Hada de hielo

Las palabras de Summy

Llegó el día, 2 semanas después de aquel acuerdo con el jefe de la cadena de televisión, por fin tenemos los preparativos listos, ya solo nos faltaba una cosa por hacer y es que mi voz llegue a todo el mundo. Le pedí a los muchachos que guardaran sus posiciones, Tala junto con Nash comandarían al grupo de los manifestantes, Melisa junto con Lune y Lyna esperarían en la ciudadela abandonada, mientras que al mismo tiempo Celia y yo seremos quienes daremos inicio al plan junto al chico Cristian, que es quien nos ayudó a ponernos en contacto con su hermano para hacer todo esto posible hace 2 semanas.

–¡¡¿Estás listo Even?!! – Preguntó Cristian intentando mantener el equilibrio.

–¡Si estoy listo, puedes comenzar cuando quieras! – Respondí motivado.

Me encontraba ahora mismo en la cima de un edificio de cinco pisos, a mis espaldas tenía una pantalla gigante la cual se usará para transmitir el mensaje que dará inicio al plan, el lugar era perfecto ya que se encontraba en una zona muy transcurrida y, además, estaba aproximadamente a 1 kilómetro de la ciudadela abandonada de Miracles, lo ideal para que mi Soul no se viera reducido por la distancia que hay entre Lyna y yo.

–¡¡¿Listos?, comenzamos!!– Gritó Cristian mientras inicia la transmisión en la pantalla gigante.

–¡Hola habitantes de Miracles, probablemente ya saben quién soy, pero para los que no estén enterados mi nombre es Even Molina, actual poseedor del hada de hielo Lyna y también!… actual víctima de Derrick, el director de la universidad de magia, ¡¡Pero eso no importa!!, ¡Ustedes no me escucharán, por ello! – Tomé a Celia la cual tenía la cabeza cubierta con una bolsa –¡¡Tomaré a esta chica de rehén y si no aparece ese desgraciado en la entrada de este edificio en una hora, mataré a esta chica delante de todo el mundo!! – Sonreí –Y en cuanto a las personas que transitan por la zona, ¡¡Lárguense o serán víctimas de mi poder!!

Cristian cortó la transmisión en ese momento para así poder tomar un respiro, el mensaje ya estaba dado, solo tocaba esperar.

–¿Qué tal lo hice? – Pregunté nervioso.

–De verdad que parecías un terrorista, das miedo cuando te pones serio– Respondió Cristian.

–Lo hiciste bien, pero para otra evita agarrarme demasiado fuerte, me dolió animal– Dijo Celia disgustada.

–Lo siento…– Respondí lleno de culpa.

Comenzamos a ver las redes sociales desde el teléfono de Cristian, todo marchaba bien, se armó un completo caos, la mayoría de menciones eran para el director pidiéndole que, dé la cara, que se presente o esa pobre chica morirá, sinceramente no pensé que resultaría demasiado bien. Mientras tanto, empecé a amarrar las manos de Celia con una soga y también comencé a hacerle huecos en la bolsa para que pueda respirar mejor.

–¡Even, cuando esto termine te voy a matar, todo esto que me has hecho hacer es muy incómodo! – Dijo Celia.

–¡Todo es por el bien del plan así que no te quejes!

Mientras hacía esto, comencé a escuchar helicópteros, la calle ya había sido despejada, pero en su lugar, cientos de coches policiales cubrieron toda la entrada del edificio.

–Valla, no pensé que sucedería así de rápido, ¡Celia, sé que estas amarrada, pero ¿Crees que puedas mandar a Cristian a un lugar seguro?!

–Si, no hay problema.

Celia creó una puerta de oscuridad el cual conectaba a un lugar apartado del edificio, le pedí que se marchara, pero antes de que cruzara por la puerta le di las gracias por todo, asegurándole que ganaría a como dé lugar. Esto lo dejó un poco sorprendido por lo repentino que fue, sin embargo, con una sonrisa llena de esperanza me dijo, “Se que ganarás”.

Se fue, ahora solo quedábamos la falsa rehén y yo, estábamos completamente rodeados, se veía que los helicópteros que llegaron eran de cadenas de televisión que trasmitían en tiempo real el falso secuestro, toda la situación me provocaba nervios, pero solo debía respirar profundo y concentrarme en lo importante para no defraudar a nadie, si fracasaba, estaría echando a la basura el esfuerzo de mis amigos y el futuro de cientos de personas, esa es la responsabilidad que cargaba ahora mismo conmigo.

Los minutos pasaban, el tiempo se hacía cada vez más corto y con ello, la presión que tenía el director de dar la cara se hacía más fuerte, era su reputación o caer en mi trampa que, a los ojos de él, debía ser demasiado evidente. Exactamente a la media hora comencé a escuchar gritos que decían, “¿Dónde está el director?”, “¿De verdad piensa dejar morir a esa chica?”, “No puedo creer que sea así de egoísta”, “Que alguien haga algo”.

–Todo marcha bien, ahora dime… ¿Qué harás?, déjame ver la decisión que tomas con la presión que ahora tienes encima– Dije para mí mismo.

El ruido que había era una cosa de locos, tanto helicópteros como el sonido de los coches policiales me tenían estresado, eso añadirle los gritos de la gente, llegaba un punto en la que era fastidioso, sin embargo, la espera había terminado, específicamente al minuto 53, dio acto de presencia en la puerta del edificio y con un megáfono decidió dirigirse a mí.

–¡Ya estoy aquí, ¿Qué es lo que quieres de mi asesino?, suelta a esa chica inocente!

No pude evitar sonreír de oreja a oreja, Celia también se la sentía muy entusiasmada, ya que ahora es nuestra oportunidad de darle la vuelta al juego. Tomé a Celia y salté de la terraza del edificio a la puerta de este amortiguando mi caída con una explosión de hielo, dejé congelado gran parte del suelo que se encontraba a mi alrededor, muchos policías se veían asustados y mientras las partículas de hielo iban desapareciendo, el rostro del director se me iba haciendo más claro.

–¡Hola, tiempo sin vernos ¿Me extrañaste?! – Fue como me dirigí al director.

–La verdad que no, solo me es irritante, ¿Continúas con tus crímenes señor asesino?

–¿Crímenes? ¡¡Oh… lo había olvidado!!, ahora te haces pasar por un héroe ¿No es así? – Dije en voz alta –Bueno da igual como te vean, entre tu y yo sabemos quién es un peor demonio, ¿No? – Sonreí.




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