Hanna

Capítulo XII

Jonathan

Su olor cambión ligeramente.

Hanna se desmayó debido al fuerte dolor de cabeza. La sala esta repleta de personas, Jaison esta sentado en uno de los muebles con la cabeza agacha, Cole y tía Liz discuten en una esquina cerca de la entrada en forma de arco que da a la cocina, mi padre esta junto a ellos tratando de calmarlos y mi madre solo esta alejada de los demás, viendo a Hanna con preocupación, pero su actitud es diferente a la del resto. No sé cómo describirlo y tampoco deseo alejarme de la pequeña arpía para hablar con mi madre y preguntarle el motivo de su extraña actitud. Aun me encuentro confundido por lo ocurrido.

¿Qué causo ese dolor? Y ¿Por qué cambio el cambio en su esencia?

-No lo sé Jonathan- mi lobo se remueve inquieto- su olor se ha intensificado, además- se corta, como si estuviera decidiendo si decirlo o no.

-Además, qué Gael -le cuestiono- ¿Qué ibas a decir?

El lobo queda en silencio un rato largo y cuando iba a cortar la conexión para centrar mi completa atención en el resto, decide hablar.

-No se si este en lo correcto, pero ese cambio repentino en su esencia- olfateo el ambiente como para marcar su punto- quiere decir que ella esta a punto de despertar.

- ¿A qué te refieres?

-Me refiero a que Hanna no es totalmente humana.

-Espera- ¿que acaba de decir? -¿Cómo que no es totalmente humana?

El idiota corta la conexión dejándome con la cabeza hecha un lio.

¿Qué mierda? ¿A caso Gael me está bromeando? Es imposible que ella sea una mujer lobo u otra cosa que no sea una simple humana, vale, debo admitir que eso no sonó bien. Pero ¡¡DIOSA!! La chica siempre ha sido una humana, terca, antipática, odiosa y gruñona humana.

-Jonathan- salgo de mis pensamientos al oír la fuerte voz de Cole.

El mayor de los hermanos camina en mi dirección desprendiendo hostilidad. Para nadie es un secreto que él no me soporta y quisiera decir que no me importa, pero la realidad es otra. No puedo ver con malos ojos a alguien que aprecio y que además es alguien cercano a mi pequeña arpía.

Aunque esta no lo quiera ver ni en pintura.

-¿Qué sucedió afuera para que terminara así?- Cole me dirige una mirada acosadora.

El cree que la lastime, cree que por mi culpa la chica que esta acostada e inconsciente sobre el enorme sofá.

-Solo le pedí que me acompañara- me rasco la nuca nervioso- le dije que debía decirle algo importante, por eso salimos hasta más allá de la entrada al bosque.

Cole se pasa las manos por el rostro, luce cansado. Entiendo por lo que esta pasando o una parte de ello, al fin y al cabo, yo estaba igual o peor hace más de cuatro horas.

-¿Qué le dijiste?- el baja sus manos.

Si le digo que Hanna sabe lo de las almas gemelas, es posible que se arme un lio.

-Bueno- hago mis manos puños- le dije lo que debía saber.

Trato, en serio que trato de no mostrarme inseguro y darle frente con esto. Necesito que vea que soy capas de todo por esa arpía.

-Jonathan- el hermano de mi mate observa tras de mi- dime que no le haz dicho sobre el laso que los une- la seriedad con la que habla me hace pensar seria mente en si debo seguir y responder o mantener mi boca cerrada.

Bajo la mirada hasta mis pies pensando en si me quedo en silencio y mostrándole cuan intimidado me siento por esa mirada inquisidora y postura amenazante, le daré razones para alejarme de ella y eso es lo que menos quiero. He avanzado bastante y por fin pude estar cerca de ella sin que esa pared invisible se interponga entre ambos, pude ver a mi preciosa arpía, a esa niña que se esconde tras ese caparazón tan solo un momento.

Quiero seguir estrechándola entre mis brazos, besar esos delicados y rojizos labios, ver como se sonroja cuando estoy a pocos centímetros de ella y -aunque no lo haya dicho en voz alta por su orgullo- deseo seguir siendo ese en el que ella pueda sentirse en paz, quiero brindarle protección y mostrarle que, si me da paso a ese enorme y temeroso corazón; podre protegerlo de todo aquel que quiera dañarlo.

Lleno mis pulmones de aire y espero unos segundos antes de liberarlo. Decidido, levanto mi rostro y tomo la misma postura que el hombre frente a mí, preparándome para dar lacara ante lo que siento y creo correcto. La diosa luna me ha dado a esa pequeña arpía como mate y nadie me alejara de ella, mucho menos alguien que- a pesar de ser convertido- tomo el lugar que me correspondía como alfa.

No dejare que me aleje de Hanna.

-Si- suelto con seguridad- Le he dicho a Hanna que era mi alma gemela- hago mis manos puños antes de dar un paso en su dirección- le dije que fue destinada para ser mi pareja.

El esposo de mi tía arruga el gesto.

-Te dije que no lo hicieras, que te mantuvieras al margen- el tono de voz que usa es bajo y calmado, se lo que significa, pero aun así no dejo que mi voluntad decaiga.




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