Hada de hielo 2

Despertar

–¡¡¡¿Qué está pasando aquí?!! – Salió Nat gritando por la puerta de la cabaña –¡¿Qué es todo este desastre?! ¡Ya me destruyeron más arboles! – Regresa la mirada hacia Even –¡¡¿Te volviste loco acaso?!!

–Lo siento Nat– Dijo Meitil observando desde el tejado –Fue mi culpa por aparecerme tan de repente enfrente de mi nuevo jefe.

Nat volteó a ver y cuando se dio cuenta de quien se trataba puso una cara cómica de asombro, retrocedió varios pasos rápidamente y se arrodilló poniendo su cabeza en el suelo en señal de respeto.

–¡E-e-e-e-es un completo placer tenerlo frente de mí, comandante Meitil! ¡¿Qué lo-lo-lo trae por aquí?! – Se quedó pensativo unos segundos –Espere un momento– Regresó inmediatamente la mirada –¡¡¿Cómo que nuevo jefe?!!

–Tal como lo oyes– Ríe con una sonrisa –Decidí que quiero aliarme con Even y enfrentar al emperador.

–¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeé???????!!!!

Todos nos quedamos un tanto sordos con su grito.

–¡Pero ¿Usted es consciente de lo que está diciendo?!, no se está revelando contra cualquier sujeto, estamos hablando del emperador, el ser que se ha mantenido invencible por 9 millones de años.

–Soy consciente de lo que digo, sé que el emperador en sus más de 9 millones de años que lleva vivo no ha conocido el sabor de la derrota ni una sola vez– Observa seriamente –Como el comandante más cercano a él, puedo decir con seguridad que es una monstruosidad en cuanto a poder.

–¿Entonces por qué?

–Simplemente…– Sonríe –Tengo curiosidad.

–¿Eh? – Dijo Nat confuso.

–¿Ya te has de haber percatado no es así?, Even no es cualquier sujeto.

–¿Se refiere a que su esencia… es muy similar?

–Sabía que lo notarias, ¿Ya lo estas investigando no es así?, deberías tener sangre del emperador guardada.

–¿Tienen sangre del emperador? – Interrumpí.

–Si, conseguí en un momento dado que me diera un poco de su sangre con la excusa de que su poder debía ser analizado– Dijo Meitil.

–Uhmm… dices que eres quien más cerca del emperador a estado… ¿No te has percatado si el emperador tiene a alguien más como compañero?

–¿Cómo compañero? – Pregunta Meitil curioso –De todas las veces que he podido estar cerca de él no he visto a nadie más a su lado.

–Ya veo– Dije bajando la mirada –“Entonces es verdad que ha mantenido a su hada oculta de hasta sus subordinados más cercanos” – Pensé.

–……– Meitil queda observando, pero al instante desvía la mirada hacia Nat –¿Y bien?

–¿Eh?... oh… si, lo estoy investigando… sin embargo los resultados los tendré en unos 42.222 Nits.

–Eso se traduce a 24 horas humanas, uhmmm– Observa a su alrededor –A todo esto, no veo al hada de Even, ¿Dónde está?, ¿Acaso se está recuperando?

–Oh si– Respondí manteniendo mi seriedad –Tal parece que forcé demasiado el núcleo de Lyna a actuar en los momentos en los que más necesité poder, al no poder canalizar el Soul que le exigía terminé consumiendo de su esencia de vida y su núcleo quedó al borde de romperse.

–Eso sí que se escucha peligroso– Dijo Meitil sorprendido –Debo admitir que, si noté que la intensidad del poder de tu hada disminuyó considerablemente luego de tu última batalla, pero no pensé que fuera tan grave– Baja del tejado –Bueno, lo importante es que el terco de Nat si te quiso ayudar– Sonríe –Tu hada pronto se recuperará eso es seguro.

–Si– Sonreí con una mirada triste –Eso espero.

La situación se tornó de lo más extraño, el sujeto que debía ser mi enemigo se alió a mi para enfrentar al emperador, aunque con dos objetivos muy distintos, por su parte con el fin de descubrir la verdad de la persona al cual es a estado sirviendo por mucho tiempo y yo con el simple objetivo de llegar a un acuerdo en la que, si no hay solución ni entendimiento, el más fuerte será el que lo termine decidiendo.

Las horas iban transcurriendo, Lyna parecía estable y Nat continuaba avanzando en la investigación que demostraría el vínculo que tengo con el emperador. La espera se hacía algo eterna, una más que otra, sin embargo, mi corazón podía palpitar tranquilo ya que al menos de momento sé que mi compañera está fuera de todo peligro que atente contra su vida.

En el tiempo que tenía libre salí de nuevo a caminar y así poder estar más tranquilo, Abby era muy apegada a mí por lo que me acompañaba todo el tiempo para hacerme conversa, hasta que en un momento dado nos detuvimos en un hermoso manantial al cual se le reflejaba la luz de la Luna.

–Even… ¿Sabes por qué amo tanto este lugar?

–Creo que mencionaste algo como que es pacifico.

–Si… es muy pacifico a comparación de lo ruidoso que era mi planeta– Sonríe ligeramente –Las nubes de mi planeta eran de un color naranja intenso y tenía como 3 lunas, el agua era escasa tanto como la comida, pero al ser un planeta inmenso con habitantes bastantes reducidos pudimos sobrevivir y vivir bien, pero… todo el tiempo había que esforzarse mucho, las maquinas eran muy ruidosas y mis padres siempre gritaban todo el tiempo, eran pocos los momentos en los que podía relajarme tanto.  

–Es por eso que te gusta mucho este lugar eh.

–Así es, la vida aquí es demasiada pacifica, puedo correr, saltar, dormir tanto como yo quiero sin preocuparme por no tener al siguiente día algo de comer, sin embargo… los sobrevivientes de mi raza continuaron con la idea de sobre esforzarse, la mayoría eran unos viejos y ancianas que tenían una mentalidad muy de antaño, así que decidí que disfrutaría la vida por mi cuenta… hice algunos amigos en algunos establecimiento y me fui enterando de las historias de los demás… pero– Observa el manantial con una mirada triste –Me sentía muy sola… simplemente era yo dando vueltas de un lado a otro, tratando de llamar la atención haciendo cosas pocos comunes simplemente para que alguien me note y quiera pasar tiempo conmigo o para encontrar algo que me llene.




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