Hada de hielo 2

Tu nombre es Daryl

El hermoso cielo con el brillante sol que iluminaba la tierra fue lentamente cubierto por nubes negras, se acercaba una tormenta, debía darme prisa o si no Melisa sin lugar a dudas me va a matar. Luego de un buen rato por fin llegué al lugar, la energía de Lune estaba cerca y todo indicaba que se escondieron en una casa abandonada del sitio, la lluvia era muy fuerte, pero a Lyna no le importó ese detalle y se mantenía jugando con la lluvia en su forma de hada, parecía toda una niña, pese a que nos acabamos de hacer enemigos del mundo entero, no pierde esa característica sonrisa, mientras que en mi caso, ya no era como antes, me costaba mantener una sonrisa de positivismo ante estas situaciones, Melisa tenía razón, he cambiado.

Entré a la casa abandonada y ahí estaba ella, con las piernas recogidas acariciando al pequeño monstruo su cabellera negra, no dije nada, solo me quedé observando pensando, “Es increíble que ese intimidante monstruo resultara ser un niño con cola roja”, lo curioso es que sus manos eran normales, ya no tenía esas garras rojas de nuestro primer encuentro, de verdad me parecía super extraño.

–¡¡Melisa!! – Grita Lyna volando hacia ella.

–¡Lyna! – Sonríe –¡Por fin llegan, me alegra mucho que estén bien! – Mira a Even –Bienvenido cariño.

No pude decir nada, solo sonreír de manera un poco forzada, aún pensaba en lo de Nash, además ahora debía ver a donde iremos y como conseguiremos dinero, no pasará mucho tiempo hasta que el mundo se entere de lo que hice, cuando eso pase, la pregunta del millón es, “¿Quién nos aceptará?”, no solo con esto he echado a perder todo lo que tenía, sino también la vida de mi novia.

–Estás estresado ¿No es así? – Pregunta Melisa con una sonrisa –Conozco esa mirada y esa sonrisa forzada, hace ya un año que las haces cuando te sientes estresado, seguramente estás pensando en lo que haremos de ahora en adelante– Mira con dulzura –No te preocupes, a donde sea que vallemos a parar no me importa, aunque no tengamos cabida en ningún lugar, siempre estaré contigo, no me arrepiento para nada de esta decisión y de todas las que tomemos, mientras estés dispuesto a quedarte conmigo, yo seré feliz a tu lado sea cual sea la situación en la que estemos.

Dirigí mi mirada hacia sus labios, esa sonrisa tan sincera y esas palabras, me hacían sentir aún más culpable, me di media vuelta y con la mirada dirigida al techo conteniendo las lágrimas le di las gracias. Me sentía culpable, pero a su vez feliz de tener a alguien como ella en mi vida, que no le importa en qué situación se encuentre siempre y cuando la pueda superar conmigo, me hacía eso muy feliz, pero a su vez, me sentía culpable por tener que darle este estilo de vida.

–Gracias– Susurré con lágrimas rodando por mis mejillas.

Melisa se puso de pie y dirigiéndose hacia mí, me abrazó por la espalda, podía sentir su calor y el palpitar de su corazón, esto hacía que mi tembloroso cuerpo sea capaz de encontrar un poco de paz.

–No me agradezcas nada, la que debería sentirse agradecida soy yo, gracias a ti soy lo que soy, por ello te seguiré a donde quiera que vallas, quiero ver el desenlace de esta historia a tu lado.

–Así será.

Luego de unos minutos conseguí calmarme y secarme las lágrimas, la lluvia continuaba igual de fuerte, y hasta que no se detenga no tenemos como ir hacia algún lugar. Estuvimos un buen rato en silencio, el niño monstruo aún continuaba profundamente dormido, según Lune, esto debería ser causa de su gasto de energía, puesto que cuando luchó contra nosotros y los estudiantes, ese último ataque que quería realizar debió haberle pasado factura, pero era extraño, ya que según él no recordaba de que esta raza era capaz de encogerse cuando utilizaban mucha energía, estábamos con algo de dudas con eso, pero suponiendo que sea de esa manera, esa misma forma adulta ya de por si debe consumirle bastante de sí mismo.

El tiempo continuaba fluyendo y me di cuenta que Melisa estaba empapada, se veía claramente como su buso y pantalón estaban cargados de agua, en mi caso pese a estar en las mismas condiciones no me afecta el frio por la naturaleza de mi Soul, no obstante, ella no tiene estas cualidades y podría enfermarse.

–Melisa… creo que deberías usar tu Soul para secar tu ropa, podrías enfermarte.

–Ahora que lo mencionas– Se mira a ella misma –Tienes razón, podría enfermarme si continuó con estas ropas – Regresa a ver a Even con una mirada provocativa –¿Me ayudarías a desvestirme?

Le di un ligero golpecito en la cabeza para que no diga tonterías, esta vez no me dejaré seducir… o al menos eso pensé. Ignoró mi golpe por completo y se abalanzó sobre mi besándome de un momento a otro, la situación se volvió complicada, Melisa se había desatado, continuaba besándome con pasión desenfrenada, no se conformó con simplemente besarme de esa manera, si no que tuvo que usar su lengua para continuar con aún más fuerza, mi mente se estaba empezando a nublar, ya no pensaba con claridad, me estaba dejando llevar por su intensidad. En un momento dado se detuvo y se quitó el buso permitiéndome ver su blusa casi transparente que mostraba el color de su brasier.

–Even…– Dice Melisa con la cara roja –Hazme tuya... aquí… y ahora…

–Pero…

–Yo… quiero hacerlo contigo… aunque sea un poco… llevamos tanto tiempo juntos que es muy difícil controlarse, incluso dormimos juntos, pero no hemos llegado a nada, entiendo que te preocupa que tengamos un hijo, pero… ¿No importará si es por mero placer? ¿Verdad? – Observa con una mirada llena de excitación.

Esto ya se había salido de control, pero por alguna razón, no me importaba demasiado, quería continuar, ver que hay debajo de toda esa ropa y sentir el calor que me transmitía su cuerpo, ahora mismo tan solo quería llegar hasta el final… por primera vez en mi vida, me había excitado.

–Se los dije ¿Verdad? – Dice Lyna preparando un ataque de hielo super potente –Si van a hacer sus cochinadas… ¡¡¡HÁGANLO CUANDO ESTÉ DORMIDA!!!




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