Hamilton Princess

Capítulo 27

La guerra comenzó, los reporteros sacaron sus armas y nosotros nuestros escudos. Es hora de enfrentarnos a la bruja malvada y darle su merecido por intentar meterse conmigo y mi familia. No soy muy tolerante a las estupideces y hoy se lo demostraré.

En la guerra, todo se vale.

—Tía Alaska se quedó con Nicky en el pasillo —me informó Hollie, intentando mantenerme tranquila pero solo podía mirar hacia la otra mesa, donde Mérida sonreía con su sonrisa falsa inyectada de botox—. Todo estará bien, Tory.

—Estamos en la corte peleando por la custodia de mi niña, Hollie —le recordé con amargura. Ya quiero salir de aquí con mi bebé y nunca volver—. No veo donde está lo "bien".

—En el "saldremos ganando y esa perra no se atreverá a volver" —besó mi mejilla antes de tomar asiento detrás de mi—. Confía en nosotros.

Confío, por supuesto que confío en mi familia pero si algo sale mal, perderé a mi bebé...

Ian se sentó a mi derecha y ambos esperamos impacientes al abogado. No me siento muy confiada al no tener a Zac como nuestro abogado pero sé que él está ayudándonos de alguna forma, una que solo él entiende.

Mamá se sentó a la par de Hollie y me sonrió, dando ánimos pero estoy demasiado nerviosa como para animarme con una sonrisa, de igual forma le devolví la sonrisa, o el intento de esta.

—Tranquila —me susurró Ian, besando mis nudillos—, sabemos lo que hacemos.

Sí, todos lo saben menos yo. ¡No le digamos a la embarazada! Ja... idiotas.

—Muy bien, ¿estamos listo? —El juez entró en la sala y se sentó en su lugar—. Estamos aquí para definir la custodia de Verónica Marie Collins.

—Así es, señoría —el abogado de Mérida se levanto de su asiento y le llevo un folder—. Mi cliente tuvo que dejar a su hija con el padre por un tiempo y cuando volvió, se le negó completa visita a su hija.

Mérida volteo a ver con "tristeza". Vaya perra mas falsa. ¡Después de esto tendrá que vivir bajo un puente o en una cueva! Le haré la vida tan imposible que tendrá que cambiarse el nombre... ¡y el rostro!

—Muy bien, que pase al estrado.

Espero que esto termine pronto...

— ¡Alto ahí! —la puerta se abrió y Gregg entró seguido de Alex, Chad y Zac. Lo que sea que están haciendo, dudo mucho que ayude— Antes de hacerles perder el tiempo a todos, trajimos las pruebas necesarias para demostrar que esta mujer —señaló a Mérida con asco, quien lucía más blanca que un fantasma—, no merece ni la oportunidad de pelear por Nicky.

— ¿Quiénes son ustedes? —preguntó el abogado de Mérida.

—Lo siento mucho pero esto es importante y tengo un vuelo que tomar —dijo Zac caminando hacia el juez. Le dio un sobre junto a un papel—. Ambos agradeceríamos mucho que esto terminara lo más pronto posible.

El juez sacó el contenido del sobre, un DVD, miró a Zac y dándose por vencido, lo entregó al guardia de seguridad.

—Ponlo y acabemos rápido.

No comprendía absolutamente nada pero Ian sonrió hacia los chicos y estos lucían completamente orgullosos de vuestro trabajo. ¿Por qué no me sorprende? Siempre hacen estos planes que terminan funcionando pero de una forma muy rara.

Cuando el video comenzó, quise matar a esa bruja.

"—No puedes seguir usando fajas, Mérida, dañarás al bebé —le dijo un hombre, mirando como a arpía se envolvía el estomago con una faja.

— ¿Y? Si no muere no hago nada mal. Además, no voy a renunciar a mi carrera por una estúpida bebé y un imbécil que no uso condón."

La escena cambió, era de la entrada a la casa de los padres de Ian. Un auto aparcó afuera de la entrada y Mérida bajó del auto. Abrió la puerta trasera y sacó a Nicky en una sillita para bebés. No tenia abrigo, ni bufanda, guantes o calcetines, solo un mameluco de bebé y una colcha delgada. La dejó en la entrada, casi tirada y le sonrió.

—Si por mí fuera, te hubiera tirado a la basura.

Dio media vuelta y se subió al coche, ignorando el llanto de la pequeña. La puerta se abrió y vimos a la madre de Ian agarrar a la bebé en brazos y gritándole a alguien, imagino que al padre de Ian o a Flynn, que llamaran un doctor.

Para cuando el video terminó, yo ya era un mar de lágrimas a punto de saltarle encima a esa bruja.

— ¡Eres una maldita hija de puta! —grité en su dirección. La hipócrita estaba llorando pidiendo disculpas.

—Tengo otro DVD donde muestra otras escenas del descuido de esta mujer con la pequeña pero no podemos mostrarlo en presencia de mi prima —dijo Zac, entregándole otro sobre al juez.

—Tengo entendido que está embarazada —Zac asintió y el Juez me miró—. Nos tomaremos diez minutos para que pueda tranquilizarse.

No pude escuchar nada mas, salvo el grito alarmado de Ian.

¿Por qué mi vida tiene que estar rodeada de problemas? Creí que ya no tendría más complicaciones, que finalmente podría respirar con tranquilidad, dejando de preocuparme por el fastidioso "karma" de la vida

¿Por qué mi vida tiene que estar rodeada de problemas? Creí que ya no tendría más complicaciones, que finalmente podría respirar con tranquilidad, dejando de preocuparme por el fastidioso "karma" de la vida.

Pero no, tengo que verle la cara a la perra de mi ex, tengo a mi bebita llorando por su madre y Victoria está en reposo total porque el estrés afectó al bebé.

Un poco de paz, por favor...

—Tranquila, mi amor —le susurré a la inquieta de mi pequeña, meciéndola suavemente de un lado a otro—. Mami y tu hermanito o hermanita, están bien.




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