Hannah. la zona oscura

9-Mentiras y ¿verdades?

18.05 PM. 16 de octubre del 2017. Centro psiquiátrico penitenciario Albertson.

Jason tenía prisa por hablar con Hannah. Tenía muchas cosas que averiguar, cosas que le preocupaban hasta tal punto que no dejaban de resonar en su cabeza, martilleando incansablemente. Al mismo tiempo, no estaba seguro de cómo enfocar la conversación.

Aquella joven, tranquila y amenazadora al mismo tiempo era un misterio en sí misma, un enigma que le atraía hasta límites insospechados. Nunca en su corta carrera como psicólogo se había enfrentado a un caso tan excepcional como el de Hannah. Aquello le desbordaba, tenía que admitirlo. Quizás no estaba preparado para ello. Sentía que Hannah, la dulce muchacha de tímida sonrisa era una gran mentira. Advertía que le estaba conduciendo a un terreno que él no estaba dispuesto a pisar, un territorio oculto en la neblina de lo inconcebible.

Y también sabía que entraría en su juego sólo por poder observar aquellos ojos fijos en él de nuevo.

Esperó impaciente a que el celador le abriera la puerta que comunicaba con el pasillo de las celdas, apretando fuertemente la carpeta que llevaba junto a su pecho.

Dejó atrás la chirriante puerta y avanzó por el pasillo en dirección a la celda de la muchacha, tomando aire profundamente antes de enfrentarse a esa mirada que le obsesionaba.

—¿Hannah?

—¡Jason! —la joven se levantó del camastro y se acercó hasta los barrotes de la celda —Me he enterado, es horrible. Un muchacho tan joven.

—¿Quién se lo ha dicho?

—Uno de los celadores, dijo que él me había visitado el otro día. Jason, yo no lo recuerdo. No lo conocía. Debió hablar con Eris y ahora, ahora está muerto. No sé qué pudo contarle para que se suicidara...

—No ha sido un suicidio, Hannah —explicó Jason —.Ha sido un asesinato.

—¡Un asesinato! Pero...¿Quién?

—La policía está investigando. Hannah, creo que es el momento de aclarar ciertas cosas. ¿Quién es Eris? Sé que ya la conocías, no trates de mentirme otra vez.

Hannah agachó la cabeza apesadumbrada al escuchar el tono de voz del joven. Sabía que ese momento llegaría. No es posible mentir todo el tiempo, a veces decir la verdad es lo más razonable, aunque suponga resignarse a sufrir.

—Sí, la conozco desde hace mucho tiempo. Ella...Ella me cuida desde que era una niña, me protegía de los que querían hacerme daño. Aún me protege.

—Hannah, Eris no es real, es sólo una fantasía de tu mente. Es una figura creada por ti para protegerte, para bloquear tu conciencia ante el sufrimiento.

—No, es real, muy real. Ella a veces puede salir...

—¿Salir? ¿Salir de tu cuerpo? —Jason no podía creerse eso. Los supuestos fenómenos paranormales y las posesiones siempre tenían una explicación médica. Trastornos de la mente. La esquizofrenia, los delirios, las psicosis, esos eran los verdaderos problemas —Eris no existe, Hannah.

—Ella mató a Thomas Bennet, Jason. Ella salió de mí y le mató porque quería hacerme daño. Eris ya lo ha hecho en otras ocasiones...

—Hannah, estos son tus informes médicos —Jason le mostró la carpeta —Te diagnosticaron esquizofrenia precoz a los siete años y estuviste en tratamiento desde entonces, te recetaron antipsicóticos y tus delirios remitieron. Tus alucinaciones cesaron hasta el momento de la pubertad, luego se agravaron sistemáticamente. Tuvieron que internarte en un centro para menores con problemas mentales. Estuviste allí cuatro años, Hannah.

—¡Eso no es cierto! —Hannah se tapaba los oídos no queriendo escuchar.

—Te fugaste del hospital, Hannah —Prosiguió Jason —Te fugaste y volviste a tu casa, con tus padres y tus hermanos y...los mataste a todos. Fuiste tú.

—¡No, no...Yo no lo hice!

—Me costó encontrar estos informes, Hannah. Alguien archivó toda la información relativa a tu caso, traspapelándola. Eso me pareció muy extraño, así que decidí buscarlos y los encontré. Hannah, tú nunca has tenido personalidad múltiple. Arianne y Eris nunca han existido, siempre has sido tú. Solo tú.

—No, Jason. Yo no fui, fue Eris, ella los mató...¡Ella fue quién los mató...!

—Hannah, Eris, eres tú.

                                                            ...

Había vuelto a quedarse sola, Todos la abandonaban, siempre era así. Hannah había pensado que Jason era diferente, que la apreciaba e incluso que sentía algo por ella.

No. Nadie la quería, ella era diferente. Se sentía despreciada. Primero habían sido sus padres, podía sentir el miedo que la tenían. El desprecio por su parte y la indiferencia hacia sus problemas. La odiaban y habían pagado el precio por sus actos.

Pero no había sido ella quien los había asesinado, Jason se equivocaba. Había sido Eris.



#7448 en Thriller
#5330 en Suspenso
#7448 en Misterio

En el texto hay: paranormal, crimen

Editado: 19.02.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.