Kozume Kenma

——¡No otra vez!——la chica tenía ganas de estrellar la consola, lo habría hecho si fuera de ella, pero aún así las palabras que decían You lose la sacaban de sus casillas.

Tal vez por eso era buena en los deportes, su lado competitivo siempre salía a relucir a las finales.

——Que no se te ocurra estrellar la consola——la conocía de maravilla.

Para lograr que Kenma prestara su consola a otra persona debían ser por tres posibles razones.

Le tenía bastante confianza a tal persona.

Había conseguido otra.

La tercera razón sería que ya había enloquecido.

Le tenía bastante confianza a la chica, pero...

——¡Maldito juego!——el sonido de un objeto siendo roto llenó el silencio que reinaba en la habitación.

No era la primera vez que pasaba, era algo ‘normal’.

Consola vieja que ya no servía, llamen a Name, ella se encargará.

Excelente servicio.

——No sé por qué me sorprende...——murmuró el teñido viendo de reojo a la albina para luego volver a prestar su total atención a la partida que jugaba en su nueva consola.

Le tenía bastante confianza a ella, pero no la suficiente para entregar a su bebé a esa máquina de ira andante. 
Prefería sacrificar a una de las antiguas.

——¿Está todo bien?——la madre del pudín abrió la puerta y miró hacia las partes desparramadas de la antigua consola y su mirada se pasó de la fémina hacia la consola y así repetitivamente.

——Ya entendí, hola Yagami——le saludó de manera amable y cerró la puerta.

——Parece que ya nada sorprende a tu madre, Kenma——se levantó del piso y se acercó hacia donde el estaba.
Ya que Kozume no parecía moverse para hacerle un espacio en la cama, ella pasó por encima de él sacándole un poco de aire en el proceso.

——Creo que ya se acostumbró a tus desastres——recibió un leve golpe en su brazo.

——Tan directo como siempre——susurró observando como jugaba causando que la barra de vida del contrincante bajara hasta más abajo de la mitad con las combinaciones de ataques que empleaba.

——Eres bastante bueno——se sobresaltó un poco al sentir la respiración de ella tan cerca de su cuello y oreja.

——Me gustas——soltó de sopetón la chica causando que Kenma dejara de mover los dedos.

Solo se pudo escuchar el You Win del juego en ese momento.

——Oh, gané——murmuró viendo la pantalla, evitando el contacto visual con ella.

Cualquier otra persona se hubiera molestado por su reacción, pero Hey esa actitud era la que le gusta de él, solo pudo reír divertida ante la expresión seria y mejillas levemente sonrojadas del armador de Nekoma.

——Eres increíble, Kozume Kenma——pinchó con el dedo un poco su mejilla molestandolo.

——Ya...——movió sus dedos un poco ansioso y la miró por primera vez desde hace unos minutos.

——Creo que también...me gustas——su respuesta la dejó un poco desubicada, pensaba que no le iba a responder de una vez.

——Desde ahora prometo tratar de mejorar en los videojuegos para jugar a la par contigo——se podía ver una chispa de determinación en sus palabras mientras tomaba una de sus manos.

——Mejor no, no sabría decir cuántas consolas podrías destruir——mostró una pequeña sonrisa al decir tales palabras.

No era la persona más expresiva del planeta, pero justamente por eso le gustaba.
Kenma siempre sería Kenma y eso en definitiva le gustaría por siempre.