Hada de hielo 2

Rojo carmesí

Tala luego de escuchar mi petición se encargó de aquella familia que quería adoptar a Irene, pidiéndoles disculpas por la propuesta que les dio añadiendo que la niña ya eligió a su nueva familia. Su respuesta de vuelta me hizo sentir un poco mal, al parecer, habían perdido su hija en un accidente hace mucho tiempo y ahora estaban preparados para adoptar a una niña, querían volver a sentir esa calidez, volver a mostrar el amor que tanto desbordaban y jurar que nunca jamás iban a volver a perder algo preciado para ellos, sin embargo, les quitamos esa oportunidad.

Adopté oficialmente a Irene, y con lo que respecta a su cuidado, Melisa afirmó que no habría ningún tipo de problema ya que ella se haría cargo de que su alimentación sea balanceada al igual que la de Daryl, quien ahora tiene oficialmente a una hermanita. Una vez terminado de firmar los papeles de adopción, él no podía dejar de reír y preguntarme, “¿Cómo carajos fue que terminé adoptando a un niño del espacio y ahora a una niña que proviene de una familia adinerada?”, si hace 3 años le hubieran dicho esto, sin duda sería algo difícil de creer, por otro lado, nos comentó que debido a que el asesino de la familia de Irene falleció antes de que hiciera algo con las claves del banco, no se terminó efectuando ningún robo, es decir, toda la fortuna de la familia le pertenece completamente a Irene.

–De verdad me pregunto cómo fue que terminé en esta situación.

(Una semana más tarde)

Estaba de lo más tranquilo sentado en uno de los muebles de la casa junto con Lyna cuando en eso, Tala entró por la puerta diciendo que me cambie rápidamente de ropa, cosa que me asustó ya que entró muy bruscamente.

–¡¿Acaso me quieres dar un pequeño infarto maldito?!

–Si quieres morirte antes de la batalla final por mi está bien– Sonríe –Eso solo significa que yo seré el héroe de este mundo– Ríe ligeramente.

–Idiota– Reí –¿Y qué fue lo que pasó?

–El presidente quiere verte personalmente, quiere que firmes un contrato de consentimiento así que apúrate, solo te necesito a ti, si quiere venir tu hada pues bueno... pero los demás se quedan, no hace falta que vayan.  

–Ya veo…– Me quedé pensativo –El presidente eh– Se me empezó a erizar la piel –No tengo nada en su contra, pero tan solo en imaginar qué clase de actitud tendrá conmigo me pone de los nervios– Dije mientras recordaba mi pelea contra el antiguo director –Además… no supiera como mirarle a la cara luego de haber asesinado a su hermano– Agaché la mirada.

–……– Observa en silencio –¿Quieres echarte para atras?

–No seas ridículo, claro que no.

–Entonces no habrá ningún problema ¿No? – Se da la vuelta –Las cosas del pasado no deben ser un impedimento para seguir avanzando.

–……– Observé en silencio sorprendido.

–Te espero abajo en el coche, no tardes– Dice mientras sale de la habitación.

–Maldito Tala– Reí ligeramente –Bien– Respiré profundo –Vamos Lyna, no hagamos esperar a ese idiota.

–A la orden– Alza al vuelo.

Me cambié de ropa rápidamente y me dirigí hacia el cuarto de Melisa la cual, se encontraba jugando cartas con Daryl e Irene, Lune también fue metido en eso, pero se veía que la estaban pasando bien.

–Voy a salir con Tala unos momentos, cualquier cosa pueden llamar al celular de Tala ¿Está bien?

–¿Qué hay del tuyo?

–Bueno… sucede que lo perdí, no sé si fue en la búsqueda de Daryl o si fue en la mansión, pero por suerte todos los datos y contactos estaban en la nube del celular, así que no hay problema con eso, me compraré uno al volver.

–Ya, pero… entonces tendré que borrar tu antiguo número– Hace puchero –Con lo que me cuesta aprenderme los números telefónicos.

–Lo siento por eso.

–Bueno ya que– Sonríe –Que te valla bien, te estaremos esperando.

–¡Okay! – Dije con entusiasmo –Hasta después.

Salí de la habitación y me dirigí a la puerta principal que es donde Tala me estaba esperando. Luego de que me retara por tardarme demasiado, nos dirigimos hacia la casa presidencial que es donde me estaban esperando.

Tuve uno de los recibimientos más lujosos que jamás me hubiese imaginado, me sentía alguien realmente importante y quizás lo sea, pero prefería no hacerme esa idea de mi mismo ya que tampoco quería que se me subieran los humos a la cabeza.

–¡Bienvenido señor Even y señor Tala!, por favor, sígame, es por aquí.

–G-gracias… yo le sigo– Respondí con nerviosismo.

–Se ve que esto no es para ti eh– Susurró Tala.

–¡Cállate! – Dije intentando mantener mi tono de voz bajo.

Luego de unos pocos minutos caminando, llegamos a lo que parecía ser la oficina del presidente, estaba de los nervios y muy tenso, ¿Qué clase de persona es?, tenía miedo de que me juzgue, pero debía hacerlo, no podía echarme atrás ahora que ya estoy aquí. Abrieron la puerta y el ritmo de mi corazón se iba acelerando junto a mis nervios, si esto seguía así sentía que iba a perder la cabeza.

–Pasen por favor.

La puerta se abrió por completo y pude observar a un señor algo joven sentado en uno de los muebles de la habitación, de fondo se encontraba un escritorio y en el centro había una pequeña mesita que me imaginaba era para recibir invitados. El presidente al verme me sonrió y me invitó a tomar asiento al mueble que se encontraba enfrente de él.

–Siéntase como en casa señor Even– Dijo el presidente.

–Oh, si… encantado– Respondí.

Tala parecía muy tranquilo, tal como si era algo muy común para él. Tomamos asiento y luego de un pequeño silencio el presidente fue quien inició la conversación.

–Me da mucho gusto conocerlo señor Even, es la primera vez que nos vemos y debo admitir que en persona tiene una impresión mucho mas intimidante que por la televisión.

–“Estoy cagado de los nervios y ¿Dices que soy intimidante?” – Pensé –No creo que sea así… soy una persona bastante nerviosa – Reí ligeramente –“¿Por qué carajo admito como me siento?” – Volví a pensar.




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