35. La invasión del hombre lobo.

  Para el segundo puñetazo la fuerza ha aumentado, el sonido es más preciso y el sangrado se presenta. Gruñe al principio, pero después le veo medio sonreír, con el labio partido y el cabello oscuro empapado cubriéndole la frente. Bajo el cielo tupido por las nubes de tormenta y el muro de tensión que está extendido a la redonda a nuestro alrededor este momento parece la escena de una película muy dramática. Aquí, en la esta parte solitaria y poco visible del campus, con nadie más que nosotros como espectadores de este ritual barbárico.

     Todo este tiempo había pensado que iba a disfrutar el afortunado día en el que alguien le rompiera la cara a Landon como recompensa por sus idioteces pero, extrañamente, la situación me resulta incómoda de ver.

      Después de un par de largas semanas, Grayson finalmente ha accedido a llegar a un acuerdo para quedar a mano con Landon luego de lo que pasó, pero vaya acuerdo.

       El segundo puñetazo aterriza con más furia que el anterior, justo debajo del pecho. Es claro que en un principio Grayson ha tratado de ser gentil, pero viendo como Landon se le ha reído en la cara, esa paciencia se ha esfumado y ahora le pega sin piedad. Landon no hace más que resistir, sin preocuparse por devolverle alguno de los ataques. Cada impacto me resulta más doloroso, desagradable, ya no quiero ver.

       Grayson clava el puño en el abdomen de Landon y el mismo se queda sin aliento. Cae de rodillas sobre la hierba mojada y se retuerce, aun así, tiene el descaro de sonreírle a Grayson. Eso evidentemente no es que ayude mucho.

       Por un demonio, Landon ¿Qué estás haciendo?

      Grayson lo mira desde arriba con el ceño fruncido y los dientes apretados, jadeando por el esfuerzo. Levanta a Landon por el cuello de la camiseta y cuando lo tiene de rodilla ante él le suelta otro golpe que lo deja quejándose y gimiendo de espaldas a nosotros.

       Miro hacia ambos lados, ni Liam ni Seth parecen interesados en lo que pasa en frente. Liam está muy concentrado en su teléfono y aunque Seth luce un poco disgustado no hace más que desviar la mirada. Grayson le da un fuerte puntapié a Landon en la espalda baja y a mí me recorre una descarga eléctrica en el mismo lugar. ¿Acaso soy la única que se encuentra esto tan desesperante como ridículo?

       Doy un paso al frente, impulsada por el terror, pero la mano de Axton se envuelve en mi muñeca y me hace quedarme quieta en mi lugar. Es el único de nosotros que, aunque está muy atento a cada movimiento de esta lucha injusta, no parece afectado en lo absoluto.

       Lo miro, él niega lentamente con la cabeza, sin quitar los ojos de la pelea.

        —Lo va a matar —alego en voz baja.

       Axton sonríe ligeramente, sin llegar a mostrar sus dientes.

      —No lo hará —asegura—, ese cretino es más resistente de lo que crees. Mira —señala hacia ellos en un gesto con la barbilla.

       Landon se ha vuelto a levantar y avanza a trompiscones, un poco encorvado y con su brazo alrededor de la cintura. Grayson le mete un buen golpe en el hombro, y como resultado, consigue que Landon regrese al suelo, aunque no del todo.

      Chasqueo la lengua al verlo caer.

       —No te preocupes, Grayson no se pasará de la raya —habla Axton.

       —Pero... ¿Por qué es que no se defiende? —arrugo la nariz, al escuchar a Landon volver a quejarse de dolor.

      —No puede, son las reglas.

       —¿Las reglas? ¿Las reglas de qué?

       —Son amigos desde la primaria y traen muchas cosas pendientes, algún día tenía que reventar ¿No?

        Me le quedo viendo sin entender una sola cosa de lo que ha dicho, bueno, sí que he entendido pero el contexto no me queda muy claro. Abro la boca para decir algo, sin embargo, mis palabras no llegan afuera. Axton me mira desde arriba un par de segundos y se ríe un poco.

       —Ellos solo necesitaban resolver esto de alguna forma.

       —Pero si todo está resuelto, Grayson es otra vez el delegado ¿No?

       Axton asiente una sola vez.

        —Pero es más que eso, son dos amigos totalmente opuestos que han venido cargando el uno con el otro desde que recuerdan y ¿Tú quien crees que ha tenido que llevar la carga más pesada? —el tipo rubio me ve de reojo.

        No tengo que decir nada, pues ambos conocemos la respuesta: Grayson, por supuesto. Justo como Axton dice, Landon y Grayson son los amigos más opuestos que he visto hasta ahora; Mientras que Grayson es el más responsable y aplicado de todo el grupo, Landon es... ¿Cómo decirlo? Especial, un completo imbécil la mayor parte del tiempo. No me quiero imaginar todos los líos en los que Grayson se ha visto envuelto por su culpa.

       —Ese imbécil ha tenido suerte de que solo son un par de moretones, se los merece después de todo —reflexiona Axton, soltándome para cruzar los brazos sobre el pecho—si Grayson hubiese perdido su beca por otra de las tonterías de Landon, creo que las cosas habrían terminado mucho peor.

        Hasta donde sé, los padres de Landon están muy bien económicamente—demasiado bien, tal vez—aunque debido a su religión, no acostumbran a presumir mucho de eso, aparentarían ser gente cualquiera si se les ve por la calle—tampoco digo que alguien que sea rico deba ir necesariamente en un lamborghini y vestir elegante con ropa carísima todo el tiempo—la cosa es que la historia de Grayson es distinta.

       Es el segundo mayor de cuatro hermanos. Sus padres, aunque no son pobres necesariamente, tampoco es que sean ricos y Grayson quiere ir a una de las universidades más caras del país, pero ellos no podrían pagarla ni en un millón de años, a menos que decidieran enviarlo solo a él a la universidad y sus otros hermanos a una isla desierta en medio de la nada.

        Landon hace cosas sin pensar en las consecuencias. Como Grayson dijo aquel día en la cafetería, no importa lo que haga, tiene dinero para resolverlo, y todos sabemos que el dinero mueve al mundo; pero si Grayson se mete en un lio gordo no le queda de otra que dar la cara y enfrentar las consecuencias y supongo que ahora le está enseñando a Landon a encarar las suyas. Casi ha perdido la oportunidad por la que tanto se ha esforzado por culpa de este simio, en realidad, lo entiendo.