—Siguiente pregunta: ¿Cómo hicieron para comenzar a salir sin que nadie se enterara?
Me acosté en el sofá, mirando la foto de Nicky sonriendo con pastel en sus mejillas, que estaba enmarcada en la mesita de centro. Fue para mi cumpleaños y no quería que se sintiera mal por no tener un pastel para ella misma, así que mandé hacer uno sin decirle a Ian. ¿Qué tan grandes son las casualidades en este gigantesco universo? Parece ser que mucho.
Casualmente, el día de mi cumpleaños también es el cumpleaños de Nicky.
—Demi estaba con Asheron y Gregg se iba a no sé dónde —miré el reloj y suspiré—. ¿Esto tomará mucho?
—Soy positivo con todo lo relacionado al amor y esas cosas; pero, no sé qué decirte al respeto de esta historia. Llegó un día en el que todo se complicó, ¿no? La verdadera cita oficial, cuando el ex mejor amigo de Asheron se presentó e intentó dispararle a Demi —apartó la vista a la ventana, suspirando—. Dios, no puedo creer que haya tenido un arma frente a sus narices...
—Y sigue como si nada —dije fuerte y claro. Alex siempre es muy sensible en cuanto a Demi se refiere a pesar de ser él, el menor—. Demi es muy fuerte.
—Y tú la tonta que se interpuso —negó con la cabeza, mirándome con reproche—. Por suerte Ian se interpuso cuando el maldito disparó.
—No sé si fue suerte pero... Si —acepté ante su mirada de enfado.
—Bien, entonces tuvieron el picnic, la cita en el restaurante, el día en el que enfermaste y la primera cita que terminó mal —levantó sus dedos uno por uno, contando en voz baja—. Luego no se volvieron a ver por ¿ocho meses?
—Olvidas el detalle del hospital...
—Soy todo oídos.
"Diciembre, Hospital de Nueva York"
Mis manos están manchadas de sangre, mi vestido está sucio, perdí mi cadena de oro con un rubí que papá me regaló a los dieciséis años, tengo hambre, estoy nerviosa y... no sé nada de Ian.
—¿Quieres tomar algo? —negué con la cabeza, abrazándome a mi misma para intentar entrar en calor—. ¿Te acompaño al baño?
—Mamá aun no ha traído mi ropa.
Me agarró del brazo y me jaló, obligándome a ponerme de pie.
—Pero necesitamos lavarte las manos y el rostro, Victoria. Das mucho miedo así.
Sin poder negarme, lo seguí al baño de mujeres, donde entró sin importarle que pudieran echarlo del hospital. Mojó mis manos y untó algo de jabón, lavándolas con cuidado al igual que lo hacía cuando era una niña pequeña que andaba detrás de él siempre.
—¿Crees que esté bien? —pregunté en un susurro, mirando el agua perder la intensidad del color rojo con cada segundo que pasaban mis manos bajo el chorro.
—No fue una herida grave pero perdió un poco de sangre, por eso están tardando —respondió, volviendo a echar jabón en mis manos para sacar mejor las partes donde la sangre ya estaba más difícil de sacar.
—No quería que él sufriera, no fue mi intención...
—No hablaremos de tus intenciones, Victoria —me interrumpió dejando claro su enojo por el tono de su voz.
—Pero, Chad...
Sin previo aviso me estrechó entre sus brazos y ahí, después de haberme aguantado durante horas, pude llorar el dolor que estaba triturando mi corazón con cada segundo que pasaba sin poder desahogarme.
Como si no hubiera sido poco el hecho de que me dijo que no podríamos volver a vernos, tuve que ver cómo caía desplomado en el piso, la sangre manchando su camisa blanca mientras susurraba "Lo siento, Tory". Después de esta noche, es un milagro que mi corazón siga latiendo porque siento que una parte de mi murió hoy.
—Quiero regresar a casa —le dije entre sollozos.
—Te llevaré a casa, princesita de fresa. Yo a llevarte a tu lugar seguro.
No está bien huir pero si sigo aquí, la otra parte podría morir igual."
—Luego dicen que mi hermana es la dramática.
—¡Cállate o no sigo con la historia! —hizo una seña de cerrarse la boca con candado y tiró la "llave" por su espalda.
"El tiempo pasaba, el dolor no. Mientras más lejos miraba la posibilidad de estar con él, más me deterioraba. No sé trataba sólo de mi, se trataba de él y de su... hija.
La idea de que haya dejado embarazada a una mujer y que no haya sido consciente de eso, me enfurece. ¿Por qué dejó que la madre de su hija pasara por todo sola? Sé lo mucho que sufrió mamá con su embarazo, lo que le hice sufrir mejor dicho, pero papá siempre estuvo con ella.
De igual forma, no puedo molestarme con él si ella decidió no decirle nada al respeto.
—¿Familiares del señor Collins?
Me levanté como un resorte, caminando hacia el doctor. Cuando me sonrió, pude volver a respirar con tranquilidad... por unos segundos antes de desmayarme."
—¿Segura que Demi es la dramática? —le tiré una almohada pero él la esquivó—. ¿Quien se desmaya después de aguantar tanto?
—Llegué a mi límite —cerré los ojos, intentando alejar el malestar que se genera en mi siempre que recuerdo ese día—. No había cenado bien, no había dormido y tanto estrés hizo que colapsara. La única razón por la que me mantuve por tanto tiempo fue para asegurarme que él saliera bien.
—Demi no me contó esa parte de la historia —masculló entre dientes, abrazando la almohada contra su pecho.
—Ella siempre quiere ser la más dramática de la familia.
"Durante mi inconsciencia pude reflexionar un poco entre sueños.
El día fue una mierda, peor que el día en el que lo conocí, pero estos malos momentos son los que nos hacen apreciar esos momentos de felicidad. El picnic fue maravilloso y el poder tener una cena con él también, incluso la cena que terminó en sangre. Todo tuvo un lado bueno... porque él estaba conmigo.
Claro que si un psicópata no le hubiera disparado, la noche hubiera sido perfecta en algún sentido. No soy muy de tomarme las cosas en serio y su "no podemos estar juntos" se hubiera ido directamente al retrete ya que no soy cobarde.
¿Qué puedo decir? Las chicas Hamilton somos unas guerreras, o un dolor de cabeza muy dulce, como dice tío Chase.
Editado: 16.09.2020