Hamilton Princess

Capítulo 21

El viaje fue muy tranquilo aún que quisieron acusarme de robarme a una niña. ¡Imbéciles! Por suerte Ian fue precavido y nos dejó un permiso para poder sacar a Nicky del país. Sólo que según él, iba a ser para ir a Universal Studio, para llevarla a ver a esos animales amarillos, no para ir a sorprenderle en la cama con mi niña.

—Lucas —Lucy intentaba alejarme de la puerta jalándome del brazo—, volvamos en unas horas.

—¡Le está metiendo la paleta en la dulcería!

—¿Paeeta? —Nicky se acercó a la puerta y tocó suavemente.

—¡No le enseñes eso a la niña! —Se puso enfrente de la puerta, evitando el paso—. Si quieres seguir siendo mi esposo, aprende a darle su espacio.

—¡Como si tu no invadieras su espacio!

—Y por mi culpa no he hecho nada más que pelear con ella y alejarla...

Nicky miró a Lucy y abrazó sus piernas cuando vio las lágrimas salir de los bellos ojos de mi esposa.

Lucy es la mujer más fuerte que conozco, capaz de asustar hasta al hombre más peligroso y cruel del planeta, pero cuando ese lado sensible suyo sale a la luz, destroza mi corazón. No me gusta ver a mis amadas llorada. Cada lágrima que derraman, es un pedazo de mi corazón roto.

—Está bien —agarré su mano y besé sus nudillos—. Volveremos después.

Puedo vivir con el hecho de que Ian le hace...eso, a mi niña, pero no puedo vivir con la distancia que se ha creado entre madre e hija.

Necesitaremos encontrar una solución y para eso, necesito la ayuda del imbécil de mi yerno.

Cuando el aburrimiento es grande, la mejor forma de divertirse es volviendo loco a tu prometido

Cuando el aburrimiento es grande, la mejor forma de divertirse es volviendo loco a tu prometido.

—Te estás pasando, Victoria —gimió, agarrando mis caderas e intentando mantenerme quieta.

—¿Qué dices? —moví mi cadera de adelante hacia atrás muy lentamente, rozando nuestro centro de pasión y lujuria— Sólo estoy tratando de aliviarnos.

—Entonces deja que me meta en ti, princesa.

No, Ian me las pagará por esos días de abandono. Tardo meses... ¡Meses! En darse cuenta que una de las razones por las que nuestra relación estaba en un sube y baja, era por sus largas ausencias. No es que esté feliz de haya renunciado, obviamente no porque se esforzó mucho en la compañía de su padre, pero esperaba que pusiera un poco más de empeño en la relación.

Las relaciones a larga distancias no son buenas.

—Hay cosas que hablar y no podemos hacerlo si seguimos así —me apretó el trasero y por auto reflejo, metí mis uñas en su hombro—. ¡Demonios, Ian!

—Creo que me estás volviendo masoquista —levantó su cadera y reí cuando hizo un puchero—. Ya, no seas cruel.

—Llevo una hora intentado hablarte de nuestra relación y tú sólo piensas en follar.

—Corrección: pienso en hacerte el amor de una forma placentera, tal vez con algún mordisco y un pequeño azote en tu traserito bonito —le di una cachetada en broma, sin fuerza— ¡Oye!

—Si te atreves a golpear mi trasero, yo golpearé tu bonita cara, masoquista.

La relación de mis padres es rara, a veces parecen más amantes que esposos, pero eso lo vuelve divertida. Ambos se tratan como si fueran mejores amigos y he tenido que aguantar ver sus miradas picaras y algún que otro manoseo no muy indecente cuando creían que no los miraba. Soy consciente de que la relación de ambos comenzó por puro placer y que no tenían muchas esperanzas en desarrollar sentimientos profundos por el otro. Sin embargo, la vida los sorprendió.

Mi relación con Ian es al revés pero siempre tenemos algo en común: el deseo y el amor. Al tener eso en común, espero que nuestra relación sea igual de fuerte y duradera que la de mis padres.

—¿Qué harás ahora? —dejé que sus manos siguieran acariciando mi trasero.

—Cuidar de mi hija, de mi prometida y de mi futuro hijo.

—Nuestra hija y nuestro futuro hijo —lo corregí... mierda—. Me escuché como mamá.

—También vamos a comprar otra casa, una que esté más cerca de tus padres —iba a protestar pero me lo impidió—. Quiero empezar de cero y está vez, haciendo las cosas bien.

Este es el Ian del que me enamoré. El que tiene ese lado pícaro pero romántico, el de los pequeños detalles, el dulce hombre que miró más allá de mi apariencia y mi herencia. Es el Ian que amo...

—¿No más drama entre familia? —ronroneé, dejándome rendir ante sus encantos.

—Haré mi mayor esfuerzo para llevarme bien con tu madre y para que Olivia no arruine la relación de Gregg con Susy.

¿Qué? ¿Relación? ¿Qué demonios?

¿Qué? ¿Relación? ¿Qué demonios?        

"Hola, Ian:

Te mando esta carta porque Victoria me contó que tienes algo con hacer las cosas a la antigua.

No voy a tardar mucho pero necesito soltar todo esto que he retenido durante años.

Cuando papá llevó a Dimitri para que nos enseñara sobre etiqueta, baile y a tocar el piano, quedé completamente enamorada de él. Bastó con una mirada a su dulce y atractiva sonrisa para caer rendida a sus pies. Sé que no me juzgaras por esto porque tú también te enamoraste de Victoria desde el primer momento en que la viste. Bueno, al menos ella dice que ambos se enamoraron a primera vista.




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