Halliester Bay Academy (academia para chicos problemáticos)

16. ¿Estúpida con muy mala suerte?

         

           Hemos ido a la ducha secreta a tomar un baño, para sacarnos la mugre de la que nos hemos llenado luego de ser los esclavos personales de las malditas monjas. La noche aún no ha caído pero, unas inmensas nubes grises han cubierto el cielo, haciendo parecer que ya está oscuro.

          Shawn y yo nos apresuramos en coger nuestras cosas, la brisa sopla con fuerza mientras el cielo se prende y se apaga, los truenos hacen que nuestros cuerpos tiemblen, lo que está por venir podría ser una tormenta.

          Corremos bajo algunas gotas gruesas de agua que han empezado a caer hasta que estamos dentro. Subimos las escaleras en silencio. Ha sido un día largo, estoy molida, si alguien me tocara en este preciso instante me le desintegraría en las manos.

        Al llegar a la puerta de mi dormitorio Shawn se despide de mí con la mano, articula un buenas noches y sigue su camino. Su cuarto parece estar uno o dos niveles más arriba, lo que me trae a la mente ese comentario de Axton cuando llegué, sobre los menos simpáticos ¿Por qué estría Shawn allí con esa gente? Cabe la posibilidad de que Axton me haya dicho eso únicamente con el propósito de asustar al nuevo.

        Desde aquí puedo escuchar la voz de Landon, así que debo suponer que ya todos están dentro, cosa que no me hace feliz, pero no importa, ahora en lo único que puedo pensar es en dormir y recuperar las energías que me ha robado este día horrible.

        Abro la puerta aguantando la respiración.

         Como lo sospechaba, mis tres compañeros ya están aquí. Landon hace lagartijas en el suelo, Liam está pegado a su computadora y a Axton solo puedo verle los pies descalzos en la altura de la litera.

         Me pongo como meta irme a la cama sin pasar palabra con alguno de ellos, si es posible ni siquiera llamar su atención, pero Landon se tira boca arriba y me sostiene el tobillo.

         —Pero si ha vuelto el novato —sisea, viéndome desde abajo, con la sonrisa extendida.

        —Juro que si no me sueltas ahora voy a pisarte la cara hasta que sea papilla —amenazo, con los niveles de paciencia por los suelos.

          Él deja salir una carcajada y me suelta.

          Por un momento las palabras de Shawn me dan vueltas en la cabeza. ¿Es posible que este atractivo payaso sin vergüenza haya sido capaz de matar a una persona? Quiero decir, quizás lo de Liam sea cierto, si yo tuviera sus habilidades también lo haría; y Axton, pues sí, tiene pinta de príncipe de la mafia, lo supuse desde la primera vez que lo vi en aquella celda de la comisaría, pero este tipo fachas de asesino no tiene, por ningún ángulo por el que se le vea. Todos ángulos muy calientes, debo confesar, aunque cuando abre la boca todo eso pasa a segundo plano, en el mal sentido.

          —Que violento, novato.

         Liam solo sonríe de lado, mirándonos por el rabillo del ojo.

        La puerta detrás de mí se vuelve a abrir.

         Sor Beatrice nos observa a todos. Liam ha cerrado la laptop velozmente tan solo escuchar el sonido del llavín, Landon la mira desde el suelo y yo empiezo a creer que esta mujer me persigue o algo por el estilo. No dice palabra y vuelve a cerrar, quizás solo verificaba que todos estuviéramos aquí, o más bien que yo en particular ya esté donde se supone que debo estar a esta hora.

        Suspiro y lanzo mis cosas sobre la cama, mientras Landon se levanta todo sudado y sin camiseta.

         Es cuando me doy cuenta de un detalle que había olvidado por completo: mi cama no está.

       Mi primera reacción es ladear la cabeza hacia la ventana tan rápido que por poco y me rompo el cuello. El cielo parece caerse, pero entre la lluvia veo ese puntito gris del otro lado del campus.

        A partir de ahora ya no voy a darme más guantazos mentales, lo que yo me merezco es una puta patada en la cara.

         —Bueno novato, creo que a alguien le tocará el suelo esta noche —habla Landon, echando un vistazo sobre mi cabeza.

        Gracias al comentario del neandertal salgo de mi estado de shock y me echo a correr fuera de la habitación, de regreso al patio.

 

════════ ∘◦♡◦∘ ════════        

 

         Consigo arrastrar el colchón por todo el campus bajo este aguacero a un lugar techado donde por supuesto que no va a secarse, pero al menos no va a arruinarse más de lo arruinado que ya está, porque es científicamente imposible.

        Gracias a que está completamente empapado me resulta muy complicado levantarlo, es como si hubiese doblado su peso, pero consigo recostarlo de la pared.

        Suelo un resoplido y me limpio el sudor de la frente con el antebrazo.

       Recuerdo que de niña siempre había querido tener una cama de agua—cosa que Janna no me compró, asegurando que un día la reventaría con mis tonterías y moriría ahogada en mi cuarto—pero esto es ridículo.

       Le entro a patadas a la cosa, como si fuera a sentir algo de dolor y lo único que logro es que me caiga encima, golpearme la cabeza y la espalda y después quedarme sin aire.

       Odio mi maldita vida, odio ser yo, lo que significa ser una diosa la mayor parte del tiempo, pero de vez en cuando una estúpida con muy mala suerte. Eso último ha estado pasando con demasiada frecuencia.

        Me arrastro en el suelo hasta escapar del peso de la cama, en cambio no me levanto, necesito unos segundos más para maldecirme a mí misma y a todo lo que me rodea.

          Me levanto finalmente y después de dar le una última patada al colchón me dirijo de regreso al dormitorio, empapada y destruida, como no, porque solo a mí se me ocurre pensar que después de un día mierda iba a tener un buen descanso en este lugar.

         Antes de que cruce la puerta ya puedo escuchar las risas.




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