Hada de hielo

Reunión con el director

Me encontraba de camino a la universidad con Melisa, como ya me había recuperado tocaba asistir a clases y justificar mis faltas, hasta ahí todo bien, mi problema vino cuando Lyna me explicó que solo puede ella estar a máximo 1 kilómetro de distancia de mí, si me alejo más de eso nos comenzaríamos a debilitar, no ocurriría nada extremo, pero si tendríamos un malestar muy grande que no nos dejaría estar tranquilos, debido a ello no tuve más opción que traerla conmigo a la universidad, se negó esconderse en la maleta argumentando que ese lugar apesta y por ello se quedaría sentada en mi hombro, esto provocó que mucha gente en el bus nos quedara viendo, murmurando cosas que no alcanzaba a escuchar, algunos tomaban fotos y otros miraban de reojo, me sentía junto a Melisa muy incómodo, fue uno de los viajes donde me decía a mí mismo que ojalá llegue a mi destino pronto.

El bus por fin llegó a la universidad, me bajé a paso acelerado debido a que ya no aguantaba todas aquellas miradas incómodas y duraderas, mientras tanto Melisa se la veía con una expresión de alivio tan grande que era evidente que la había pasado fatal. Continuamos caminando por la entrada de la universidad, muchos estudiantes me regresaban a ver y murmuraban cosas entre ellos, esto me pareció ya demasiado así que le pregunté a Melisa si sabía algo al respecto.

–Bueno… lo que sucede es que muchos nos conocen debido a todos esos videos que se subieron a internet del ataque de aquel monstruo, la semana pasada que no viniste, muchos querían mi autógrafo y fui reconocida por la universidad, si mal no recuerdo también dijeron que querían hablar contigo, pero como estabas en reposo no se pudo.

En medio de la explicación que me estaba dando sobre el asunto, se me acercaron muchas chicas de uniforme negro, comenzaron a pedirme autógrafos, a sacarme fotos además de peticiones para citas románticas. Todo esto me abrumó por completo, no sabía qué hacer y para mi desgracia, Lyna que estaba pasando completamente de desapercibida tuvo que abrir la boca diciendo, “Que popular te has vuelto”, hubo un completo caos de un momento a otro, todos querían sujetar a Lyna y verla de cerca.

Me fui corriendo del lugar junto a Melisa y Lyna en mi hombro, si me quedaba más tiempo ahí hubiera sido aún más caótico y además peligroso, Lyna no paraba de reírse, decía que era lo más divertido que había presenciado en tiempo, añadiendo de que la especie humana es realmente divertida, le dije que se callara que fue por su culpa que se armó una grande en ese lugar. Me conseguí alejar lo suficiente, pero para mí mala suerte, en los altavoces comenzaron a transmitir un comunicado diciendo, “El chico Even de la sección D, uniforme negro, acérquese a la oficina del director”.

–¿Y eso? ¿Qué querrán de mí?

–No lo sé… a mí solo me dieron el reconocimiento en mí misma sección– Dijo Melisa preocupada.

–Bueno... no lo sabré si no voy.

–¡Iré contigo!

–No, las clases comienzan en breves, no quiero que llegues tarde por mi culpa, además me están llamando a mí, prometo que te contaré todo lo que me digan.

–Está bien, en ese caso me adelanto a mi sección, ve con cuidado, nos vemos de ser posible en la hora libre.

–Así será, por cierto… ¿Puedes cuidar de Lyna de momento?

–Claro, no tengo ningún problema.

–¡¡¿Eh?!!... ¿Por qué?, yo quiero ir contigo Even, después me debilito…– Dijo Lyna colocando su mano en su frente.

–Dijiste que eso sucedería a partir de un kilómetro, apenas me voy unos cuantos metros así que te aguantas.

–Eres malo.

Me despedí y fui hacia la oficina del director, en el camino me topé con una de esas maniáticas de mí mismo uniforme, pero conseguí llegar a mi destino vivo. Se supone que la oficina del director estaba en el último piso de este edificio, me encontraba en el piso 1, tenía que subir 4 pisos más, no podía usar mis poderes para movilizarme por lo que la caminata por las escaleras se me hizo eterno. Luego de unos minutos por fin llegué, había una puerta enorme, supuse que era ahí donde tenía que entrar, llamé a la puerta y enseguida me dieron el permiso de ingresar.

–Sea usted bienvenido a mi humilde oficina, señor Even.

–¿Humilde?… si esta es la humildad de la gente adinerada no me quiero imaginar que es a lo que ustedes le llaman un salón elegante.

–Veo que tiene un característico sentido del humor, su personalidad es tal como me la contaron el día del examen, usted es todo un maleducado.

Su forma de hablar era muy tranquila pero el aura que desprendía era el mismo que el de Nash, se notaba de sobra que este señor es su padre.

–Primero que nada, permítame felicitarlo y reconocerlo por aquella batalla contra aquel monstruo que atentó contra la vida de miles de civiles, tiene coraje y talento, gracias a esos videos nuestra universidad ganó una popularidad inmensa, sin embargo, también recibió miles de críticas negativas debido a que usted es un estudiante de uniforme negro, lo que hace contradictorio de que usted haya sido capaz de vencer tal amenaza.

–No voy a discutir sobre ello ya que poco o nada me importa, pero... ¡Si quiere que sus estudiantes tengan una jerarquía acorde a su nivel real y habilidad, cambie su sistema o invéntese uno nuevo!

–Le voy a pedir que se calme señor Even, que no lo llamé aquí solo para contarle mis penas… quiero que me diga todo lo que le dijo aquel monstruo antes de morir.

–Uhm…

–No quiero que se sienta amenazado, pero como entenderá… la existencia de una raza lo suficientemente fuerte como para convertir cientos de metros cuadrados de una ciudad a un simple desierto, es alarmante, muchos de los que sobrevivieron afirman que ese monstruo dejó un mensaje que fue dirigido específicamente a usted, el hombre que logró vencerlo, por lo que necesito que me diga todo lo que sabe.

–Solo diré una cosa, vendrán enemigos aún más fuertes, posiblemente en meses o días eso no lo sé, debemos estar listos y sobre todo para dentro de 4 años porque vendrá el jefe de aquel monstruo que me atacó, si llega ese momento y no tenemos la fuerza suficiente como para contrarrestarlo, todos nosotros moriremos o seremos esclavizados, el objetivo del enemigo son las hadas espirituales.




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