Olivia
1. Analice la siguiente situación:
»Una pareja de jóvenes lleva cinco años juntos. La relación se encuentra aparentemente bien ante los ojos de Sara, la novia, quien se preocupa a diario por cumplir los deseos de Raúl, su novio, al punto de adoptar actitudes que sabe que lo complacen, como ver fútbol.
Por otro lado, Raúl considera que el noviazgo está en su mejor momento; llega a pensar que la vida sin su amada sería un completo infierno, pues, para él, Sara es el amor de su vida y están destinados a estar juntos para siempre.«
¿Qué situaciones del pasado podrían haber influido en la actitud de Sara y Raúl? Sustente su respuesta con los conceptos vistos en clase. (10 puntos)
Tiene que ser una broma.
Llevo aproximadamente diez minutos en esta pregunta sin saber qué responder.
El amor siempre es complicado, y este examen me lo recuerda una vez más.
Nunca llegué a concebir la idea de un amor que logre cambiarte a tal punto de no reconocerte a ti misma solo por complacer a alguien más.
Tampoco concibo la idea de ese amor sin el que no puedas vivir.
La gente tiene razón cuando dice que por amor nadie se muere, así que lo único que me dan ganas de poner como respuesta es:
«¡No hay situaciones del pasado que definan esta locura! Sara nunca debió cambiar por nadie, mucho menos para convertirse en la muñeca perfecta de su estúpido novio. Y Raúl tiene que saber que su novia tal vez no sea el amor de su vida. Tal vez terminen pronto, se deprimirán, llorarán, engordarán y creerán que el mundo se les viene encima, pero nadie se ha muerto de amor. Así que… ¡dejen de aferrarse!»
Sin embargo, como sé que esa no será una respuesta válida para mi profesor, decido ir por la vieja confiable:
»Sara: posible autoexigencia por parte de los seres más cercanos a ella en la infancia, lo que pudo generar una necesidad de satisfacer a los demás, incluyendo a su novio.
»Raúl: posible abandono emocional por parte de los padres durante la infancia, que habría provocado una dependencia hacia su pareja actual.
»Ambos: presentan un amor insano.«
No muy satisfecha con mi respuesta —pero sin ganas de pensar en algo más—, entrego mi prueba al asistente del profesor y salgo del salón.
Son exactamente las doce y media, lo que me deja otra media hora libre para charlar con mis amigas antes de ver a Erik.
La primera en notar mi presencia es Claire, que me hace señas para que me acerque. Ella y Antonella salieron mucho antes que yo y ahora están sentadas en el pasillo, obstruyendo el paso de la gente.
—¿Cómo te fue? —pregunta Claire apenas me siento.
—Dicen que el que corregirá los exámenes será el asistente, así que no creo que tengamos problema —responde Antonella despreocupada, sin levantar la vista de sus uñas.
—Entonces me irá bien. Sinceramente, no es de los mejores exámenes que he dado, pero tampoco el peor —contesto, desanimada.
—Nadie puede desaprobar esta prueba, es de opinión personal. Todos los casos eran para sacar un diagnóstico del asunto.
—Claire, ¿sabes que algunas preguntas no pedían eso, cierto? —dice Antonella. La miro con los ojos abiertos—. ¿No revisaste la parte de atrás?
Para este punto, la rubia deja de limarse las uñas para mirarnos, igual de preocupada.
¿Parte de atrás?
Yo no revisé la parte de atrás… y la cara de Claire me confirma que ella tampoco.
—No había parte de atrás —dice, intentando convencerse.
—Claro que sí. Era una sección donde tenías que marcar la respuesta correcta. Pero obviamente no me vas a creer, porque no revisaste la parte de atrás —Antonella arquea una ceja con autosuficiencia, lo que me hace voltear los ojos.
Está bromeando.
Sin embargo, Claire todavía no lo capta. Su rostro se va descomponiendo y su piel palidece.
—¡Claro que no! No pudo haber una parte atrás. El asistente me lo habría dicho. Revisé todas las hojas de mi examen antes de irme. ¡Yo lo vi!
—Claire, a ellos también les gusta vernos sufrir. Lo comprobarás cuando te devuelvan el examen.
Puedo ver cómo sus ojitos se cristalizan. Claire siempre ha sido muy dura consigo misma en los estudios.
—Es broma, Claire. ¿En serio crees que ella se fijaría en la parte de atrás de un examen? —la señalo—. Estamos hablando de la persona más despistada del mundo. La que dejó a su hámster al sol tres días.
—¡Oye, estaba más chica!
—Eso fue el año pasado —le recuerdo.
—Bueno, era un año más chica.
Antonella pasa de estar apoyada contra la pared a quedar tirada en el suelo cuando Claire se lanza sobre ella.
—¡¿Por qué se te ocurre hacerme algo así?! —grita Claire.
—¡Oli, ayúdame! —suplica Antonella.
—¡Sabes que esas cosas me afectan!
—¡Oli, ayúdame!
—¡Me voy a vengar!
—¡Olivia!
Los gritos de ambas llaman la atención de varios estudiantes, e incluso algunos profesores se han detenido para mirar el espectáculo.
Yo, que aprendí mi lección la última vez que intenté separarlas —y recibí una patada en el estómago—, decido revisar mi celular.
Ya es hora de irme.
Con una sonrisa, agarro mis cosas y me pongo de pie.
—Bueno, niñas, me voy —les digo, aunque siguen gritando—. Pórtense bien, no se metan en problemas y quiéranse mucho.
Editado: 02.11.2025