Confusión

Me senté sobre mi silla, mis ojos sobre ella, su cara es de desconcierto total, mira a ambos lados sin saber lo que pasa, le hago una sonrisa con boca cerrada mientras ella se sienta sobre la camilla y se abraza los hombros.

Con la voz más tranquila que pude, pregunté

-¿Qué sucedió hoy?

Ella me mira con esos ojos marrones claros tan profundos que uno se podría perder ahí, suspira y lo piensa antes de redactarme todo lo sucedido, cada detalle, color y cosa, yo anoto todo en mi libreta sin dejar de poner atención a como poco a poco va relajándose sobre la cama, dejando sus pies con calcetas blancas, balancearse de adelante y atrás muy despacio.

-Y eso fue todo, desperté muy desorientada.

-Tranquila, es la sesión en la que has durado más tiempo.

Ella baja de la camilla, poniéndose los zapatos mientras la observo en silencio con mis manos en los bolsillos de mis pantalones.

Me observa y se ríe nerviosamente.

-Me iré a descansar, buenas noches.

Dijo de manera muy segura mientras abrió la puerta y cerró.

 

Así empezó mi jornada de trabajo, mis manos empezaron a tocar las teclas de mi portátil mientras mis lentes se resbalan de forma lenta por mi nariz y el silencio se vuelve mas cómodo conforme pasan las horas.

Sin darme cuenta, la mañana se acerca, giro mi mirada a la pequeña ventana en la pared y veo un sol demasiado rojo asomarse, sigo escribiendo hasta que la alarma de mi celular suena, avisando que mi jornada ha acabado y que no tarda en llegar Patricia.

Me levanto de la silla pensando en qué desayunaré mientras arremango las mangas de mi camisa y tomo mi saco de la silla

Salgo antes de la llegada de mi compañera, los pasillos están tranquilos y sé quién está en los jardines pintando, así que mis pies solos van en esa dirección mientras me detengo en el ventanal y la observo tan tranquila, sus trazos son tan bien precisados que no me doy cuenta cuando la veo girarse y observarme, una sonrisa aparece en su rostro haciendo que todo en mi vuelva a la vida, saludo con la mano como si acabara de observarla y camino por el pasillo, sabiendo que es mi momento de irme.