——¡Bokuto, amigo de mi alma, hermano de otra madre!——el gimnasio quedó en silencio y todas las miradas se clavaron en la chica que tenía los ojos medio llorosos.
Al ver que era el punto de atracción, no pudo evitar sentirse nerviosa.
Algo que tenían en común Bokuto y Name es que cuando nada les sale bien y se sienten inservibles, necesitaban apoyo.
Al parecer la chica tenía una encrucijada en su cabeza, era fácil de saber con solo ver su actitud raramente cohibida ese día.
——¿Name?——el pelinegro iba a acercarse a la chica sentada en una esquina al frente de las puertas del gimnasio.
Aunque su expresión fuera la misma, si prestadas atención se podía ver el entrecejo un poco fruncido en señal de preocupación.
——¡Hey, hey, hey! No se preocupen iré a ver qué pasa con Name——saltando y diciendo incoherencias se acercó a Name, dejando a medio camino a Akaashi.
Dudando si acercarse o no, Akaashi miró de reojo a Name y volvió a la práctica.
Solo que la mitad de su atención estaba también en donde estaba Name.
——¡Bokuto bro! Necesito de tu ayuda——tan rápido como apareció Bokuto en su campo de visión se levantó de un salto.
Con ojos brillantes se señaló a sí mismo con orgullo y emoción—¡Lo que pida mi Kohai preferida!
A petición de la chica salieron por unos minutos.
——¡Akaashi el balón!——el nombrado salió de su trance y levantó el balón, su destinatario debería haber sido la palma del rematador...no su cara.
——Perdón Sarukui.
El pobre solo negó con una mano mientras con la otra tocaba su nariz roja——N-no pasa nada.
——¡Lo sabía!——una estruendosa risa se escuchó hasta donde estaban los demás practicando, aunque luego de eso solo se escuchó un leve grito de su capitán.
(...)
——Shh silencio——Kōtarō se tapó la boca con las dos manos, luego destapó su boca y susurró.
——Ya sabía que te gustaba.
——¿Ah sí? Yo recién me percaté...¿Qué crees que debería hacer? ¿Le digo o no le digo?
Ante esa pregunta el chico búho quedó en silencio y ladeó la cabeza en señal de no entender la pregunta.
——¿No es obvio? Dile lo que sientes.
Con solo esas palabras el corazón de la adolescente se paralizó y negó con la cabeza rápidamente.
Bokuto pudo haber jurado escuchar el cuello de la chica sonar de una manera escalofriante.
——No es tan sencillo, siento que moriré de un infarto si le digo que me gusta——ni en sus más locos sueños hubiera pensado que alguien por fin le gustaría.
Siempre pensó que terminaría sola criando cinco gatos llamados: Kuroo, Lev, Kenma, Yaku y Yūki
Pero no, el amor literalmente la noqueó, ya que la primera vez que conoció a Akaashi, el la había noqueado con el balón por accidente cuando ella entraba por la puerta del gimnasio.
Y así nació una linda amistad.
Una amistad que había evolucionado como Pokémon y se había transformado en amor, aunque Name recién entendió esos sentimientos que llevaban allí un tiempo considerable.
——Mejor muero.
——¡Mente positiva Name, mente positiva! Repite conmigo, me gusta Akaashi.
——Me gusta, me gusta ¡Bokuto-senpai! N-no pue-
Algo tocó su pie, un balón de volley, asustada dio vuelta para ver si alguien había escuchado.
¡Gracias Dios, de seguro me odias!
——Akaashi.
——¡Name ánimo!——Bokuto levantó sus dos pulgares tratando de expresar su apoyo, luego de ese gesto hacia ella se fue hacia el gimnasio.
¡Bokuto yo confiaba en ti!
——Les deseo lo mejor a los dos.
Espera...¿Qué?
Sin notar la mueca y los signos de interrogación imaginarios encima de la cabeza de la chica, Akaashi siguió balbuceando incoherencias con su típica expresión seria, que hacia que la escena fuera aún más graciosa——Bokuto-san puede ser intenso la mayoría del tiempo pero-
Fue bastante rápida para captar que había un mal entendido y se apresuró a aclararlo——No me gusta Bokuto.
Irónico que haya notado ese malentendido, pero que no se haya dado cuenta hasta ahora que le gusta Akaashi.
En fin, la hipotenusa.
¡Corre vídeo!
Akaashi ya había formado varios escenarios en su cabeza a máxima velocidad y no prestaba atención a lo que decía la chica con cara de Really? —No necesitas negar-
Viendo que Akaashi ya no estaba prestando atención a sus palabras anteriormente dichas decidió tirar su timidez por la borda——Por el amor de Pitágoras, tú eres el que me gusta, me gustas más que un día lluvioso, más que el olor de un libro recién comprado, más que las maratones de anime que tengo con Kenma, me gustas mucho, más de lo que creerías.
El tiempo pasaba y el silencio se hizo presente.
La mente de Akaashi era un desastre en ese momento, pero su expresión calmada nunca cambió.
Akaashi sabía muy bien que Name amaba más que nadie los días lluviosos, ella siempre decía que la lluvia recorriendo su cuerpo era como si todos los problemas del mundo desaparecieran, dándole una sensación de paz y tranquilidad.
Akaashi amaba la manera en la que su cabello se pegaba a su rostro y una sonrisa se deslizaba en su rostro al entrar en contacto con la lluvia, le daba una imagen más natural y hermosa de Name.
Él sabía que Name atesoraba sus libros más que nada en el mundo y cuando comenzaba a leerlos es como si todo a su alrededor desapareciera y no importa nada más que la trama y las letras pasmadas en las páginas.
Amaba cada gesto que hacia cuando se emocionaba, entristecía y reía al leer.
La consideraba una obra de arte en movimiento y le aliviaba saber que ella sentía la misma emoción al estar junto a el.