Halliester Bay Academy (academia para chicos problemáticos)

27. Adoradores de Satanás.

          Todas las luces se apagan justo en el momento en el que Shawn me acompaña hasta la puerta del dormitorio y ambos quedamos atrapados en la oscuridad del corredor solitario y silencioso.

         Pongo la mano en el pomo y este se gira por sí mismo antes de que yo lo haga. De pronto un destello blanco se nos planta en la cara y ambos nos cubrimos con el antebrazo hasta que nuestros ojos se habitúan a la luz.

         —¿Qué diablos? —me quejo.

          —A ti te esperábamos, novato —no puedo ver a la persona detrás del fogonazo de luz, pero a estas alturas no me cuesta reconocer la voz de Landon.

         —¿Ah sí? —gruño.

         —Sí —su mano aparece de entre las sombras y se me engancha a la muñeca y después, como se le ha hecho costumbre, me atrae de un tirón como a una muñeca de trapo.

         Una vez dentro, para de iluminarme, dejándome con nubes purpuras, verdes y naranjas en los ojos, mientras enfoca directamente la cara de Shawn, quien permanece afuera del cuarto.

         —Eres bienvenido también —le dice.

         Shawn pasa de desconcertado a espantado y de inmediato agita las manos a la altura del pecho, negando rotundamente.

         —N-no...mejor me voy ya —arrastra las palabras.

        Doy una zancada hasta estar más cerca de él y lo cojo del antebrazo antes de que logre librarse como en la tarde.

         —¡Jor...!

        Lo meto y cierro la puerta.

        —Nada, pudiste escapar hace rato, pero esta vez no me vas a dejar sola con este loco —mascullo entre los dientes.

         Él está tieso como una estatua, pero consigo que se pare junto a mí. Landon pone la linterna hacia el techo, por lo que la luz alcanza a iluminar un poco el pequeño cuarto, es por esa luz suave y grisácea que me percato de que todos los chicos están esparcidos en la recamara.

         Con todos aquí el cuarto se siente mucho más estrecho, casi asfixiante, o tal vez es sencillamente el hecho de que Axton está analizándome desde la esquina de la pared, con esa mirada suya que parece significar "se todo sobre ti y tus más oscuros y enfermos secretos" o sea, la que hasta ahora conozco como su cara normal.

         —Bien ¿Por qué estamos aquí? —Grayson es el primero en hablar—, como las monjas nos encuentren fuera de nuestro dormitorio, estaremos en problemas.

        —Ya habló el presidente estudiantil —se burla Landon—, deja ese papel un segundo y pon atención.

        —Bueno, dinos ya, que mañana es lunes —bosteza Seth, frotándose los ojos.

         Todos estamos muy atentos en Landon.

         —Bien, impacientes —levanta una bolsa de tela negra que no había notado hasta ahora—, tengo la forma en la que podemos saber la verdad acerca de Jonah Hardware justo aquí.

         —¿Y eso es...? —inquiere Liam.

          —Lo sabrán cuando lo vean, pero no puede ser aquí, necesitamos un lugar más amplio —cuenta Landon, mirando de lado y lado del cuarto.

         Luego de esperar casi dos horas en total silencio y luchando por no quedarme dormida, el viejo reloj en la pared marcas las doce y tres minutos y ya empiezo a impacientarme más de lo normal, ni siquiera me queda muy claro por qué realmente estoy siguiendo las instrucciones de Landon, quiero golpearlo la mayor parte del tiempo y eso que no estoy para nada a favor del maltrato animal. La cosa aquí es que Landon sabe algo sobre Jonah y esto tal vez podría ayudarme con mi nueva búsqueda, así que no me queda otra que seguir a este mono aunque eso no sea para nada inteligente de parte de nadie.

          Aunque estoy segura de ser la que tiene más ganas de pegarle a este idiota en toda la cara, no soy la primera en hablar.

         —¿Y bien? —gruñe Axton.

          Landon levanta la mano sin dejar de mirar por la ventana, ha estado parado allí un largo rato, en total silencio. Echa una mirada rápida al reloj sobre su cabeza y de nuevo a través de la ventana.

          —Ya casi —dice.

          —¿Qué estamos esperando? —susurra Shawn cerca de mi oído. De todos nosotros es el que parece más angustiado.

          —Me pregunto lo mismo —murmuro—, con este nunca se sabe que esperar.

          —Eso es —sonríe Landon, más para sí mismo que para nosotros.

         —¿Quieres decirnos de una vez por todas cuáles son tus planes? —investiga Seth, fastidiado. 

         —Ya es tiempo de que lo sepan —sonríe Landon.

        Se echa la bolsa al hombro y vuelve a encender la linterna. Camina hasta la puerta y la abre silenciosamente.

          —Vamos —nos convida, nos miramos entre todos y aunque la cosa no parece muy segura nos ponemos de pie y vamos tras él.

         —Esto es una locura, como nos encuentren aquí estaremos metidos en un lio y quiero que sepas que te mataré —amenaza Grayson en voz baja, después de que ya tenemos un rato transitando por estos tétricos pasillos.

           Nos dirigimos a donde sea que nos lleva este tipo en una fila india en la que él es el cabecilla, por supuesto; le sigue Grayson, Liam, Seth, yo, Shawn y por ultimo Axton, unos pasos detrás. Landon le contó más o menos lo que habíamos hablado, el tema de mi padre, las coincidencias y demás, no pareció importarle mucho pero supongo que está aquí porque la curiosidad le pudo más.

          —Que cobarde eres, Gray —comenta Landon, parando en la esquina para verificar que no haya nadie alrededor.

           —¿A dónde vamos? —masculla Shawn.

           —No sé —confieso.

          —Ya dejen de preguntar tanto, lo sabrán cuando lo vean —responde Landon y siento que la mano de Shawn me aprieta fuerte de la muñeca.

          Al llegar al comedor Landon empuja una de las dos grandes puertas sin causar demasiado ruido y después menea la mano en el aire para que todos entremos. Finalmente entra, luego de mirar hacia ambos lados y termina por pegar la puerta y cerrar con seguro.




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