Halia

Xl

Sentí como me sacudían con ganas pero yo no me quería despertar, la cabeza aún me da vueltas.
Pero escucho la voz molesta de Andrea y recuerdos vienen a mi mente.
Eso me anima a abrir los ojos, me encuentro con una Andrea bastante preocupada, ojeras bajo sus ojos delatan que ayer no durmió ni un poco.

-Halia tienes que despertar, ya es el receso, tuve que imventar que te sientes enferma.
Su tono de voz me alerta muchísimo.

Beatriz odia que nos saltemos alguna clase, y si dijo Andrea que estoy enferma, seguro habrá venido para confirmar que así es.

Hago por sentarme en la cama y pronto siento algo subir por mi garganta y tenfo que correr al baño a devolver lo que sea que tenga en el estómago aunque sale solo agua, el asco no me lo puedo quitar, arde mi garganta, duele el estómago por el esfuerzo y mi cabeza pulsa.

Pronto entra Andrea, me quita la ropa y me pone bajo el chorro de agua caliente mientras me acaricia el cabello, no sé cuanto tiempo pasamos así hasta que una parte de mí se sintió mejor.

Andrea cierra la llave dejando solo que goteé un poco y me pasa un vaso con agua, la cual me sabe a gloria, no sabía que tenía tanta sed, bebí todo y le devolví el vaso.

-¿Qué pasó ayer, Andrea?
Mi pregunta la asusta un poco después de que estuvimos en silencio.

Andrea se acomoda fuera de la tina de baño y se recarga en la pared.

-Es confuso Hal. Al parecer Dylan te dio alcohol en la bebida.

-¿Acaso no todos estaban tomando?
Mi pregunta la interrumpe y solo veo como niega.

-No Hal, el acohol solo es para aquellos que no toman medicamentos que tengan prohibido el alcohol o para los que no han tomado medicamentos, no sabemos por qué Dylan no te lo dijo.
Niega con cara de enojada.

-Ese chico, ¿por qué me hizo eso?
Mi pregunta sale con mas enojo del que creía.

-Es complicado Halia. -Baja la mirada con pena- Tú estabas con él, todos suponíamos que no estabas alcholizada, de repente vimos como te dio un ataque de pánico y le gritaste a Hassan.

Mi ceño se frunce ante lo que dice.

-Ese chico me tocó y no de buena manera.

-Halia, nosotros veíamos solo como él te tenía de la cintura mientras tu decías incoherencias y el grito a Hassan. Realmente estoy preocupada por Hassan, ese chico es el mas tranquilo que existe y Dylan es el hijo del encargado del ala oeste. Puede que corran a Hassan si Dylan lo quiere. Como a nosotras.

Toda esa información me toma por sopresa.

-¿Si nos pueden correr a nosotras por qué te preocupas por Hassan?
Digo incrédula.

-Porque él fue quien lo golpeó. Y es un chico que solamente te defendió, arriesgandose a las consecuencias.

Asiento con la cabeza y me quedo mirando a la pared frente mío.

-Lo siento Halia, no debí haberte dejado descuidada.
Una lágrima rueda por su mejilla, la cual al intentar secarla le mojo mas las mejilla.

-No tienes nada qué sentir, tú no sabías las intenciones de ese chico, nada es tu culpa.
Le sonrío intentando calmar la culpa que siente.

-Halia, por último, el episodio que tuviste, volviste a repetir una y otra vez lo de la última vez.
Me dice apenada y toma mi mano.

-Todos me escucharon, ¿verdad?
Pregunto apenada.

Ella asiente en silencio. No dirán nada Halia, tengo entendido que Hassan los amenazó.

Iba a hablar cuando escuchamos que tocaban la puerta.
Me levanté sintiendo mi cabeza dar vueltas pero aún así me puse mi bata de baño y fui a sentarme en mi cama mientras Andrea abría la puerta.

Es una enfermera que viene con una charola con comida y el vasito de pastillas.

-Me dijo Beatriz que estás enferma, necesito checar tu temperatura- Se acerca a mí y saca un pequeño termómetro y lo pone en mi boca y después de unos segundos lo saca y lo guarda- Tu temperatura está mejor que por la mañana, yo creo que con que descanses hoy, bastará. Y tú Andrea, es hora de que vuelvas a tus tareas habituales.

Andrea asiente y sale no sin antes dedicarme una sonrisa con labios cerrados.
La enfermera se queda a ver que tome la medicina y coma todo, al final me da una cucharada de medicina que dice servirá para la calentura.

La enfermera se va y poco a poco voy sintiendome mejor, me dejó una jarra con agua. Cuando abro la puerta de mi habitación me doy cuenta que es de noche ya y una ráfaga de aire frío me recorre el cuerpo.

Hoy tengo planeado no asistir con el doctor Prakash, así que vuelvo a cerrar la puerta, me alisto para dormir y me acuesto sobre mi cama.
Ideas pasan por mi cabeza, recuerdos de la noche anterior no salen de mí, la sensación de asco disminuyó pero sigue un poco en mí.
Saber que tuve un episodio frente a todos, me hace sentir vulnerable y es algo que detesto, espero no volver a verlos.

Estoy a punto de quedarme dormida cuando siento unos golpecitos bajo la cama que me despiertan en seguida.

Mi corazón late al mil, porque una de mis pesadillas es que los cuerpos que hay abajo salgan por ahí.
Cuando prendo la luz de mi mesita de noche, veo un cabello rubio y chino.

-Halia soy Hassan.
Dice y una risa nerviosa sale de mí, solo estoy en bata sin nada debajo.

-¿Qué quieres?
Digo finguiendo una voz calmada.

-¿Me dejarías pasar?
Alcanzo a ver sus ojos y algo me hace que me cruce de brazos.

-No se permiten hombres.
Es la primera excusa que se me ocurre pero no funciona muy bien al verlo ahí levantando la rendijilla.

-Tampoco en el otro edificio y ahí estabas, vamos, solo quiero hablar, cuando quieras me largo.

Eso me convenció.

Recorrí mi cama, dejandolo salir, sintiendo el olor a su colonia llenar mis fosas nasales, un retorcijon me dio pero lo ignoré, y fui a sentarme sobre mi cama.
Él se sacude el polvo mientras yo observo que trae una pijama parecida a la de ayer solo que ahora es de camisa blanca y pantalón negro.




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