Melisa luego de esa tarde continuó viniendo a mi casa para entrenar, desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, lo dábamos todo para mejorar mutuamente debido a que estábamos contra el reloj. Las horas pasaban y pensaba que independientemente de si los resultados del entrenamiento darán frutos o no, no cambiaría el hecho de que nos esforzaríamos al máximo para poder aprobar el examen de ingreso a la universidad.
Llegó el día esperado por nosotros, ya era viernes y estábamos a 9 de la mañana, me había quedado dormido y Melisa estaba desesperada llamando a la puerta de mi casa gritando que llegaremos tarde, me levanté de inmediato e hice que entrara, le pedí que me esperara un poco más para poder darme un baño, luego de eso me cambié de ropa a una más decente, pero cómoda a la vez, una vez listo me despedí de mis padres y salí junto a Melisa corriendo hacia la carretera para esperar el bus.
Me encontraba muy emocionado por todo esto, en cambio Melisa estaba muy nerviosa, temblaba pese a que aún ni siquiera llegaba el bus, le dije que se calmara, que aprobaremos puesto que nos esforzamos mucho para mejorar nuestras habilidades, que tenga más confianza en sí misma y disfrute del momento que es lo importante, ella al escuchar lo que dije se puso seria, respiró profundamente y con una mirada llena de determinación dijo un, “Aprobaré”.
Luego de unos minutos llegó el bus y nos dirigimos a la universidad, el recorrido parecía eterno, los minutos avanzaban, pero parecía como si aún quedara demasiada carretera por recorrer, mientras tanto Melisa pasó la mayor parte del camino con una expresión seria, se veía que aún estaba nerviosa, sin embargo, comprendí que lo que quería era permanecer lo más calmada posible, no le dije nada para no molestarla y evitar estresarla. Luego de una hora y media por fin llegamos, eran las 11 de la mañana, llegamos una hora antes de lo previsto, así que estábamos perfecto en cuanto al tiempo, entramos a la universidad y me sorprendió lo grande que era, se nota que invirtieron una cantidad considerable de dinero para poder crear las instalaciones, tenía también mucha vegetación, varias fuentes de agua y lugares creativos para descansar, parecía una universidad de millonarios.
Revisé la información que proporcionó la universidad en su comunicado, al parecer había que irse a inscribir a secretaría, tardamos un poco en encontrarla pero lo logramos, la hoja que había que llenar tenía poca cosa, lo único interesante era que tenía que especificar mi elemento o habilidad que poseo, sin embargo, no vi en ninguna parte que diga que especifique mi tipo de Soul, me hizo pensar que no estaban enterados bien de los poderes de las hadas, no mencioné nada al respecto tampoco ya que, quería ver que tan bien manejaban todo esto para así llegar a la conclusión de si valdría la pena o no permanecer aquí.
Luego de inscribirnos nos informaron que primero se realizará el examen escrito, el pabellón donde me tocará rendir ese examen será en el B1, segundo piso, mientras que a Melisa le tocó en el B2, justo la instalación de alado en el primer piso. Ya cuando acabemos de rendir el examen, tocará dirigirse al campo de práctica que está ubicado en el único edificio esférico de la universidad para rendir el examen físico, entendí todo a la perfección así que salimos de secretaría hacia el patio para mirar los alrededores y así hacer tiempo hasta que empiece el primer examen.
–Esta universidad es absurdamente grande, ¿No lo crees así Even? – Dijo Melisa asombrada de lo que observaba.
–Sí, la verdad que si… incluso me siento fuera de lugar.
–¿Verdad?, pensé que era la única que estaba sintiéndose así.
De un momento a otro me detuve debido a que mi cuerpo reaccionó por sí solo, sentí que por alguna razón corríamos peligro.
–Espera Melisa– Coloqué mi mano frente a ella.
–¿Qué ocurre?
–Siento que si damos un paso más estaremos en problemas, por favor no te muevas.
–“Es la primera vez que lo veo reaccionar así”– Pensó Melisa.
Luego de estar un rato viendo a mi alrededor, me percaté de que en la cima de una de las instalaciones de la universidad se encontraba sentado un chico de chaqueta negra y pantalón azul marino mirándonos fijamente.
–¡¡Tú, el de arriba!!, ¡¡¿Quién eres y que haces ahí?
Sin decir nada se puso de pie y caminó hacia adelante, me asusté ya que pensé que se lastimaría cayendo desde esa altura, pero no fue así, comenzó a caer lentamente hacia el piso mientras una especie de viento lo envolvía, una vez aterrizó vino caminando lentamente hacia mí, su presencia se hacía cada vez más fuerte e intimidante, mis manos comenzaron a temblar y mi frente empezó a sudar, sentía mucha presión pese a que no había pasado nada, apreté el puño y me mantuve firme mientras pasaba alado mío hasta que decidió detenerse a mis espaldas.
–Creo que será divertido estar aquí después de todo– Dijo el chico desconocido.
–Si… ya lo creo, será emocionante– Sonreí temblorosamente.
Sin mucho más que decir se marchó y yo caí al suelo sudando.
–¡Even ¿Te encuentras bien?!– Preguntó Melisa preocupada.
–Sí, estoy bien.
–¿Qué fue lo que pasó?, ¿Quién era ese sujeto?
–No lo sé, pero… creo que lo volveremos a ver y presiento que no será para algo amigable como ir a comer.
Melisa me ayudó a ponerme de pie, vimos la hora y nos dimos cuenta que dentro de poco era tiempo del primer examen, nos despedimos diciendo que nos veríamos luego dándonos ánimos mutuamente.
Ahora mismo me encontraba dentro del pabellón esperando a que nos den la orden de empezar, pero un examinador llegó al lugar y aparte de desearnos la mejor de las suertes, nos recordó que este examen representa el 30% de la nota, y el examen físico el 70%, agregando que necesitaremos un 90% del total para poder ingresar, esto me dejó bastante sorprendido la verdad, no pensé que exigirían un porcentaje tan alto provocando la desmotivación de muchos aspirantes.
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Editado: 15.01.2021