Halia

XXII

Cerré la puerta atrás de mí.

Su mirada me decía que estaba todo menos contento.

-¿En serio fuiste a verlo?

Su pregunta hacía que lo que había pasado sonara tan estúpido y tal  vez lo era pero no le daría el gusto de darle la razón.

-Cada quien tiene sus asuntos, Hassaan, no todo tiene que ver contigo.

Lo veo directamente a los ojos, sin bajar la mirada, él lentamente da unos pasos hacia mí, sin despegar la mirada, sentí el olor a su perfume mezclado con tierra húmeda.

-Lo sé y muy bien Halia, escuchame bien, sé que no tiene que ver conmigo, tiene que ver contigo y qué es lo que haces.

En mi mente comienzan a maquinarse varias hipótesis pero todas llevan a conclusiones incompletas. Su cercanía causa esa familiaridad que provoca que confíe en él aunque sé que no debo pero hice lo primero que mis instintos me llevaron. Lo abracé. Sabía que estaba mal confiar en alguien solo porque te ha ayudado y has visto, pero ya no podía yo sola.

Sus brazos rodeaaron mi cintura y recargué mi cabeza en ssu cuello, el calor de su cuerpo era reconfortaante y por primera vez desde que tengo memoria, me dejé entir vulnerable, lloré en sus brazos mientras él simplemente recsarga su cabeza con la mía, se sentía bien por un momento sentir que no estás sola luchando con algo que no alcanzas a comprender.

Pasamos así un momento hasta que caí en cuenta quién era a quien abrazaba y me alejé de inmediato y me encerré en el baño sin decir nada.

-¿Quieres hablar, Halia?

Su voz sonó atráves de la puerta, se escuchaba preocupado y ahora me incomodaba sentirme así, me sentí tonta.

-No y por favor vete, no quiero verte.

-¿Estás segura?

-Sí, largate.

Hablé con coraje, me sentía incomoda y estúpida por confiar en él.

-Entiendo Halia, cuando quieras hablar, sabes cómo encontrarme.

No contesté y me lavé la cara que la tenía roja por haber llorado, hacía mucho que no tenía este sentimiento, vivirlo unos segundos y sentir que estaba segura y que no estaba sola, me hace sentir que puedo enfrentarlo, sé que Hassan me oculta cosas como todos aquí pero por lo menos sé que puedo encontrar su punto débil de necesitarlo,

Bufé y me senté sobre mi cama.

Sentí que algo me molestaba y me puse de pie para verlo, era un cuaderno negro de piel, lleno de tierra y con letras rojas tenía un nombre que apenas se percibía y que no entendía bien, los hilos de éste colgando y una nota sobre el cuaderno.

Es hora de que sepas la verdad.

La nota es simple pero bastante acorde a lo que he estado pensando, tomo el cuaderno y cuando lo abro, veo letras y letras pero no entiendo lo que dicen, parece un idioma diferente. Lo cierro y acaricio lentamente el nombre bordado en piel sobre el cuaderno.

 

La clase de Literatura Francesa como siempre, aburría, así que eso motivó a Andrea a mandarme una nota "¿Todo bien, Hal? Últimamente te he visto más rara de lo usual"

"Todo está bien pero me gustaría hablar contigo"

"Claro, saliendo de esta aburrición :p"

Asentí hacia ella y cuando la clase acabó y con esto el día, la noche caía y se notaba en el ambiente que estamos por entrar a la primavera, la nieve se descongela y los cielos son sin nubes.

Quería saber más sobre lo que Andrea sabe de este lugar, ya que ella tiene más tiempo que yo aquí, podría decir que es la chica que más a durado en este lugar sin tener una recuperación milagrosa, es por eso que necesito saber.

Sentía que me vigilaban en donde estuviera y sabía que en mi antigua habitación no podríamos hablar sin que Mónica nos escuchara. Así que sé que el mejor lugar para ocultarse y hablar de secretos, es a plena vista. Andrea llegó primero a la banca de cemento donde habitualmente pasaba los recesos, el patio se veía muy solitario, los árboles ya sin hojas y los arbustos sin flores, alguna que otra chica llegaba y al ver aquella imagen, mejor se iba.

-Habla, Hal.

Se gira parcialmente para verme, un suspiro salió de mí, sabía que probablemente tocaría temas que ella no suele querer compartir pero necesito saber.

-Antes que todo, respeto si no quieres hablarlo.

Dije seriamente y ella voltea los ojos con enfado.

-Solo pregunta, Halia.

Escuchar mi nombre completo, hace que me ponga un poco nerviosa y pregunto la primera tontería que pasa por mi cabeza, intentando tontamente que el ambiente se vuelva cómodo.

-¿Hassan tiene novia?

La seriedad de Andrea se fue y una carcajada que me aturdió me hizo darme cuenta que funcionó mi idea pero que ahora tendría a una amiga tratando de emparejarme con Hassan como desde el principio quería solo que ahora le estaba dando armas. Todo sea por descubrir la verdad.

-¿En serio me preguntaas eso, Hal? - se acerca a mí susurrando- Después de que te lo diste en el cuarto ese polvoso, Hal, no te juzgo pero creo que ya es muy tarde para esaa pregunta ¿No crees?

Mi cara hecha como signo de interrogación fue lo que recibió como respuesta.

-No te hagas Hal ¿Qué otra cosa estarían haciendo los dos solos en un cuarto oscuro en la noche? - Una risa incrédula salió de mí- Y contestando a tu pregunta, no, no tiene novia,  al menos que tú lo seas y  no me hayas dicho.

Volví a suspirar, sabía que era mi culpa esas ideas y que en este momento las había incitado pero me estresaba el tema, ni siquiera me gusta Hassan, me cae bien.

-No es mi novio Andrea y no, no me lo he dado.

-Claro y no te gusta, di.

-No me...

-Si solo querías saber eso, me hubieras preguntado en el papel, no ocupabámos venir, si quieres verlo, vamos en la noche.

Me interrumpe. Doy un trago un tanto amargo por la situación pero sigo.

-No me gusta y no solo quería preguntar eso, quiero que me cuentes todo lo que sabes de este lugar.

-¿Cómo qué?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.