Hamilton Princess

Capítulo 6

Boletos comprados, maleta hecha, regalos para mis dos amores y mi suegra, fotos para Demi, libros para Hollie y

Boletos comprados, maleta hecha, regalos para mis dos amores y mi suegra, fotos para Demi, libros para Hollie y...

¿Qué me falta?

—¿Piensas irte en calzoncillos?

Me miré en el espejo y definitivamente, me faltaban los pantalones. Saqué un jeans negro de la maleta y pensé en cambiarme el calzoncillo por algo más "sexy" para mi rencuentro con Victoria. Solo han pasado unos días pero la extraño como si nos hubiéramos separado hace mil soles.

—¿Puedes salir para no tener que desnudarme enfrente de ti? —le pregunté a Flynn, mirándolo con curiosidad. ¿No tenía que estar ya en clases?

—Si me hubieras llevado a la universidad como mamá te pidió, no estaría aquí.

Mierda. Tendré que irme antes que mamá regrese de su salida con sus amigas si no quiero ser castigado... ¿Pero qué digo? Ya soy un hombre. ¡No puede castigarme! Ja... Mejor prevenir que lamentar.

—Ya estás grande, vete tú solo —lo empujé pero se me escapó y logró acostarse en mi cama, encima de mi pantalón—. Déjame tranquilo, Flynn.

—¿Cómo te diste cuenta que Victoria...? —negó con la cabeza, dejando salir un suspiro— Olvídalo.

Así que mamá tenía razón sobre el pequeño enamoramiento de Flynn hacia su mejor amiga. ¿Por qué no me sorprende? Ya era hora de que este niño se enamorara.

Me senté en la cama y miré al techo, donde aun estaban las feas calcomanías de estrellas que mamá pegó cuando tenía catorce años porque pensaba que me gustaban las estrellas. Era muy molesto ver esos brillitos en la oscuridad.

—Respondiendo a tu pregunta, lo supe cuando la vi. Una mirada a esos ojos y —sonreí con picardía ante su mirada de inocencia. Un poco de perversión no le vendría mal— pechos. Le vi los pechos y caí rendido a sus pies.

—No sé cómo puede estar contigo, bestia —gruñó con asco.

Pero la verdad es que soy un romántico con ella.

"Enero, París"

Conserva su hermosa sonrisa...

Me escondí detrás del árbol procurando no ser visto por ella ni por su acompañante. Caminaban por el parque, sin agarrarse de la mano pero manteniendo una cercanía que pasaba la cercanía de "amigos". ¿Debería estar celoso? Demonios, me duele el corazón solo de verla con otro hombre pero ¿Qué puedo hacer? Su vida está aquí mientras que la mía está en Nueva York junto a mi familia y mi hija.

Lo único que me alienta a seguir adelante, es saber que ella es feliz.

Aun que no sea conmigo..."

—¿Sabías que cuando nos rencontramos, ella no me reconoció? —me acosté en la cama, mirando a las estúpidas estrellas con una sonrisa.

—Tampoco quiero escuchar tus cursilerías.

Ignorándolo, comencé la historia de ese loco San Valentín en el que acompañé a Asheron a París.

"Febrero, París"

El invierno seguía presente aun en estas fechas del año, un invierno muy largo fue lo único que obtuvimos del año anterior.

Mientras que Asheron disfrutaba de su día con Demi, lo único que podía hacer era robar la comida de la casa Hamilton. No es lo correcto pero el hambre gana. Sin embargo me quedé estático cuando la puerta principal se abrió y cerró al segundo después de un portazo.

Como un ladrón a punto de ser atrapada, me escondí detrás del refrigerador aun con el sándwich colgando por mi boca. No estoy haciendo nada malo pero el pánico me ganó.

Y cuando escuché un sollozo, el corazón me dolió.

—Idiotas sin vida —susurró con su melodiosa pero triste voz. Un golpe en seco me hizo sacar la cabeza de mi escondite para verla de espalda—. Idiota interesado...

Sonreí cuando la vi pellizcando el bote de Nutella. ¿No que odias el chocolate, princesa?

De un segundo a otro, pasó de estar apoyada en la pared, mirando atreves de la ventana mientras pellizcaba la Nutella, a salir corriendo hacia la puerta principal.

Y yo, como el loco enamorado que soy, la seguí."

—Vaya acosador...

—Como si tú no acosaras a tu amada mejor amiga.

"Caminó en silencio por la acera, sin mirar a los lados, sin detenerse ni un segundo, solo caminó y caminó hasta llegar al parque en que la vi hace un mes atrás con ese hombre misterioso. Se sentó en un columpio, meciéndose lentamente hasta que llevó sus manos a su rostro y comenzó a llorar, al mismo tiempo que el frio se fue intensificando.

Parecía que el cielo lloraba junto a ella, porque la lluvia se hizo presente y ahí supe que era mi turno de llevarla a un lugar más cálido.

Y por primera vez, no hablo de mi cama.

—Me contaron que había una princesa con el corazón roto en el parque —dije, saliendo de mi escondite y encontrándome con su mirada confundida llena de pequeñas lágrimas estancadas en sus hermosos ojos.

—¿Quién eres?

Me apoyé en el árbol, dejando que la lluvia y la rama del árbol cubrieran una parte de mi rostro. No quiero asustarla pero también me asusta que me pida quedarme junto a ella, me asusta dar un paso más y dejarme caer a sus pies... aun tengo mucho que mejorar para poder darle todo lo que ella merece.

—Tu príncipe, pero este príncipe aun no está listo para quedarse contigo —estiré mi brazo, dejando que viera el anillo que siempre uso desde que ella se fue. Sus ojos cambiaron de sorpresa a ternura, sonriendo con una dulce sonrisa entre las lágrimas que volvieron a caer por sus ojos—. ¿Perdonarías a este príncipe por no ser valiente?




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