Halia

Vlll

Ve extremidades de cuerpos regadas en forma de cruz y más a lo lejos se ve un túnel, mi mente da mil vueltas preguntándome cómo esto está aquí, por qué no huele y por qué no he podido reaccionar, cuando estoy a punto de girarme siento una mano tapando mi boca y otra rodearme por la cintura jalándome hacia lo oscuro, grito pero la mano sobre mi boca no me lo permite, me sangoloteo intentando escapar, cuando una voz masculina me dice que me calme o nos encontrarán.
 

Cuando deja de arrastrarme hacia lo oscuro, veo que estamos en una cueva y hay un sillon para dos personas, una mesa y papeles sobre ella, junto con una lámpara de noche. Mi curiosidad me deja tranquila cuando quita sus manos de mí, cuando me giro a verlo, es un chico que no se ve ni dos años mas grande que yo, me le quedo viendo fijamente al ver que se aleja hacia el otro extremo y de lo oscuro saca una silla sentandose en ella frente a la mesa y comienza a organizar los papeles.
 

-¿A caso no me dirás por qué estás acá abajo? ¿Viene alguien más contigo?

Pregunta como si ya nos conocieramos de años.
 

-¿Crees que si viniera alguien conmigo habrías podido secuestrarme?

-¿Secuestrarte?- Pregunta incrédulo- Te salvé, estabas ahí como animal lampareado frente a esos cuerpos.

Mi cerebro hace que me maree de tantas cosas a la vez, primero el listón, luego esos cuerpos y ahora él, que habla de los cuerpos como si nada.

-Y ahora no hablas- Dice mientras me observa el listón negro-

-Sí, hablo pero hay muchas cosas que tienes que explicarme, por ejemplo, ¿cómo te llamas?¿por qué están esos cuerpos ahí?¿Tú los mataste?¿Por qué nadie sabe de ello?

Se ríe un poco y niega.

-Si yo los hubiera asesinado, no estarías viva, niña, segundo, ¿qué te asegura que nadie lo sabe? Ah, y por cierto, soy Hassan.

Se arremanga la camisa mientras observo ya mas claramente en la oscuridad, que sus ojos son azules clarito y su cabello rubio y rizado. Pero sus respuestas no me dejan tranquila pero intento disimular que tengo miedo.

-Soy Halia.-Digo a secas mientras empizo a caminar poco a poco hacia el sillón y veo lo viejo y ruyido que está, me siento sin importar eso y él, se comienza a comer un chocolate como sino hubiera cuerpos a unos metros de nosotros- Iug.

Mi cara de diagusto le causa gracia aunque yo no veo lo gracioso de esta situación.
 

Las dudas invaden mi cabeza que empiezo a sentir escalofríos en mi cuerpo, decido sentarme en el sillón viejo y amarillo mientras el chico solo se sienta como esperando a que yo reaccione, y es así como sucede, mil preguntas pasan por mi mente pero no sale nada de mí.

-Te lo haré mas fácil- su voz me toma por sospresa y me asusto un poco ya que me había acostumbrado al silencio de aquí abajo, suelto una respiración y lo veo fijamente a los ojos- ¿cómo es que entraste aquí?

Me tomo un momento para pensar si quiero contestar eso, mientras observo como va vestido, trae ropa vieja y sucia, la camisa café que trae está rasgada y el pantalón negro y sucio parece pertenecer a uno de los cadaveres que hay a unos metros de nosotros. Vuelvo al momento acordándome que tengo frente mío al chico que me acaba de traer a una cueva que no sé si podré salir, creo que no es tan malo tener el problema del listón negro después de todo.

-¿Por qué te lo diría?
Digo después de pensarlo por un momento sin despegar la vista de él.

Se rió por lo bajo de manera incrédula, bajando los pies que tenía sobre la mesa y recuesta sus brazos sobre sus piernas y me observa divertido.

-Porque sino me lo dices, no saldrás de aquí, simple.

Al escuchar eso, mi corazón se acelera de miedo pero intento disimularlo riéndome.

-No necesito tu ayuda para salir de aquí.
Mis palabras suenan mas rudas de lo que las pensé, Hassan me mira un segundo y se pone de pie, yéndose hacia la oscuridad.

Mi mirada se centra hacia la oscuridad pero no veo nada, así que me pongo de pie y camino hacia donde creo es la salida, cuando de pronto dejo de sentir el piso, siento mariposas en el estómago al sentirme cayendo y de pronto un golpe en las rodillas me hace gritar de dolor.

Maldigo mientras me giro y busco la linterna que traía en la bolsa de mi bata de dormir pero no la encuentro, así que me quedo recostada en el piso sintiendo la humedad de la tierra bajo mío y el pequeño olor a raíces el cuál me agrada pero eso no quita el dolor que siento en mi cuerpo del impacto,la caída estuvo al larga porque al levantar mis manos no siento mas que tierra, no puedo mover mi pie.

-¿Ya me dirás cómo entraste aquí?
-La voz de Hassan me tomó por sopresa haciendome gritar de miedo.- Maldita sea Halia no tienes por qué gritar, nos encontrarán.

Un refunfuño sale de mí al escuchar aquello, ¿que alguien nos encuentro? Es lo que necesito ahora mismo que me duele mi rodilla y no puedo ponerme de pie.

-Es lo que se necesita, que alguien me saque de este maldito lugar de locos.
Digo intentando levantarme sin realmente lograrlo.

-Si me dices como entraste, te ayudaré a salir de aquí y no tendrás que volver de nuevo.

Evaluando mis pocas posibilidades, acepto su oferta y escucho como cae al hueco y se acerca a mí, siento su respiración cerca mío.
Tengo visión nula en este lugar así que me soprende la rapidez en la que se acerca a mí.

-¿Cómo es que me encontraste tan rápido?
Digo al sentir que me toma por abajo de las rodillas.

-Traigo lentes de visión nocturna.
Dice como si nada y me levanta haciendo que me agarre fuerte de él y sin pensarlo toco su cara y efectivamente siento que trae algo en los ojos.
No se mueve, solo me tiene cargada y eso me hace reaccionar.

-En mi habitación hay una rendijilla bajo mi cama y es por ahí como llegué aquí.
Digo sintiendo como empieza a caminar.




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