Me pregunto si en algún momento dejaré de meterme voluntaria, aunque inocentemente—por más incongruente que eso suene—en situaciones que atentan contra mi integridad. A estas alturas, quizás deba dejar de culpar a Landon por todas mis catástrofes y aceptar que, consciente o inconscientemente, yo solita termino encharcada en estos problemas y supongo que a mi parte masoquista le encanta.
Las historias de terror de Landon no le dan miedo ni a un mocoso de 5 años, pero las chicas gritan horrorizadas, casi lloriqueado como si se fuesen a orinar encima, todo esto con el único propósito de que él las tome en brazos y las quiera tranquilizar. Oh, y él como disfruta la atención y me mira, como si me importara, el nudo que se me forma en el estómago cada vez que una de ellas se recuesta de su hombro no significa nada, solo la repulsión que me produce.
—si yo fuera ustedes, no le creería ni una palabra a este hablador —dice una voz a mis espaldas.
Me muevo por instinto hacia un lado, para que la persona que acaba de hablar se incorpore dentro de la ronda a alrededor de la fogata. En un principio no me parece de importancia, eso es hasta que se coloca la palma sobre la cabeza y desliza el gorro de su hoodie, haciendo que el color cobrizo de su cabillo se encienda por la luz anaranjada del fuego. Trago en seco y me apresuro en tirar de las cuerdas para que el agujero del gorro de mi sudadera se reduzca, mientras menos visibilidad de mi cara mejor.
Hasta ahora era suficiente con mantener la mirada puesta en Landon, ya que así Madison—quien ha estado con los ojos puestos en Axton desde que llegamos—no me reconocería desde su distancia, pero las cosas han empeorado un poco, como acostumbran a hacerlo.
La expresión de Landon cambia tan rápido su anécdota es interrumpida. Pone los ojos en blanco por un par de segundos y suelta un resoplido entre los dientes.
—Azzel—nombra Landon, como saludando, o quizás como quejándose, la verdad es que no queda muy claro.
—Landon —dice el otro chico, con una media sonrisa y cierta mirada de complicidad, aun cuando la cara de Landon no le corresponde para nada.
El chico pelirrojo, finalmente identificado como Azzel, se abre espacio y se sienta no muy lejos de los chicos, quienes parecen todo menos contentos con su presencia. Las chicas por otro lado, no se tardan en pasar de Landon y poner su atención en el tipo nuevo. Él se acomoda como todo un rey, mira a Landon sin dejar de sonreír, mientras que los otros ruedan los ojos casi al unísono. Llámenme loca, pero quizás el tal Azzel no cae muy bien por aquí, y yo no tengo ni la mas remota idea de lo que pasa, ni me importa en realidad, aunque estudiar la escena haya hecho que se me olvide por completo el hecho de que el cabeza de tomate me ha visto los limones hace rato.
De verdad que estos chicos se creen los reyes del mundo, aunque las chicas tampoco es que se esfuercen demasiado en hacerles entender que solo son solo unos payasos con lindas caras.
Grayson y Seth se levantan, se dan la vuelta y caminan de regreso a las cabañas sin pronunciar palabra y Liam se limita a ponerse sus auriculares. Axton es el único que parece en paz con el asunto, aunque con el nunca se sabe, quizás esa mirada tranquila y esa posición relajada en realidad representen toda una amenaza, aunque eso es algo que de momento solo el sabe.
—No puede ser ¿ya se van? —pregunta el tipo en dirección a Seth y Grayson, quienes ni se toman la molestia de detenerse a oírlo—vamos, aun es temprano ¿no? —continua, aun cuando no le hacen caso—bueno, supongo que los cerebritos tienen cosas de cerebritos que hacer.
Aun cuando su dialogo es el de un hostigador de los ochenta, su rostro y su posición son muy parecidos a los de Axton, una tranquilidad preocupante, en realidad ni siquiera ha subido el todo de voz, me atrevería a decir que parece estar muerto en vida, y eso es en definitiva aterrador.
Vuelve a medio sonreír, y a pesar de la luz inestable, aprecio un poco sus colmillos afilados. Su mirada y la mía se encuentran por un momento y juro que casi me orino encima, si, acabo de recordar por qué estaba preocupada por él.
Me apresuro en cortar el contacto visual, sin embargo, él lo hace primero, si tengo suerte eso solo ha sido un reflejo y en realidad no me ha reconocido. Debería, quizás, seguir los pasos de Grayson y Seth y salir de incognito de aquí, aunque eso también aumenta el riesgo de que al levantarme llame su atención del todo y se le ocurra la gran idea de exponerme frente a todos, ya nos va quedando claro que le gusta atraer la atención, y eso es todo lo contrario a lo que yo busco hacer.
¿De donde ha salido este tipo? En serio. Ya tenia suficiente problemas y ese no se ve precisamente como alguien fácil de evitar.
—No te preocupes por el? —la voz de Axton me saca de mis pensamientos. Enderezo la espalda y giro la cabeza para verlo abrirse espacio y sentarse a mi lado.
—¿Quién es él? —investigo, en lo que Axton se acomoda.
—Nadie importante.
—No parece ser alguien no importante —aclaro—, Seth y Grayson se han ido desde que llegó.
Axton niega con la cabeza, como restándole importancia, mientras yo lo miro directo a la cara el tiempo suficiente para que entienda que realmente quiero una respuesta completa a mi pregunta.