Hada Madrina 2

Capítulo 2

Y el domingo llegó, y con él la hora de la comida. Cualquiera diría que iba a presentarme frente al pelotón de fusilamiento, porque no había manera de que aguantara la sonrisa en mi cara. Dave era el que prácticamente estaba tirando de mí hacia la zona privada. Y encima el muy idiota se estaba riendo de mí mientras lo hacía.

—Tranquila Tai, es solo una comida con tu familia. —Lo miré de esa manera en que las mujeres solemos lanzar dardos helados por los ojos, pero él pareció no inmutarse.

—Sí, sigue creyendo eso. — A ver, que Dave conocía, al menos por encima, a la mayor parte de ella, y todo el mundo sabía lo egocéntricos que eran mis dos hermanastros. Si yo fuese él… ¡Pero qué tonterías digo!, si a Wendy la tenía comiendo de la palma de su mano y ella era la peor de los dos.

Cuando la mesa estuvo a la vista, todos y cada uno de los comensales se percataron de nuestra presencia, aunque solo me centré fue en mi padre, porque reconozcámoslo, su reacción era la única que me importaba. Presencié cada fase por la que pasó su cara; primero alegría por verme, luego extrañeza al ver a Dave a mi lado, y por último sorpresa cuando se dio cuenta de lo que significaba.

—Vaya Tai, has… venido. —La voz de Wendy me hizo girar hacia ella. Creo que a ninguno de los allí presentes le pasó desapercibida la breve pausa en esa frase.

—Hola Wendy, papá, Janice, Trevor. Seguro que todos conocéis a Dave. —Me quedé observando a Janice, porque sus ojos entrecerrados me decían que lo recordaba. Como para olvidar el escándalo que montó su hija las dos veces que Dave me llevó a casa.

—Hola cariño. Bienvenido Dave. Avisaré para que pongan un cubierto más. —Pero mi hermanastro se puso en pie para detenerlo.

—Tranquilo Richard, yo me encargo. — Aquella disposición por su parte me sorprendió, pero era Trevor, seguro que había una razón oculta detrás de ello, una que no querría conocer. Antes de abandonar la mesa me lanzó una de esas miradas que decía “más vale que no ocurra nada importante en mi ausencia”. Sí, él tenía miradas de esas.

Wendy movió su silla para hacer hueco a su lado, seguramente pensando en que Dave lo ocupara, pero estaba más que claro que eso no iba a ocurrir. El primer interesado en evitarlo era Dave, y la segunda era yo.

—¿Y a qué viene esta sorpresa? —Preguntó Janice. La pobre mujer no sabía la cazuela que acababa de destapar.

—Pues…—aproveché para colocar mi silla y sentarme en ella, mientras Dave otra silla libre y la colocaba junto a mí.—tenía una noticia que daros y quería aprovechar que estabais todos reunidos para hacerlo. —Trevor acababa de irrumpir en la sala en ese instante.

—Espera a que me siente para darla, Tai. Es de mala educación no esperar a que estemos todos. —Su mirada acusadora fue directa a por su hermana, como si esta vez también fuese su culpa que casi le dejaran fuera, del que tenía pintas que iba a ser un jugoso cotilleo.

El camarero que llegaba detrás de él colocó con rapidez el servicio de Dave, y yo aproveché eso para guardar un precavido silencio. Seguro que Wendy estaba utilizando partes de su cerebro que llevaba mucho sin usar, para retransmitir la noticia que estaba a punto de darles. Y podía imaginar lo que había en su cabeza, seguro que pensaba que iba a anunciar que Dave y yo nos habíamos hecho novios y que queríamos hacerlo oficial. Pobrecita, ni se lo imaginaba. Cuando la puerta de la sala se cerró, Wendy fue la primera en saltar sobre mí como un gato sobre su presa.

—Ya lo estás soltando. —Miré a mi padre que estaba tan impaciente como los demás, y luego a Dave, quién me dio una sonrisa de apoyo.

—Seguro que ya imagináis que Dave y yo estábamos saliendo…—

—Saliendo. —Dijo Wendy al mismo tiempo que yo. Sí que estaba impaciente.

—Y la relación se ha asentado de tal manera, que ha llegado el momento de comunicar a la familia de que vamos a casarnos.

——Sois novios.  —Esta vez la sincronización funcionó de la misma manera, salvo por el fallo en el contenido.

Pasaron un par de segundos hasta que el resto asimiló la noticia y pudo reaccionar.

—Enhorabuena. —Dijo Janice, aunque más que sentirlo creo que lo dijo porque la cortesía marcaba que esa era la respuesta correcta. Probablemente, cuando saliera del sock, se le quitaría esa cara de susto.

—Vaya, no lo esperaba. Pero me alegro por vosotros dos. —Papá me envolvió en un cariñoso abrazo, y después felicitó sincera y efusivamente a Dave.—Bienvenido a la familia.

—Gracias.

—Es un gran paso. —Trevor no lo dijo con mal tono, parecía más bien meditabundo. A saber qué había en ese momento en su cabeza.

—¡Wendy! —Gritó de repente Janice.

—¡¿Qué?! —Creo que todos la miramos, sorprendiéndola con la nariz metida en su Iphone mientras tecleaba como loca.

—No puedes decirlo por ahí sin el consentimiento de los novios. —La acusó su madre. Pero en cuanto Whendy alzó la cara hacia nosotros, todos supimos que ya era demasiado tarde. Genial, antes de que empezáramos a comer, todo River Oaks ya se habría enterado de la noticia.



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En el texto hay: humor, amor, hada madrina

Editado: 16.02.2020

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