Hada de hielo 2

El comandante Liet

Luego de aproximadamente unos 40 minutos caminando por la ciudad, Abby nos llevó a los límites de esta, el sitio estaba algo abandonado y descuidado a comparación del centro de la ciudad, se lo pregunté y según ella esto se debía a que Nat, hace mucho tiempo era alguien muy inestable, además de aclararnos que aún nos faltaba algunos minutos de caminata para llegar, después de todo su laboratorio no era algo que se podía ver a simple vista desde el centro del sector 2.

–¿Inestable? – Pregunté con curiosidad a la par que caminábamos.

–Si, ocurrió cuando apenas tenía unos 77 años, en ese tiempo ni siquiera sabía que se llamaba así– Ríe ligeramente –Recién con la visita que le hicimos a Kalia me enteré, de ahí solo lo conocía por ser el tipo que tiene un laboratorio actualmente.

–“Sin duda no me acostumbro al tema de su edad” – Me dije a mi mismo haciendo el intento de asimilarlo –Pero… ¿A qué te refieres con que era inestable?

–Nat luego de que su planeta terminara en una catástrofe por la llegada de las hadas, llegó aquí inconsciente, fue el único sobreviviente de aquel planeta y cuando despertó, gritaba desesperadamente por su esposa e hija– Traga saliva –Él… pese a su aspecto débil, tenía una esencia muy poderosa a comparación de los que en ese momento estábamos en la nave.

–¿Tan fuerte era?

–No tanto como tu obviamente– Ríe ligeramente –Pero, en ese entonces se podría decir que estaba casi al nivel de un comandante muy conocido el cual posee uno de los poderes más increíbles del universo… control divino.

Me detuve al instante.  

–¿Control divino? dijiste…

–Así es, es una habilidad de la raza Vid.

Me quedé en shock durante un instante e inevitablemente imágenes de como Daryl atravesaba el estómago de Melisa vinieron a mi mente haciendo que una ira muy grande se apoderaba de mi cuerpo. Fue tanto mis deseos de asesinarlo que inconscientemente empecé a desprender partículas de hielo que iban poniendo frio el ambiente.

–“Even cálmate” – Dijo Lyna por telepatía.

Regresé a mirarla, tenía un rostro confuso y lleno de enojo, fue aquí cuando entendí que no era el único que se sentía de esta manera, sin embargo, debíamos de controlarnos para mantenernos al margen, después de todo, él debe estar en esta nave y hasta no restaurar el núcleo de Lyna no tendremos ninguna oportunidad contra él, debemos esperar.

–Ya veo Abby– Respiré profundo disimuladamente intentando quitar de mi esa mirada seria –¿Y entonces?

–Recuerdo que era aterrador, nadie podía detenerlo hasta que llegó este comandante que mencioné con el control divino– Sonríe con una mirada llena de ilusión manteniendo su mirada en alto sintiéndose orgullosa de decirlo –En ese entonces aún era demasiado pequeña y nunca antes había visto a un comandante en acción, sin embargo, lo recuerdo como si fuera ayer, llegó diciendo “detente”, haciendo que el cuerpo entero de Nat quedará inmóvil, aunque solo duró unos cuantos segundos ya que en un pequeño arranque de ira, consiguió zafarse del control divino, lo que pasó después fue una batalla que duraría varias horas y destruiría gran parte del sector. Luego de eso, Nat estaba tan cansado, pero aun con deseos de luchar y regresar a su planeta en busca de su familia, pero el comandante Liet le dijo con una mirada triste, “No volverán a la vida”.

–……– Me quedé en silencio al igual que Lyna.

–Aquí fue cuando Nat le rogó al comandante Liet que al menos pudieran devolverles el cuerpo de su esposa e hija, que al menos se le permita consérvalos.

–Es una locura.

–Lo sé, pero cuando el comandante escuchó su petición, dijo, “El emperador lo consideró al momento de recogerte, también puso a bordo sus cuerpos, sabe el dolor incompresible que es perderlo todo, es por eso que se te permitirá conservar sus cuerpos en esta tierra prometida conocida como la zona cero, a cambio, vive tu vida como si fuera el ultimo día sin que tengas que arrepentirte por lo que no pudiste haber hecho el día de mañana”. Nat se derrumbó en lágrimas y juró lealtad ante el emperador y ante el comandante Liet, desde ahí conserva el cuerpo de su esposa e hija y construyó un laboratorio con la esperanza de algún día traerlos a la vida.

–Fue una historia muy triste la verdad.

–Lo sé, todos en esta nave han pasado por mucho, creo que es por esa razón… todos nos sentimos como en casa, pese a nuestra apariencia y raza, tenemos algo en común.

–……– Suspiré –Por cierto… ¿Que le pasó a ese comandante?

–Oh…– Agacha su mirada algo triste –Quizás esté muerto.

–¿Qué? – Quedé sorprendido.

–Normalmente la zona cero y el resto de la nave son aisladas la una de la otra, nadie de los que vivimos aquí sabemos que ocurre en ese lugar, sin embargo, se hizo una excepción al anunciar un experimento que se llevaría a cabo con el comandante Liet, este experimento constaba de intentar volver a la vida a los muertos.

–……– Tanto Lyna como Even observan en silencio con un nudo en la garganta.

–Unos días más tarde anunciaron que el experimentó fracasó, desde ahí nadie sabe lo que ocurrió con ese comandante.

En ese instante recordé las palabras de Daryl cuando lo volví a ver, “Mi nombre es Liet, soy uno de los lideres de la baja división del emperador… supongo que te asombra mi apariencia, no me extraña ya que ustedes me conocieron con mi forma de niño, sin embargo, la realidad es que yo siempre tuve una apariencia bastante más adulta, solo que el experimento salió erróneo dejándome secuelas”, fue lo que dijo.

–“Recuerdo bien eso, sin embargo, mintió al decir que era un líder de una baja división… en realidad él era… un comandante directo del emperador” – Pensé

–“Espera Even… recuerdo que cuando recién invadieron los monstruos, aquel que nos atacó con su capacidad de regenerarse mencionó algo relacionado… creo que dijo… sin duda alguna debió haberte degradado más de tu rango” – Mencionó Lyna por telepatía.




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