La capacidad de Ian para negarme algo a las tres de la mañana es algo realmente molesto, porque cuando Nicky le pide sus fresas, no duda ni un minuto en levantarse de la cama para darle las fresas a su niña.
Ian, Ian, Ian...
—Estás mirándome mal. ¿Qué pasa?
Agarré mi plato con helado de chocolate y salí de la cocina, queriendo huir de él pero como el maravilloso esposo que es, me siguió para no dejarme marchar molesta.
—¡Estoy molesta, déjame tranquila! —le grité, subiendo las escaleras con cuidado.
—¿De nuevo? ¡Pero si solo me comí una cucharada de helado! —gritó detrás de mí, defendiéndose.
—¡Es que tu eres tan consentido con Nicky que te olvidas de que tienes otras dos hijas en camino, Ian! —grité ya en la segunda planta, caminando con cuidado ya que mis pies me mataban.
—Mi amor, intento dividirme entre todo lo mejor que puedo —me agarró de los hombros, evitando que entrara a la habitación y cuando vi su rostro triste, mis ojos se cristalizaron—. Esas pequeñas te están destrozando, ¿eh?
—Son más crueles que Demi —lloriqueé, dejándome abrazar por él, siempre cuidando que mi helado no se cayera.
Adoro a mis bebitas, adoro estar embarazada, adoro que Ian se preocupe por todas nosotras, pero odio cuando los celos y los cambios de humor se mezclan con los antojos. ¡Es odioso!
—Entiendo, pero tenemos que hacerles saber que las amo igual que a su hermana mayor, ¿sí? —asentí, alejándome de él para darle un bocado a mi helado— ¿Quieres que te traiga algo de la cocina?
Negué con la cabeza, entrando en la habitación para continuar con mi maratón de películas románticas. No quiero seguir molestando a Ian, intento con todas mis fuerzas no dejarme llevar por los cambios de humor, solo que a veces el dolor también me hace enfadar aun más y eso hace que explote.
No es fácil cargar a un bebé en el vientre, mucho menos a dos, especialmente cuando son dos Hamilton igual de inquietas que su madre. ¿Por qué esto tiene que ser doloroso? Si dar a luz a una personita es algo mágico, ¿Por qué hacerlo doloroso? ¡No tiene lógica!
Agarré mi teléfono en la mesita de centro, esperando el mensaje de respuesta de Hollie, el cual ha tardado tres horas en llegar. ¿Qué le pasa a esta chica?
—¿Crees que Hollie esté evitándonos? —pregunté, recostando mi cabeza en el pecho de Ian, dejándolo abrazarme por la cintura... o lo que queda de ella.
—No me sorprendería ya que ustedes no hacen nada más que ponerla más nerviosa.
—Me preocupa, porque siempre contesta sus mensajes por muy molesta que esté con nosotras...
—Nicolás mencionó que está pasando por malos momentos, tal vez solo ha vuelto a tener insomnio o el medicamento no está funcionando. Ya sabes que también está nerviosa por el embarazo de Demi.
¿Y por eso se aleja de nosotras? Yo creo que Hollie oculta algo y como la buena prima que soy, voy a averiguar de qué se trata.
Esperé a que Nicky se fuera de paseo con Ian y Asheron para llamar al chofer y que me llevara a la casa de la linda familia Grant, donde Hollie estaba sentada en el kiosco leyendo un libro. Antes de bajarme le envié un mensaje a Demi, diciéndole que era muy posible que Hollie se enojara conmigo.
La respuesta de mi querida prima fue sencilla:
"Te recibiré en el club con galletitas y helado."
Hollie es la más madura, razón por la que es más fácil que se moleste con nosotras cuando hacemos una tontería. Caminé por el césped, cuidando de no meterme en ningún charco con lodo o no pisar nada extraño. Odio los jardines, odio la naturaleza, últimamente no quiero nada relacionado a lodo, césped apestoso o clima húmedo. Una suerte que la luna de miel en Irlanda terminó pronto... y que no tuve que salir de la cama.
—Hola, Holliery —le dije molestándola con el apodo tonto, sentándome a su lado—. ¿Qué lees?
Miré la portada del libro, una pareja en la torre Eiffel y una luna iluminando el rostro del hombre... ¿Es un libro de hombres lobos con contenido erótico?
—Garras de traición, el nuevo libro de Nicolás —me explicó en voz baja, sin tomarse la molestia de mirarme—. Dice que yo soy la protagonista, pero solo veo a una tipa que insulta a su primo.
Ah, Gregg también sale en el libro...
—Entonces, ¿nos has evitado por estar leyendo? —me miró de reojo por unos segundos antes de volver a su lectura, un poco nerviosa.
—Si, días muy ocupados escribiendo y editando. Lo siento...
Creo que tío Derek necesita darle a Hollie unas clases de actuación, así como a mí. Aunque claro, él no quiso que Hollie aprendiera a actuar para así detectar cuando le miente u oculta algo. Hombre sabio.
Yo no tuve opción con Nicky porque esa pequeña salió siendo una experta en la actuación, especialmente cuando actúa como una dulce pequeñita para que Ian y Asheron le den todo lo que quiere. Mi pequeña sacó mi inteligencia... o la buena manipulación de mi padre.
—Quería que me acompañaras a mi ultrasonido, pero no respondiste mis llamadas. Es muy cruel de tu parte alejarnos solo porque ya tienes tu propia familia, Hollie. Zac no está y sé que es difícil para ti no ver a tu hermano tan seguido, pero yo estoy aquí, Demi está aquí —suspiró, cerrando el libro—. Incluso Gregg viene de visitas, aunque odia visitar a las personas.
—Viene porque tía Alaska lo castigó por golpear a Alex después de que lo dejó encerrado en un armario con Marcus.
Nuestro pobre Gregg pasó diez minutos en el armario con Marcus, aunque se supone que el plan de Alex era encerrarlo con Cristal. No sé que pasó en ese armario, pero siempre que esos dos se encuentran, Marcus le guiña el ojo y Gregg sale huyendo.
¿Será que Marcus se aprovechó de él? ¿Será que Gregg experimentó algo nuevo con Marcus? Estoy divagando mucho, pero las ideas en mi mente son culpa de mis hormonas... más o menos.
Editado: 16.09.2020