en su cara que no me cree mucho lo que le estoy diciendo.

Pasamos la tarde hablando de todo un poco, también aproveché que él estaba aquí para poder tener mi terapia de la semana, tuve que omitir muchas cosas, no podía decirle en realidad como me sentía, eso lo pondría en alerta y sabría que no estaba tan bien como decía yo.

Comimos un par de galletas que encontré en la cocina y me coloque un vestido largo para poder tapar mi herida, no quería estar preocupándolo más por eso.