Hagamos parpadear las estrellas

Capítulo 11 - Carpool karaoke

"Mares de lágrimas fluyen sin ser detectados, solo porque no salieron en el momento donde podrías verlos, así que cuidado con cómo tratas a las personas. 

Puede estar secando su vida, no vayas a hacerlo fluir otra vez."

New York, viernes 02 de octubre, 2015.

POV Thomas

Bajo las ventanillas del auto, así el viento puede darle en la cara. Es de las mejores sensaciones y yo la quiero para ella. La pelirroja sonríe y saca una de sus manos para que choque con el aire. Sus carcajadas se oyen aún más fuertes que la música. Shawn Mendes suena en la radio y ella entre risas y gritos canta.

Ella lo está disfrutando, y yo disfrutaba verla en ello.

Su pelo, en la coleta, se revuelve. Me he dado un pequeño momento para verlo. Su pelo es demasiado hermoso. Rojizo y lacio. Demasiado hermoso. ¿Sabrá ella lo hermosa que es? 

Apenas puedo resaltar que tiene unas pecas deliciosas, porque se las oculta con maquillaje al parecer. Eso es estúpido. ¿Por qué ocultar algo tan hermoso y peculiar? Solo noto los puntos recorriendo su cara porque en su éxtasis se ha quitado un poco de la base de maquillaje.

—Espera —le digo. 

Ella me mira curiosa.

Tomo el parte de la muñeca de mi camisa, entonces se la paso delicadamente sobre sus mejillas. Así logro ver sus pecas al desnudo.

—¡No! ¿Qué haces?

—Me permito ver tus pecas.

—No tengo mi base aquí, ¿Cómo quieres que me las cubra ahora?

—¿Desde cuando quiero que lo hagas?

Sus ojos son otro cuento. Son fantasía pura. Aquel marrón oscuro que contrasta con la miel de su compañero… ¿Cómo puedo dejar de ver esos ojos que parecen sacados de un cuento de Shakespeare?

—¿Tengo algo en la cara? Claro, además de las pecas.

Niego para que no se preocupe, pero sí tenía algo; unos ojos bicolores que se han convertido en un festín visual.

Para mí, es un deleite mirarla y escucharla. Pero, ella es demasiado paradójica; lejana en ocasiones, más, sin embargo, luego sonríe y se siente tan cálida que termina haciendo que yo lo hiciera… se siente como si siempre nos hubiésemos conocido mucho tiempo antes.

La carretera está vacía de auto, a nuestros lados solo hay fincas y algunas vacas. Me encanta pasar por aquí con mis hermanos, suele ser una buena terapia. Ella es buena compañía también.

—¡Mira! —grita alegre —¡Vacas!

Sonrío —Sí, las vi.

Es como una niña grande.

—¿Qué no ves? ¡Son vacas! —me mira confundida.

—Sí, pianito, vacas.

Infla sus mejillas con preocupación.

—¿Estás bien? —la miro un poco tras que me cuestionara y regreso la mirada a la carretera —Es que pasamos en frente de vacas y no gritaste ‘¡Vacas!’ Eso no es normal. ¿Te sientes mal?

—¿Por qué gritaría eso en primer lugar, Pianito? ¿Por qué haría eso?

—Porque... ¡Son vacas! —grita por la ventana —Eso es suficiente razón para gritar ¡Vacas!

—¿Y eso qué?

—¿Nunca has gritado “¡Vacas!” antes?

—Okey, entendí, te obsesionan las vacas, pianito.

Imagination suena en la radio. Amo esa canción.

—Handwritten es el mejor álbum jamás hecho... Es el primer cantante que hace un álbum de debut tan bueno a tan corta edad, me sé todas las canciones. 

—Shawn es Shawn —le confirmo.

Ella canta por lo bajo esa canción y su voz era otro nivel al susurrar; ASMR. Es como mil ángeles flotando en mis oídos. Todo en ella es tan relajante.

—¿Por qué te gustan las flores?

—¿Por qué te gusta la música? —le devuelvo como defensa.

—No vale. Yo pregunté primero.

Reímos.

—No te conozco lo suficiente como para decirte cosas así de personales, pianito.

—Pero podemos conocernos… ¿No?

—¿No hay otras cosas que quieras preguntar más que eso?

—Quiero conocerte, florecita, ¿Qué mejor que tus pasiones?

Me miray, joder, ¿Sabrá ella el poder en sus ojos?

—Bien —me rindo —. De niño no hablaba mucho, siempre era cerrado con mis cosas; y cuando nuestra vida empezó… pues a ser más dura, necesité donde refugiarme. Éramos una familia que se amaba demasiado, mis padres, mis abuelos, mis hermanos, mi prima y yo. Cuando se es niño idealizamos las cosas, tenemos una idea de cómo serán las cosas y eso hace difícil decirle a un niño que había perdido todo en menos de un año. Todos teníamos una manera de enfrentarnos a la situación, Jane tenía el balé, Demien era muy pequeño, papá… pues tomaba algunas veces y los abuelos tenían el piano, mi prima también tenía el piano —ella me escucha atenta y vi como sus ojos se entristecieron —No es malo, ¿sí?, no vayas a ponerte sentimental, pianito —con los ojos aun así sonrie levemente—. Bueno, el punto es que la mía era el jardín. Amaba plantar y ver crecer las flores y demás. Así que ese ha sido mi arte desde entonces, además de llorar, claro. Creo que fue como mi... lugar seguro. O algo así.

—Como yo con el piano —susurra —. Claro, solo que yo tengo un año solamente.

—¿Solo tocas hace un año? —estoy verdaderamente sorprendido —No te creo, ¿Y me vas a decir que tocas tan bien con un año? Cuando yo tengo muchos más y a duras penas logro hacer unos acordes.

—¿Tú también tocas?

—Pues sí. Desde niño mi abuelo tenía un montón de instrumentos musicales, mi prima y yo recibimos clases de él; pero no creas que soy bueno. Nunca aprendí mucho.

—Es lindo que tengas una pasión tan diferente, eso se me hace especial.

Mi parte pesimista siente que no lograré hacerla sonreír por mucho tiempo, por lo que tomo fotos mentales hasta el cansancio, así tendré una manera de recordarla. 

—Recuerda, lo especial no es lo diferente.

—Especial es lo que florece sin dejarse afectar por cómo es el entorno, ya sea parecido o distante —ella continua.




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