Halia

XVII

Dr. Prakash.

El ambiente cada día se pone más tenso y odioso, ya que por la pérdida del poco conocido Dolch, nos tiene con los pelos de punta, es algo que juramos cuidar estrictamente sin importar qué.

Nunca lo he visto, tocado o si quiera sé a ciencia exacta qué es, pero uno de los requisitos de trabajar en esta institución es firmar un contrato de confidencialidad y de cuidado al Dolch.

Mis manos teclean sobre la máquina de escribir, mis manos parecen tener vida propia cuando escribo sobre lo que me gusta, es como si el tiempo no existiera, solo soy yo, mi máquina de escribir y mis propias manos moviéndose en ritmos propios, como una danza sobre las teclas. 

Mi concentración estaba en lo que escribía hasta que escuché tres golpes molestos en la puerta que ignoré hasta que no pude más y abrieron la puerta, un olor a rosas inundó mis fosas nasales, causando en mí un pequeño dolor de estomago.

Ahí estaba de nuevo, parecía su hobbie venir justo cuando estaba ocupado.

-Arcelia, no esperaba verte.

Dije sinceramente y fingí una sonrisa mientras se escuchan sus tacones al entrar a la oficina y sentarse.

-No pensaba venir pero tuve una plática con Beatriz sobre el Dolch y tenemos suficiente para creer que Halia lo tiene.

Se cruza de brazos mientras frunce sus labios mal pintados de rojo.

-Lo dudo, Halia sigue en proceso y no ha recordado nada de su anterior vida, si es por eso, pueden estar tranquilas, fui más agresivo con las sesiones y aún así ella no logra recordar, solo tiene ciertas alucinaciones parecidas a lo ocurrido pero no las sabe interpretar.

-Entonces no habría razón de que esté perdido y que solo se haya perdido eso y no el libro.

-Es difícil entender cómo se perdió pero yo de mi parte tengo todo bajo control ¿Él ya sabe del Dolch perdido?

Sus ojos saltones me dieron la respuesta antes de que hablara.

-Claro que no, tenemos que encontrarlo por nuestros propios méritos, sino estaremos en problemas, él piensa venir pronto y necesito asegurarme que no sospeche que algo pasa.

Asentí sin decir más y ella salió, llevándose su olor por fin.

 

 

Halia

Sentí el filo del cuchillo empujar la piel de mi cuello, mil cosas pasaron por mi mente pero una fue muy clara, no gritaría, saldría contraproducente hacerlo, lo segundo claro para mí fue fingir.

-¿Qué haces?

Tartamudeé poniendo mi mirada de miedo. La poca luz me permite ver su cara.

-Deja de fingir, Halia, sé quien eres.

Eso me dejó helada pero luego me relajé.

-No sé de qué hablas.

-¿A quién le pasaste la información?

Sentí que se relajó por un segundo y con una maniobra le quité el cuchillo y lo dejé exactamente como él me tenía. Ya no fingiría más.

-Yo no soy la que debe dar explicaciones, sino me dices por qué mataste a todos esos chicos que se encuentran allá abajo, serás uno de ellos.

Su mirada es retadora aunque veo como le escurre una gota de sangre del cuello.

-Claro, porque ya tienes práctica.

Una sonrisa malvada salió de mí, así que fue él quién limpió todo.

-Entonces habla, risitos.

Puse mi brazo sobre su pecho para tenerlo inmóvil.

-No necesitas hacer esto, ya sé que trabajas para ellos, solo finges.

Dudas me carcomieron pero no le daría la ventaja de dudar.

-¿Y si sí es así qué? Nada de mi vida te incumbe.

Su respiración se siente más pesada, siento su cara cerca de la mía mientras siento como el cuchillo entra más en su piel.

-Te acabaré como a ellos, ve y díselos, no me importa ya.

Le quito el cuchillo del cuello y me alejo de él manteniendo la guardia en alto.

-¿De qué mierda hablas, Hassan?

Su ceño se frunce en confusión y luego niega.

-¿Seguirás fingiendo? -Niega de nuevo y camina un paso mas cerca de mí. -Hablo de las putas muertes, los secretos y las chicas que desaparecen.

-¿Qué no eres tú quién hace eso?

Me permití dejarle ver que hablaba con honestidad.

-¿Acaso no sabes leer? Es posible que mates a una persona pero no que entiendas ¿Verdad?

Abrí la boca con incredulidad.

-Vuelve a decirme tonta y será la última, risitos.

-Halia, analiza lo que viste y piensa bien de qué lado estás. No porque seas bonita, te salvarás de lo que sucederá.

Su cara de molesto junto con su respiración desparecen tras la puerta, dejándome confundida.

 

¿Qué es lo que te pasa risitos? 

 

 

 

 

 

 

 

 




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