Hades (saga Cosas del Destino 1)

3

Amigos
 


 

Ayham e Irene se conocían hace cinco años y en ese largo tiempo sabían muchas cosas el uno del otro pero sobre todo eran conscientes de la inmensa lealtad que tenían para con sus amigos, una lealtad que podía llegar a ser agotadora.
 


Hace dos semanas que Kenna se había mudado a la casa, en es e periodo Damián había intentado ayudarla en todo lo que podía pero la morena reiteraba que no lo  necesitaba terminando así en una absurda discusión de lo terca que era y lo imbécil que era el.

Otro día más en el que ambos fieles amigos escuchaban los gritos dr la pareja desde la planta superior pero poco les importaba en ese momento el árabe acariciaba los rubios cabellos de Irene quien estaba recostada sobre su pecho.

— Por que los presentamos en un principio — se quejó  Ayham

— fue tu culpa, tu lo llevaste a la tienda con esa estúpida excusa de un traje nuevo —

Ayham recordaba el momento en el que su amigo conoció a Samaira. Había ido en busca de la rubia y su perdón pero su amigo si que lo había seguido con segundas intenciones.

Se descuidó de el veinte minutos y para cuando regresó  el desgraciado ya andaba con esa sonrisa de chulo coqueteando le a su morena.

— Vamos Ayham ¿Sigues molesto? — él no contestó — no hice nada malo –

 Era raro que su amigo se enojara con el, así que comenzó  a recordar todo lo que había echo en el día pero ... ! Oh rayo! La chica, la ordena despampanante a quien casi besaba.

 — Hay dios, ¿ella era tu novia? — captó  su atención — amigo de verdad lo siento yo no sabía — se desesperó

 — No, ella no era mi novia — por fin habló

— ¿Estás seguro? - insistió —por que parecía que fueras a ahí  mismo —

 — ¡Ella no es mi novia! — ya algo alterado —  mi novia era la rubia que nos atendió — 

 —  ¿entonces por qué estás tan molesto? — lo obligó  a frenar el auto — Ayham no me mientas —

 — Ella es la mejor amiga de Irene — lo encaró

— ¡Es por eso!? ¿solo por qué coquetee con una chica? — ahora el enojado era Damian

 — ¡No cualquier chica Damián! – tiró  su cabeza contra el asiento —  ella es especial, ella es intocable, además Irene no me perdonaría si le rompes el corazón a su mejor  amiga —

— ¿por qué te preocupa tanto esa rubia? — se burló — Es solo una chica mas ¿no? — lo miro — ¿Ayham? —

— no exactamente — pasó una mano por su negra cabellera — Ella es importante para mí —

Imposible, la preocupación invadió su cuerpo, preocupación e incredulidad

Él no se podía enamorar, no te puedes enamorar.

Había sido su regla de oro desde los  15 años Cuando descubrieron él arte del coqueteo.

Pero que podía haber echo, cuando aquella rubia, indefensa y ebria se cruzó en su camino fue él final de su cordura, Ayham sentía el tamborilear de su músculo cardiaco hasta ese momento inexpresivo para el, era consciente de los desastrosos finales para su relación, pero muy dentro del sabía que Irene era distinta "ella lo sabe" fue lo único que dijo "ella sabe lo que hago y dijo que no había problemas".

Quien diría que una noche de borrachera con Damian terminaría en su acto heroico de la noche,salvando a una bella rubia de ser abusada por un par de engendros.

Había quedado prendida de tan bello ángel y cuando ala mañana siguiente se dio cuenta de lo inestable que era aquella joven decidió que nunca mas la dejaria ir

Y así habían pasado los años, peleas y separaciones y aun así seguían juntos. 
Dos años después de conocerse consideraron la estúpida idea de presentar a sus amigos, a fin de cuentas Damian se había obsesionada con la morena; Ayham no había estado muy agosto con la idea pero si eso hacia feliz a todos que le quedaba mas que aceptar.

— ¿ Crees que regresen? — preguntó la rubia — llevan discutiendo toda la semana —

— es la presión del momento, ambos son iguales — dejó un beso en su coronilla — en cuanto Apolo regrese todo esto acabará —

— a veces me asombra tu amistad con él — la rubia jugueteaban con él arma dorada de Ayham — siempre sabes lo que piensa —

Sus finos dedos repasaban una y otra vez la inscripción sobre él cañón del arma

αδελφοί (adelfoí) HERMANOS.

La miraba con nostalgia, alguna vez ella y Kenna habían tenido un lazo similar, siempre conocía los deseos del corazón de su amiga pero con él tiempo esa unión se resquebrajo, lograron volver a unirla pero, ningún vaso que se rompe vuelve a quedar igual.

A veces extrañaba su vida pasa, aquello antes de los hombres y los sentimientos, antes de crecer y salir por las puertas de la cruel realidad.

¿ donde habían quedado sus fines de semana de juerga? ¿cuando dejaron las muñecas por las armas?

Viejos tiempos de despreocupación que extrañaba.

Para Irene aún era incomprensible la forma en la que ambos, Kenna y Damián,  se comenzaron a enamorar. Fue durante una de las opulentas fiestas de caridad de su madrastra, la invitación era para dos personas así que obligó  a Kenna a ir esa noche con ella.

Ya frente a la puerta la morena comenzó  a arrepentirse de haber aceptado, le sudaban las manos con un frío le recorría la espina. Había logrado enfrentarse a los seres más peligrosos del mundo, le había plantado cara a un Yakuza y había peleado con el heredero de la Bratva; pero nada la podía preparar para  entrar a la mansión Argent, el ex Coronel bien podía vivir en paz en una vieja choza en medio de la nada pero su mujer, Angele, y su hijastra Kiara ,habían exigido una mansión de dos plantas y casi 800 metros cuadrados.

Ambas mujeres eran crueles y desgraciadas, Kenna había comprobado que sus palabras podían doler más que cualquier bala.

— No quiero entrar, no puedo —  la angustia se sentía en su voz mientras se aferraba a la manija de la música que el padre de Irene había mandado

—  Me lo prometiste  y me ah tomado casi cinco horas arreglarte así que no voy a dejarte en el auto —



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En el texto hay: mafia, romance, romance drama accion

Editado: 13.04.2020

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