Hagamos parpadear las estrellas

Capítulo 3 - Lo que se queda estático muere

“La melancolía y el corazón roto son mis verdugos mientras duermo sin ti, pero al menos ellos mantienen tu dolor presente.”

Primer día de clases, lunes 28 de septiembre, 2015.

Petra Russo.

El camino a la escuela es tan desagradable como siempre lo era, pero esta vez me permití un escape que me hizo sonreír durante todo el trascurso: comencé a imaginarme siendo mamá. Eso lo deseo con tanto fervor. Ser madre y poder hacer que mi hijos sintieran que yo los amaba con toda mi alma es basicamente el único sueño qe tengo seguridad de que poseo. Porque la maldición de desamor se acabaría conmigo, la tradición no seguiría conmigo, yo romperé el patrón de abandono.

Fantasear con eso me da felicidad; no puedo decir lo mismo del siguiente panorama: casarme.

No suena tan mal la fecundación artificial.

Cuando me imagino casada solo veo a mi padre, pero, ¿Es Cruise siquiera un acercado a lo que quería de esposo? No lo es, entonces, no tengo idea de cómo imaginarme un compañero de vida.

Nunca me ha importado el físico, no es como que estoy en posición de poder hacer, pero cuando pienso en el chico más atractivo que jamás haya visto, claro que pienso en el… chico de cementerio. ¿Cuándo lo volvería a ver?

Ir allá siempre ha sido un placer, porque es un área sublime, y me daba paz. Siento lo mismo cuando voy a una iglesia o a una biblioteca, pero las iglesias me recriminan ciertas cosas y las bibliotecas me hacen sentir un poco… sola, me hacen sentir como si fuera otra historia acorralada entre los muros, pero una que nadie leerá. Así que los cementerios son neutros para mí, menos pretencioso, más simplista.

—¿Qué te pasa? ¿Cecile te ha molestado? —me preguntó Clover en cuanto me vió.

—¿Así? ¿Sin un hola? .

—¿Qué te ha hecho?

—Todo está bien en casa —intento sonreír.

—Obviamente, y papá me llevará al altar con Adam —dice con sarcasmo—. Te he visto los ojos, te ves triste, ¿Te molestaron por lo que dijo Cross? Me enteré luego de que te fuiste…

—¿Qué es gay? Apenas lo mencionaron hoy en el desayuno.

Ambas fuimos abandonadas, eso quizás hizo que nuestra amistad floreciera. Empezamos a hablar de eso, y por arte de magia, nos dimos cuenta de que ambas teníamos ese dolor. Nada para fortalecer una amistad que poseer traumas parecidos.

Aunque, a mi nunca me dieron lo que me quitaron, pero ella tuvo a su papá, que fue su héroe, y él luego se fué sin siquiera despedirse.

—Le partiré la cara a la pelirroja por siquiera culparte por eso, eso hizo, ¿verdad?

Me río ante su mueca —Sabes que yo soy pelirroja, ¿verdad?

—¿Y por qué crees que sé que me estás mintiendo? 

—No miento, Clov.

—No me digas… ¿Acaso el imbécil de Cruise te ha golpeado otra vez? Te juro que sí te puso una mano encima lo voy a castrar lentamente con una tijera sin filo, es más, a mordiscos —sus ojos se ven muy enojados y el bullicio natural de la escuela queda en segundo plano—, ¿Entonces? ¿El te ha golpeado otra vez?

—No, Clover —digo intentando camuflar el dolor que se escabulle ante el inminente recuerdo de aquella situación—, está todo bien.

—Petra...

—Está todo bien, no me ha vuelto a golpear. Mamá juró que él no lo haría otra vez, y Cruise pidió disculpas… de una manera muy Cruise, pero algo es algo. Dijo que no lo volvería a hacer.

Eso espero.

—¿Sabes quienes dicen eso que acabas de decir? Las mujeres cuyos esposos VUELVEN a golpearlas.

—Él dijo —la voz se me corta—... no creo...

—Yo sí lo creo, imbécil hoy, imbécil siempre —espeta—. Yo sí lo creo, los hombres como él son una peste. Mira a Justin Bieber.

Odio que quiera poner a Justin como alguien malo. En especial, que quiera compararlo con mi padre. Para mí, Bieber es la prueba de que caerte es natural y que nunca debíamos subir a las personas tan alto como para que se sienta solitario y asfixiado, porque siempre que lo veían en la tv sentía que sus ojos lloraban aunque no hubieran lágrimas. La soledad también trastorna cuando se junta con dolor.

—No es lo mismo. Yo creo que cometió errores, y comete, pero no por eso deja de ser humano, sino todo lo contrario. Al final, todos tenemos nuestras estrellas apagadas, pero no tenemos una cámara grabando cada segundo de nuestra vida.

—¿Eso es excusa?

—No, pero nosotros tenemos derecho a buscar nuestro propósito sin miedo... a que nos juzguen cuando lo hallemos. Es parte de crecer el caerse, pero a él le recriminan que se caiga, como que otros no han hecho anteriormente lo mismo.

—"¿Quiénes somos nosotros para juzgar?"

Con el último álbum de Justin, Purpose, me di cuenta de que siempre que me sentía mal, triste, con depresión o ansiedad oía su música porque su voz relaja sin remedio, pero ¿Quién hace que él se relajara? Mientras a mí su música me ayuda a superar malos momentos él estaba solo pasando los propios.

Porque, ojos que no veían, corazón que no sentía y mente que criticaba.

—Las personas no cambian.

—Las personas sí cambian, amiga. Él cambiará, Justin cambiará, lo sé, lo siento.

—No lo creo, podrido una vez, jodidamente podrido para siempre.

—No es así, el cambio y el movimiento son parte de la vida, lo que se queda estático muere... es decir que si alguien está vivo tiene que cambiar.

—Pero no necesariamente para bien, Petra, no seas tan cursi, no siempre es para bien. Hay quienes se vuelven condenadamente peores.

—Y hay quienes se vuelven mejores, Clov —susurro.

—¡En las vidas perfectas quizás! —la conversación se está sintiendo personal…—  Mi padre no siempre fue un imbécil, de hecho, era el mejor hombre de todos. Al final se largó y ¿Qué nos quedó? Nada, pero no es como que a él le importe, tampoco. Era bueno, cambió, pero para mal. Y así es la vida. 




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