Suspiro recostando la cabeza en el asiento porque no me siento muy bien, todo me da vueltas y siento en todo momento la mirada de Raymond en mí. Sin darme cuenta terminó recostando mi cabeza en su hombro.
Él me observa de una manera que me pone alerta, sus ojos se oscurecieron y aprieta la quijada con fuerza, no sabía qué estaba pasando, pero si sospechaba que le estaba incomodando mi toque
—Lo siento, no me siento nada bien—él me observa una última vez antes de regresar la mirada a la carretera
—No sé cómo no se te ocurrió decirme del accidente que habías tenido—niego sonriendo porque ahora mismo, eso sí, suena muy hipócrita de su parte
—Eres un hipócrita, no fue un accidente, tú me empujaste e hiciste que cayera sobre los vidrios de la caja de cristal—aprieta con fuerza el volante y me regala una rápida mirada
—No es mi culpa que te pongas de curiosa a buscar lo que no te importa—suspiro porque este hombre es el colmo, ¿no puede disculparse solamente?, ¿es tan difícil para él hacerlo?, parece que si
—No tenías que haberme empujado de esa manera, no tuviste cuidado, ¿y si hubiera sido peor?, eres un descarado, ni siquiera eres capaz de pedir una disculpa por tu idiotez.
—Tampoco exageres, no es para tanto, además, debiste de haberme dicho que te lastimaste, nos hubiéramos ahorrado todo este circo, y cuida tu forma de hablarme, estás colmando mi paciencia —aprieto con fuerza las manos, porque no puedo creer que él sea tan cretino y diga que todo esto es mentira.
—No voy a cuidar nada, me canse de tu maltrato, y no es ningún circo, no puedo seguir fingiendo que no estoy enferma, te diste cuenta tú mismo que lo descubrieron
—Sí, y lo tenía que hacer la víbora de mi prima.
No entiendo por qué ellos se odian tanto, pero creo que eso va más allá de esa herencia de la hipócritamente, me hablo Jackson, sé qué hay más, de eso no me cabe la menor duda
—Ese no es mi problema, parece que la chica es más observadora que tú
—No entiendo por qué no fuiste a una clínica—suspiro, si no lo hice fue por él y su reputación, pero ahora mismo me arrepiento porque a él no parece importarle eso y a mí tampoco debería
—No quería especulaciones de nada, si lo miras bien, esto se ve como si fuera maltrato—aleja la mirada un segundo de la carretera para verme a mí
—¿Estás queriendo decir que yo te golpee?—niega—Es absurdo, solo pase por tu lado y te caíste, no hice nada para que se vea como si te hubiera golpeado
—Eso no es lo que piensan los demás. Ni siquiera mi primo—bufa con fuerza.
—Es obvio que no le agrado a tu primo, va a pensar cualquier cosa y además debiste llamarme a mí, no a él
—Bueno, no creí que te importara y no quería dañar tu polvo, además no tenía tu número telefónico—Suspira y como puede tomar mi móvil de mi bolso
—Agrégalo ahora mismo porque no quiero que esto vuelva a pasar, si tienes algún problema no necesitas llamar a nadie más que no sea yo, ¿quedo claro? — asiento rodando los ojos —Y no estaba teniendo ningún polvo.
Es tan hipócrita que no sé cómo lo puede hacer, bueno, en realidad sí lo sé, pero necesito encontrar ese contrato para saber que es lo que está pasando, puedo ver el desagrado de él conmigo y estoy segura de que tiene que ser por eso, pero lo que no entiendo muy bien es el porqué.
—No te quiero cerca de Jackson ni de su prometida—alejo la mirada de la ventana para observarlo de nuevo
—¿Por qué tienes que prohibirme hasta con quién hablo?, estás siendo un poco abusivo, eres mi marido, no mi dueño, bájale una raya a tu idiotez—sonríe grandemente
—Tengo a tu familia y a ti en mis manos, así que mientras eso pase tú harás lo que yo te diga y ahora te estoy diciendo que no te quiero cerca a ellos—gruño con fuerza
—No sé cuál sea el problema de ustedes, pero yo no tengo nada que ver con eso —aprieta con fuerza las manos de nuevo y empiezo a creer que él sufre de ira o algún problema así
—Ese no es tu asunto, solo limítate hacer la buena esposa que debes ser y ya.
En ese momento tan incómodo que habíamos tenido, escucho como el móvil de Raymond sonaba una y otra vez, no sabía por qué él no lo estaba respondiendo y la verdad es que en este punto no me importaba, necesitaba empezar a comprender que él no me debía importar al igual que yo no le importaba a él.
Al final veo como atiende la llamada y yo coloco la mirada en la ventana para que él no notara que estaba escuchando
—Hola, si lo siento estaba algo ocupado—no puedo escuchar con quién habla y la verdad tampoco me debería de importar. —No puedo ahora, lo siento, es algo complicado—la otra persona parecía no estar muy de acuerdo con él porque podía ver las muecas que él hacía—No, no es nada de eso, solo no puedo ir, por favor cálmate—parece empezar a desesperarse y eso me confunde porque no entiendo quien puede colocarlo de esa manera y mucho menos con quien es tan atento y dulce —No puedo creer que te dijera eso, no es así, solo tranquilízate—Es tan difícil hacerse la loca con una conversación como la que él está teniendo ahora mismo —Bien, lo haré, estaré en diez minutos—ruedo los ojos porque como siempre me quedaré sola, tampoco es que necesitará que él estuviera a mi lado.
Cuelga la llamada y también detiene el auto, suspirando sin recibir una sola mirada de él, abro la puerta encontrándome con la entrada del hospital, no puedo decir que no me sorprende, porque jamás me imaginé que me traería a la clínica, eso fue lo último que se me paso por la cabeza, pensé que solo me traería a su casa, porque ya me dejo más que claro que no es mía y que solo soy una huésped más.
Escucho el sonido de su puerta y como rápidamente se acerca a mí para tomarme en brazos de nuevo y alzarme
—¿Qué crees qué haces?—me observa con una de sus cejas alzada.
—¿No es obvio?, te estoy ayudando—niego
—No es necesario, puedo caminar—bufa con fuerza
—No digas estupideces, no puedes ni apoyar el pie.