Hamilton Princess

Capítulo 5

—Deja de ser una celosa, Victoria —me regañó Hollie, pasándome a una asustada Nicky— ¡No vine a robarte a tu hija!

—¡Parace ser que solo viniste a gritar en casa ajena! —abracé a mi pequeña, besando sus regordetes mejillas.

—Venía para distraerme un poco pero, ¿sabes qué? —Agarró su bolso y las llaves de auto— ya que parece ser que solo molesto, me iré. ¡Buenas Noches!

Alex la agarró del brazo cuando esta abrió la puerta y la obligó a regresarse, enojándola aun más.

—Tú no te irás, Alexandra.

—Tú no me mandas, Alexander.

Olivia sonrió, mirando la escena de mis dos molestos primos.

—¿Alexander y Alexandra? ¿Sus padres no pudieron ser más originales?

—Tú tienes nombre de cerda y no te digo nada, perra —gruñó Hollie, soltándose del agarre de Alex. El rostro sorprendido de Olivia fue todo un poema—. Ya estoy cansada de la gente que habla estupideces y...

Entonces Hollie comenzó a llorar en los brazos de Alex, haciéndome sentir culpable. Es claro que no están siendo buenos días para ella a pesar del esfuerzo de Nicolás para distraerla y hacerla feliz. A veces por más que queramos huir de la crueldad de las personas toxicas, habrá un momento en el que nos derrumbaremos.

Olivia se sentó en el sofá aun sorprendida por la respuesta de Hollie. Alex la ayudó a sentarse en el otro sofá y le pasó la caja de pañuelos, con los cuales limpió antes su maquillaje corrido.

Tal vez deberíamos llamar a Nicolás...pero dado que la nieve estaba comenzando a caer, decidí acudir a la segunda opción.

Arrastrando los pies me acerque a Hollie y senté a Nicky en sus piernas, quien no dudó ni un segundo en abrazarse al cuello de su querida Hollie.

Mi bebé...

—Que linda se ve nuestra Tory haciendo pucheros —se burló Alex, pellizcando mis mejillas.

—Suéltame o te cortaré la cabeza.

—Ahí está la sangre de tía Lucy —dijo al mismo tiempo que Hollie.

Estoy a punto de tener una migraña más fuerte que los músculos de Ian... Lo extraño. Los días en los que no estoy con él me recuerdan al tiempo que pasamos separados, donde lo único que tenia era el recuerdo y la sensación de sus labios junto a los míos, besándonos con ternura y pasión, sabiendo que sería nuestro último beso.

Aun que técnicamente no lo fue...

"Enero, Casa Hamilton-Laurenti"

La nieve seguía cayendo, un copo tras otro, chocaban contra el marco de la ventana. Las películas navideñas seguían en transmisión, el pavo aun estaba en la nevera, papá seguía cantando villancicos y yo...

Yo estaba en depresión.

Sin importar cuantas entrevistas aceptara o si iba a eventos para ayudar a las personas menos afortunadas, personas enfermas o sin hogar, seguía siendo Victoria Hamilton, la chica que se entrometió en la relación de Ian Collins y Mérida Smith, la chica que arruinó una familia. Sabía que era mentira porque Ian me contó como ella dejó a su hija en la puerta de la casa de sus padres, pero esa historia no es material jugoso para los medios de comunicación.

Se vende más cuando la chica que todos creían inocente y perfecta resulta ser una arruina familias.

—No puedes pasarte todo el día encerrada, Victoria —Gregg abrió la ventana mientras que Zac apagaba la televisión—. Es tiempo de salir ahí afuera y demostrar que eres fuerte.

—No es tan sencillo, Hollie —susurré, abrazando mi peluche de gatito que papá sacó del ático para "animarme"—. Nunca he estado en esta situación y no soy tan fuerte como aparento ser.

—Nadie es fuerte, pero todos somos luchadores —Zac se sentó a la par de Hollie y ambos sonrieron— y dado que tienes la sangre de tía Lucy corriendo por tus venas, eso también te convierte en una peligrosa dragona.

— ¡Escuché eso, Zacarías! —gritó mamá desde la habitación de enfrente, donde está su oficina.

— ¡Lo siento, tía amada! —respondió sin ser sincero. Es obvio que le gusta molestarla pero es porque ambos son muy parecidos.

Aprecio mucho que me quieran ayudar pero lastimosamente, este sentimiento solo se irá cuando esté lista para avanzar y por el momento no tengo ánimos ni para eso.

El día pasó en tranquilidad, todos juntos viendo películas y comiendo dulces. ¿Qué más daba acabar con la dieta? Me estoy quedando sin trabajos por unos rumores falsos. Ya no podré modelar porque las modelos de élite no pueden estar en un chisme tan escandaloso ya que hay que ser siempre un ejemplo a seguir para las niñas que desean ser modelos.

Y la pregunta es... ¿Qué me queda? Aparte de mi familia, no tengo nada más.

— ¿Qué tal si sales con ese chico? —Preguntó mamá, pasándome el cesto de la ropa limpia— ¿Cómo se llama? ¿Jerry?

—Jeff —la corregí, tirando la ropa en mi cama ante su mirada de molestia.

—Tú doblarás eso.

Salió de mi habitación dejándome con su pregunta rodando mi cabeza. ¿Salir con Jeff? ¿Será buena idea?

Y ahí comenzó el drama..."

Como si él hombre fuera un adivino, la puerta principal se abrió y la problemática Wendy entró con su mochila y a de Wendoly, cantando una canción que desconozco completamente. En mis tiempos eran canciones de Hannah Montana y ahora... no tengo idea. Es lo que pasa cuando crecer...

— ¡Hola tía Victoria! —Gritó y Nicky chilló alegre de verla— ¡Hola Nicky! —Le dio un beso en la mejilla y luego miró a Olivia— tía bruja.

—No soy tu tía —respondió rápidamente, mirando mal a la niña.

—Pero una bruja si —Hollie rio y Wen sonrió feliz—. Lo siento pero no me gusta que estés muy cerca de tío Gregg.

— ¿Pero qué les pasa? —se levantó del sofá, gritando entre la furia y la desesperación— ¡Si tengo o no algo con Gregg es mi bendito problema!

— ¿Tienes algo con Gregg?

El salón quedó en un completo silencio ante la pregunta de Cristal. Oh... Esto es muy peligroso.

—No tengo nada con Olivia —Gregg entró y cerró la puerta principal. Se quitó el abrigo y lo tiró encima del perchero.




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